YO VOY A LA HUELGA. JUAN TORRES LÓPEZ


YO VOY A LA HUELGA
Texto leído en el acto de apoyo a la huelga general de trabajadores de la cultura y la enseñanza convocado por UGT y CCOO el 22 de septiembre en Sevilla.
Juan Torres López (www.juantorreslopez.com). Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla.


Queridas amigas y amigos:
Agradezco a UGT y Comisiones Obreras la oportunidad de dirigirme a ustedes para apoyar la convocatoria de huelga del día 29.
Yo soy un modesto científico social. Me dedico a estudiar la realidad económica, analizo lo que veo y publico mis conclusiones. A eso se añade, naturalmente, que soy un ciudadano más, un ser humano con convicciones, con ideales, con sentimientos, emociones y preferencias, como también las tienen el gobernador del Banco de España o los economistas liberales, aunque éstos suelen decir que están libres de valores y que solo hablan como técnicos objetivos, qué casualidad, siempre que proponen medidas que perjudican a las clases trabajadoras.

Pues bien, es como científico social y como ciudadano como puedo hablarles.
Como científico social vengo analizando desde hace años la situación económica internacional y sus efectos sobre la economía española. Mis análisis me llevaron a predecir que iba a producirse una crisis como la que estamos viviendo. Por cierto, justamente lo contrario de lo que pasó con los que ahora nos dicen que tienen la solución segura y obligada para salir de ella: no solo no la predijeron sino que decían, incluso a finales de 2007, que las cosas iban magníficamente.
Disculpen que sea quizá algo inmodesto y me cite a mí mismo. Verán, el 10 de septiembre de 2007 yo escribí lo siguiente:
"aunque la crisis se inicie en el mercado hipotecario de un país, en este caso de Estados Unidos, es completamente seguro que se extenderá por todo el globo terráqueo... Si hubiera que apostar, yo más bien lo haría por unos meses largos de inestabilidad profunda, de sobresaltos y de pérdida de vigor económico. El sector inmobiliario, en primer lugar, saltará próximamente por los aires en los países, como España, en donde ha generado burbujas especulativas; y detrás de él, quizá algunos ámbitos del sector bancario y financiero. Tras de lo cual es inevitable que venga una nueva fase recesiva que puede ser duradera si no se adoptan medidas de choque rápidas y contundentes en forma, principalmente, de incremento del gasto".
Pues bien, exactamente por aquellos mismos días el Fondo Monetario Internacional afirmaba en un informe que "lo que nos parece más probable es que el vigoroso crecimiento mundial perdure", “comparando los datos actuales con los de septiembre de 2006 no hay tantas razones para preocuparse por la economía mundial”.
Y el entonces su director gerente, el español Rodrigo Rato, decía unos días antes que yo que "seguimos previendo por ahora que la economía mundial mantendrá su buena marcha" y que sus proyecciones apuntaban "a un crecimiento mundial sostenido" (doy más muestras de estos patinazos en mi libro La crisis de las hipotecas basura. ¿Por qué se cayó todo y no se han hundido nada? que saldrá a la calle en unas semanas publicado por Editorial Sequitur).
Les digo esto para que comprueben ustedes que entonces engañaron a la ciudadanía. Y lo que también quiero decirles a continuación es que exactamente igual que la engañaron entonces, la están engañando ahora.
Se desencadenó una crisis por la torpeza de esas instituciones y de las personas que nos gobernaban, porque no supieron o no quisieren prevenirla, como acabamos de ver; por su complicidad, porque dejaron hacer y deshacer a los bancos y a los especuladores para que ganaran cientos de miles de millones de euros que dedicaban, prácticamente sin pagar ni uno solo en impuestos, a seguir especulando.
Para hacerle frente dedicaron billones de euros a salvar a los bancos, a permitirles que sigan haciendo lo que quieran, sin cambiar ni una sola coma de las normas que siguen permitiendo la especulación generalizada y la acumulación ingente de riesgo. Es decir, dando lugar a que dentro de muy poco, y créanme ustedes que desgraciadamente voy a acertar de nuevo, se provoque otro cataclismo financiero y económico.
Para evitar que se hundieran las economías los gobiernos tuvieron que endeudarse y se volvieron a poner en manos de los bancos privados, porque sus cómplices, las autoridades de los bancos centrales, sobre todo en Europa, no ayudaron a los gobiernos, es decir, a los pueblos, con la misma generosidad con que lo hacen con los bancos.
Y así fue como los financieros que hace unos meses estaban contra las cuerdas han recobrado de nuevo todo su poder político y de extorsión que ahora usan para imponer medidas de ajuste a los gobiernos. Y las imponen como ellos saben, mintiendo una vez más.
Mienten porque no es verdad que las medidas de ajuste y de recorte social que están llevando a cabo sean las adecuadas para salir de la crisis. Si la economía se ha venido abajo es por falta de fuelle, de financiación, de recursos y de demanda. Por tanto, hacer lo que propone el gobierno neoliberal de la Unión Europea y lo que aplica el español es justo lo contrario de lo que se necesitaría para volver a darle impulso.
Mienten porque no es verdad que con estas medidas vayan a recuperar a las economías sino que van a hundirlas más. La banca y las grandes empresas no dependen tanto de la demanda que están restringiendo recortando el gasto público y los salarios porque tienen un gran poder y mantienen sus mercados cautivos (¿quién va a dejar de pagar a Movistar o la hipoteca del banco si su sueldo baja un 5%) y hacen más negocio asegurándose que se pague la deuda y poniendo en marcha nuevos servicios privados en lugar de los públicos que poco a poco se vendrán abajo. Pero la situación de las pequeñas y medianas empresas, que son las que mantienen más del 90% del empleo total es la contraria porque dependen mucho más del gasto que proviene principalmente de los salarios.
Mienten porque no es verdad que la reforma laboral sea necesaria para salir de la crisis y ni siquiera para crear empleo. La creación de empleo depende de que haya demanda y de que las pequeñas y medianas empresas (que como acabo de decir crean la inmensa mayoría del empleo en España) dispongan de financiación para producir y de que luego vendan lo que producen. Ni quienes defienden la reforma laboral se han atrevido a decir que esta reforma vaya a crear empleo: unos dicen que lo creará más adelante, otros que sirve para aumentar la productividad, otros que para bajar la temporalidad... ¡valiente equipo de médicos que coinciden en la terapia (¡qué casualidad!) de quitarle la cartera al enfermo pero que luego cada uno dice que esa medicina servirá para una cosa distinta.
Mienten porque no es verdad que reformas laborales como la de ahora creen empleo. No han creado empleo nunca en ninguno de los países en los que se ha llevado a cabo. Lo que hacen estas reformas es lesionar y limitar los derechos laborales y lo que se conseguirá ahora será reducir salarios, bajar la calidad del empleo, aumentar el empleo parcial no deseado y que los grandes empresarios puedan negociar más fácilmente las condiciones de trabajo.
Mienten porque no es verdad que sea necesario ir hacia la privatización de las cajas de ahorro para salir de la crisis. Al revés, si la banca privada se dedica a la especulación, a la inversión no productiva, a comprar más bancos por medio mundo perdiendo empleo, tendrá que ser el sector público el que asegure la financiación imprescindible de la actividad económica.
Mienten porque no es verdad que haya que fomentar las pensiones privadas como respuesta a la crisis. ¿Cómo se puede decir que si hay más gente para acudir al médico porque vivimos más, la solución es que se vaya a las consultas menos veces? Lo suyo será, por el contrario, que encontremos fórmulas, que las hay, para disponer de más recursos. Y eso mismo pasa con las pensiones públicas.
Mienten porque no es verdad, en fin, que para obtener recursos públicos haya que reducir el gasto en pensiones, en educación, e investigación, en gasto social en general.
Como ha señalado el Sindicato de Técnicos de Hacienda (al que supongo que también les gustaría ver desaparecer como a UGT, CCOO, ELA, CGT y cualquier otro que diga las cosas claras para defender a los trabajadores), reduciendo la economía sumergida de nuestro país (donde solo en impuestos y cuotas de la Seguridad Social se defraudan cada año 88.000 millones de euros) a la media europea se obtendrían 38.000 millones de ingresos adicionales. Prohibiendo operaciones al descubierto contra la Deuda Pública española y el euro en los mercados financieros se ahorrarían 1.403 millones de euros al año. Aumentando 5 puntos en el tipo impositivo de 295 entidades bancarias se recaudarían 1.285 millones. Es decir, más o menos lo que se obtuvo de la rebaja del sueldo de los funcionarios, con la diferencia de que ésta disminuye el consumo y las ganancias de los banca no. Recuperando el Impuesto de Patrimonio de las grandes fortunas se obtendrían 1.240 millones cada año. Y eso por no hablar del gasto militar o el que se dedica a la Iglesia o a subvenciones a las grandes empresas y fortunas.
Mienten, pues, cuando dicen que los recortes que realizan son los únicos posibles y los que más convienen a las clases trabajadoras.
Están engañando a la ciudadanía. Afirman que aplican medidas como imprescindibles cuando se trata de las que mejor le convienen a los poderosos y a las clases más ricas, las del mismo tipo que han provocado la crisis.
No es verdad que estén tratando de salir de la crisis y de evitar que se vuelva a producir sino que buscan aumentar sus privilegios a costa de reducir los derechos laborales y sociales.
Esto es lo que puedo decirles como científico social. No hay ni una razón que rigurosamente pueda convalidar las propuestas del gobierno como medidas que objetivamente y ciertamente vayan a producir el efecto que dicen que van a producir. Lo que sabemos por el análisis económico y por la experiencia nos dice que, por el contrario, es más realista pensar que van a frenar la recuperación y que lo que con certeza van a generar es un incremento de la desigualdad y del malestar social. De hecho, ya en 2009 ha aumentado en España en un millón el número de pobres, y en un 12% el número de personas que tienen más de 1 millón de euros de patrimonio.
Como científico social tengo, por tanto, una razón muy poderosa para ir a la huelga: nadie con dignidad puede callar cuando oye mentiras, cuando sabe que lo están engañando para quitarle la riqueza, el salario y el bienestar, a él o ella y a sus hijos, o al resto de sus conciudadanos.
Pero déjenme que también les hable como ciudadano, desde mis preferencias éticas y desde mis emociones.
Todas estas medidas no solo van a producir el efecto económico que les he anticipado. Significan también una merma evidente de los derechos sociales, de la capacidad de negociación de los trabajadores, es decir, de los que ya de por sí tienen menos poder y menos capacidad de decisión. La prueba de ello es el acoso tan grande que se lleva a cabo contra los convocantes de la huelga que es, no se olvide, un derecho constitucional.
Y yo, como ciudadano, quiero estar al lado de los más débiles, de los que tienen menos defensas. Porque creo que lo necesitan y porque creo que hay que parar los pies a los que mandan demasiado, a los banqueros que no se hartan de ganar dinero aunque así lleven a la ruina a medio mundo, porque creo que hay que decir que estamos hartos de que los gobiernos representativos sigan a los pies de los mercados.
Y, aunque a veces me haya parecido que los sindicatos han tenido actitudes demasiado acomodaticias que igual han dado lugar a que lleguemos a donde ahora estamos, voy a la huelga que convocan porque tengo la convicción de que son una pieza esencial de la democracia para defender a los trabajadores. Y porque, cuando quieren acabar con ellos como ahora, hay que estar a su lado para evitar ese ataque que solo puede calificarse como de auténtico peligro fascista.
Y para terminar, permítanme que les llame la atención sobre algo que me parece importante.
Desde el mismo momento en que los sindicatos convocaron la huelga general del 29 de septiembre, los medios de comunicación, los periodistas y dirigentes de derechas, los economistas liberales... comenzaron a decir que no había razones para la convocarla.
Poco a poco, los sindicalistas y las personas que apoyamos la huelga hemos tratado de ir explicándolas y a pesar de que no contamos ni mucho menos con las mismas plataformas que todos ellos, lo cierto es que han tenido que cambiar de discurso. Cuando ya se ha hablado con docenas de miles de trabajadores sobre la reforma laboral y mucha más gente sabe de verdad en qué consiste, no se puede seguir diciendo que no hay razones para convocar una protesta contra ella. Ahora reconocen que, bueno, sí, que puede haberlas para convocar una huelga pero que, en todo caso, no va a tener efecto, que será inútil y que todo seguirá igual al día siguiente.
Es curioso, si la huelga del día 29 no va servir para nada, si al día siguiente todo va a seguir igual ¿por qué se preocupan entonces tanto por ella, por qué gastan tanta tinta y tantos discursos en descalificarla? Si esta huelga es tan inútil, ¿a qué viene tanta crítica a los sindicatos por convocarla? Si es inocua ¿qué importancia tiene, por qué no dejan en paz a la gente que quiere hacerla si al día siguiente nadie habrá notado nada?
Hay mucha falacia en los argumentos de quienes tratan de desactivar la huelga de esta forma. No hay un solo derecho laboral o social que se haya regalado a los trabajadores, que no haya sido el resultado de luchas y de huelgas. Si no se hubieran hecho, aún seguiríamos en las cavernas. Si a lo largo de la historia ha habido algo útil es la movilización social y las huelgas. Lo inútil hoy día, como antes en tantas ocasiones, sería dejar que se siguieran aplicando recortes a los derechos sociales y laborales sin decir nada. Y para defenderlos lo que hay que hacer es exactamente lo mismo que se hizo para conquistarlos: movilizarse y reclamarlos, ahora, mediante la huelga del día 29.
Es verdad que una huelga puede tener más o menos éxito a la hora de conseguir el resultado que se propone (echar atrás, en este caso, la reforma laboral). Unas huelgas han logrado sus efectos de modo inmediato, otras más tarde, pero las únicas huelgas completamente inútiles han sido las que no se han hecho.
También se afirma que la huelga será inútil porque el gobierno no cambiará de postura. Una razonamiento que realmente parece surrealista que se haga en un país que tiene un presidente que antes incluso de tomar posesión como tal ya había dado la orden de retirar las tropas de Irak precisamente para responder a la movilización social que lo pedía constantemente. ¿Acaso habría podido hacer eso Zapatero sin la presión anterior de millones de personas en las calles?
¿Por qué los que salen a la calle y llaman a la gente a salir para otras cosas dicen que es inútil que sean los trabajadores quienes lo hagan para defender sus derechos? ¿No es bastante evidente que saben que eso no es inútil sino todo lo contrario, que temen que lo hagan porque saben que así antes o después lograrán evitar que se tomen esas decisiones?
Por todas estas razones les digo que yo voy a la huelga y hago lo que me han dicho que haga, concluir el acto. Pero no. El este acto no concluye aquí. Yo les cedo ahora la palabra a todos ustedes para que salgan a la calle y hablen con la gente, para que hagan un esfuerzo máximo para explicar lo que está pasando ahora con la reforma laboral y lo que preparan más tarde con las pensiones o con los servicios públicos.

RAZONES PARA APOYAR LA HUELGA GENERAL. JUAN TORRES LÓPEZ

Hay razones para apoyar la huelga general
Juan Torres López


Los medios de comunicación se empeñan en desanimar a los trabajadores y en argumentar que la huelga general convocada por los sindicatos para el próximo día 29 de septiembre no servirá para nada. Y la ministra de Economía, que forma parte de un gobierno que viene rectificando constantemente sus propuestas a medida que recibe presiones de los poderosos, asegura que "la huelga general no cambiará la política económica", lo que es una forma clara decir a la gente que no vale la pena apoyarla.
En mi opinión, la convocatoria de la huelga general está completamente justificada y hay multitud de razones para que los trabajadores y trabajadoras españolas, los que tienen empleo y los que están en paro o trabajan en sus casas, la apoyen activamente.
Señalaré las que me parece más importantes resumidas en diez puntos que, a su vez, contienen dentro algunas más.

1. La huelga es un derecho de los trabajadores y trabajadoras y su ejercicio ha sido siempre muy eficaz. Todas las grandes conquistas sociales, sin excepción, que hoy día caracterizan a las sociedades que consideramos más avanzadas y democráticas (la jornada máxima, el salario mínimo, el derecho a la seguridad social, el derecho al voto de las mujeres y su acceso sin discriminaciones a los mercados de trabajo, la abolición de la esclavitud y la prohibición del trabajo infantil, las normas de seguridad en el trabajo...) solo se pudieron conseguir después de movilizaciones, de luchas muy duras y de huelgas dolorosas. Los poderosos siempre dijeron lo mismo que ahora, que no servirían de nada, y por eso ahora tampoco debemos dejarnos engañar y apoyar la huelga.



2. Los trabajadores, y no solo los banqueros y las patronales, tienen derecho también a presionar para defender sus intereses. Las huelgas, incluidas las generales, son un procedimiento legítimo para poder hacerlo. Prohibirlas, como ha propuesto el Partido Popular, o tratar de desactivarlas como hacen ahora con la del día 29, equivale a permitir que solo los más ricos y poderosos puedan presionar al resto de la sociedad y a los gobiernos, por cierto, haciendo casi siempre mucho más daño que el que pueda hacer una huelga de trabajadores. ¿Por qué no dicen nada la derecha y sus medios de comunicación cuando los bancos hacen huelgas de "préstamos caídos" y frenan el desarrollo de la actividad económica durante meses, cuando eluden al fisco actuando en paraísos fiscales, cuando las grandes empresas se llevan los capitales a otros países para no hacer frente aquí a sus obligaciones legales, o cuando los banqueros amenazan al Estado, como acaba de hacer el vicepresidente del BBVA al decir que no se pueden tomar medidas que no convengan a la banca? Para que el Presidente Rodríguez Zapatero no oiga solamente su voz y pueda cumplir las promesas que hizo al electorado es necesario presionarle acudiendo en masa a la huelga general.



3. Hay que decir "Basta ya" a la continuada pérdida de derechos laborales y sociales para no llegar a una situación insostenible. Como acaba de recordar el profesor Vicenç Navarro (ver Motivos para la huelga general) la situación de los trabajadores y trabajadoras españolas se deteriora sin cesar como consecuencia de las políticas gubernamentales. No para de disminuir la participación de los salarios en el total de las rentas, aumenta el stress y el malestar laboral, España es el único país de la OCDE donde los salarios han disminuido en los últimos quince años, los beneficios de las grandes empresas españolas aumentaron un 73% de 1999 a 2008 (el doble que las de la Unión Europea de los 15) mientras que los costes laborales solo subieron el 3,7% (la mitad que en la UE-15), España sigue a la cola en gasto social en relación con el PIB, lo que significa que sigue realizando menos esfuerzo para financiar los derechos y el bienestar de las clases trabajadoras. De 2007 a 2009 el número de pobres aumentó en España en un millón, mientras que el número de personas que tienen activos por valor de más de un millón de euros se elevó en un 12%. Las leyes de igualdad y de avance social del gobierno se quedan sin presupuesto mientras se ayuda a bancos y a grandes empresas y mientras que no se tiene valor para obtener recursos por vías que no sean la reducción del gasto social, que es lo que le piden los ricos que no necesitan esas leyes. Para poner fin a todo esto es preciso presionar y apoyar ahora la huelga general.



4. Es inmoral y totalmente rechazable que una crisis que han provocado los bancos, las grandes fortunas y los especuladores se financie ahora con recortes de derechos laborales, de pensiones, de gasto social e incluso bajando los impuestos que pagan los más ricos, renunciando a la más mínima justicia fiscal, sin darle prioridad a la lucha contra el fraude y con la vergüenza que supone que los banqueros y las grandes fortunas españolas prácticamente no paguen impuestos. Para que la crisis la paguen quienes la han provocado y no los trabajadores es por lo que hay que apoyar también la convocatoria del día 29.



5. Los gobiernos europeos, incluido el español que presidió la Unión Europea durante un semestre, se han dejado vencer por la presión de los bancos y la patronal y no han sido capaces de hacer nada para evitar las causas que dieron lugar a la crisis financiera. No han tomado ni una sola medida de las que prometieron, siguen existiendo el secreto bancario y los paraísos fiscales que dijeron que iban a eliminar, los bancos siguen especulando y poniendo en peligro la economía mundial con productos financieros arriesgados y completamente improductivos. Las únicas reformas financieras emprendidas por el gobierno español han estado dirigidas a disimular las pérdidas y la irresponsabilidad de los bancos privados, a facilitar que vuelvan a obtener beneficios, y a privatizar las cajas de ahorros, a eliminar su componente social y a permitir que los bancos privados terminen quedándose con el segmento de mercado que hasta ahora ocupan. Hasta el propio Felipe González acaba de reconocer que "nada sustancial ha cambiado en el comportamiento real de las entidades financieras, salvo para cortar créditos a la economía productiva". Porque no podemos permanecer callados frente a un gobierno que es valiente a la hora de tomar medidas contra los débiles y cobarde para poner firmes a los poderosos, es necesario presionarle y apoyar la huelga general.



6. Se está diciendo a la gente que se toman medidas que son para resolver la crisis cuando en realidad no tienen nada que ver con eso sino que van a agravar sus consecuencias. Lo que hace falta para resolverla es atacar sus causas, garantizar que vuelva a surgir el crédito a la actividad productiva, poner freno a los abusos y a la especulación bancaria, limitar el poder de las grandes empresas que provocan subidas abusivas de precios que son las que de verdad están haciendo que España pierda competitividad, y poner en marcha un nuevo modelo productivo que tiene que estar basado en más igualdad, en nuevas actividades económicas creadoras de riqueza y no orientadas a la especulación y en un mercado interno más potente. En lugar de eso se está aprovechando el temor de la gente a la crisis para aplicar medidas que solo están encaminadas a crear mejores condiciones para que las grandes empresas (que son las que menos empleos crean) obtengan más beneficios y más poder de negociación. Y se está engañando a la gente cuando le dicen que hay que disminuir las pensiones para hacer frente a la crisis porque para mantener las pensiones en buenas condiciones lo que se necesita es más justicia fiscal, salarios más elevados, más empleo y menos especulación bancaria, lo que se podría conseguir, como ocurre en otros países más avanzados, si se empieza poniendo límites al poder de los bancos y de las grandes empresas.



7. No es verdad que para crear más empleo y evitar el trabajo temporal tan abusivo de nuestra economía sea necesario reducir, como se hace con la reforma laboral aprobada, los derechos de los trabajadores. Mienten quienes dicen que esta reforma se ha hecho pensando en los parados porque hasta los mismos que la han promovido reconocen que no va a crear empleo. Nuestro alto nivel de paro no está provocado principalmente por problemas que tengan que ver con el mercado laboral. Sus causas tienen que ver sobre todo con el mercado de bienes y servicios, en donde no hay suficiente capacidad de gasto porque los salarios son demasiado bajos, con la falta de capital social por insuficiente inversión y gasto público, con el enorme poder de las grandes empresas, que les permite obtener altos beneficios sin necesidad de innovar, y con el fomento de actividades especulativas que se vienen abajo en cuanto empeora la coyuntura. El efecto de las reformas laborales recientes nunca ha sido el de traer más empleo sino salarios más bajos y peores condiciones de trabajo.



8. Tampoco es verdad que para hacer frente ahora a la deuda y a la situación económica creada por la crisis financiera sean necesarias políticas de austeridad, sino todo lo contrario. Hay que presionar a los gobiernos europeos y al español para que cambien de criterio y no den lugar a una prolongación de la crisis durante años. Lo más seguro es que la política de austeridad que se está imponiendo termine por crear a medio plazo más deuda (cuando se debilite el crecimiento y se aumente la prima de riesgo) que la que ocasionaría una política de estímulo bien financiada por el Banco Central Europeo que es lo que debería garantizarse en Europa (ver La política de austeridad del gobierno español puede generar más deuda que las de estímulo fiscal). España necesita un gobierno que no se deje llevar por la voluntad de los grandes intereses económicos y financieros y para ello hay que hacerle ver al de Rodríguez Zapatero que no puede gobernar de espalda a las promesas que hizo a su electorado y dando satisfacción nada más que a los mercados. Los trabajadores y las trabajadoras españolas, las pequeñas y medianas empresas, los autónomos, los pensionistas, los parados, los estudiantes... necesitan que quienes dirigen el Partido Socialista y su gobierno dejen de actuar al dictado de la banca y la patronal y la única manera de conseguirlo es participar masivamente en esta huelga general para llamarles la atención y para hacerles ver que si siguen trabajando para otros, pueden perder el apoyo de su electorado. La forma en que el gobierno socialista está afrontando la crisis le supone una pérdida constante de apoyo que le hará perder las elecciones. Por eso, quienes queremos evitar un gobierno de la derecha todavía más antisocial debemos apoyar la huelga general, y con mucha más razón los afiliados y votantes del Partido Socialista,.

9. Hay que apoyar esta huelga porque la convocan los sindicatos y porque apoyar a los sindicatos ahora, justo cuando la derecha, la patronal y los poderes financieros quieren aprovechar la ocasión para quitárselos de en medio, es más necesario que nunca. No nos dejemos engañar: los países con mejores condiciones de vida son aquellos en donde los sindicatos son más fuertes y al contrario, donde son más débiles hay menos derechos laborales y menos bienestar social. Por eso la derecha trata siempre, como ahora, de desprestigiarlos y de acabar con su influencia. Es verdad que no podemos estar plenamente satisfechos del comportamiento de los sindicatos en los últimos años, pero esta convocatoria es precisamente una gran ocasión para hacerles ver el peligro que ha tenido su actitud acomodaticia de tanto tiempo, y para obligarles a que a partir de ahora adopten una práctica sindical diferente, más ligada a los trabajadores y menos pendiente de la comodidad y de los intereses de sus funcionarios.

10. Las medidas que está tomando el gobierno, y las que van a tomar en los próximos meses no solo amenazan a la economía sino también a los derechos sociales y personales y a la democracia. Cuando disminuyen los derechos laborales y los ingresos, cuando las personas se pasan toda la vida trabajando por unos pocos cientos de euros al mes, con stress, sin saber si al día siguiente tendrán empleo ni si tendrán una pensión suficiente cuando se jubilen, si habrá alguien que pueda cuidarles cuando sean dependientes... las personas dejan entonces de ser ciudadanos o ciudadanas para convertirse en esclavos, en seres que no piensan nada más que en sobrevivir y que, por tanto, tienden a desentenderse de todo. Y también porque es de ahí de donde nacen la intolerancia, la xenofobia, las dictaduras y los fascismos que hay que combatir y que estamos viendo crecer a nuestro alrededor hay que apoyar la huelga general.


Y además de todas estas, hay muchas más razones para apoyar la huelga general. En realidad hay millones de razones más. Tantas como trabajadoras y trabajadores hay en España. Porque apoyar la huelga significa que cada una de ellas o de ellos toma nota de lo que está pasando, que no se deja llevar por lo que le dicen día a día los que tienen los bolsillos llenos a su costa y que se pronuncia con independencia para no dejar que le sigan quitando lo que ha costado tanto conseguir. Y cada pronunciamiento en esas condiciones es un ejercicio de libertad y de responsabilidad que vale por sí mismo y que justifica el apoyo a la huelga del próximo día 29.

Juan Torres López es catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla y miembro del Comité Científico de ATTAC España

PALACIO MARQUÉS DE LA SONORA


En referencia al especial que preparamos en el mes de Septiembre nos han llegado unas imágenes sobre los trabajos realizados en el Palacio Marqué de la Sonora que creemos muy importante publicar.

PALACIO MARQUÉS DE LA SONORA











































































































































UTOPÍA. SEPTIEMBRE 2010. NÚMERO XI


UTOPÍA NÚMERO SEPTIEMBRE 2010
EDITORIAL

Introducimos algún cambio para este nuevo curso que empieza en Septiembre. A petición de algún lector de Utopía nuestra revista mensual comenzará con una canción que nos recomienden nuestros lectores. En esta ocasión me he permitido el lujo de ser yo el que elija la canción, espero les guste y se animen a recomendar para los próximos números.

SE ACABARON LAS LÁGRIMAS. HUECO

ENTREVISTA SALVADOR MORENO PERALTA


SALVADOR MORENO PERALTA nació en Málaga, aunque por motivos familiares su familia se trasladaría a Pontevedra, Cartagena y, finalmente Madrid, donde estudió en el Colegio del Pilar por cuyas aulas han pasado personajes como José María Aznar, Pérez Rubalcaba o Fernando Savater. Estudió arquitectura y perteneció al círculo de Fullaondo le hizo conocer a gente como Jorge Oteiza, Eduardo Chillida, Antonio López García y Santiago Amón. En el año 69 fue detenido por un delito que no había cometido, y cuya pena fue su deportación a Málaga en el año 1972, donde conoció a su mujer y comenzó a trabajar como arquitecto. De su ejercicio profesional destacan proyectos como el Ayuntamiento de Torremolinos, el corralón de Santa Sofía, el Plan General de Ordenación Urbana de Málaga de 1983, que redactó con José Seguí y Damián Quero, el rescate del parador de San Rafael (sede de Turismo Andaluz) y el Centro de Formación e Industria del Ocio de Mijas. La música y la lectura son sus otras dos pasiones. Es habitual ver artículos suyos en la prensa malagueña.


Desde su punto de vista, ¿cuál es el panorama actual de la ciudad de Málaga a nivel urbanístico? ¿Es el PGOU aprobado provisionalmente en el pleno municipal de julio, el PGOU que Málaga necesita?


Desde el punto de vista urbanístico Málaga, como todas las ciudades, está buscando su propio camino para adaptarse a lo que verdaderamente es una crisis planetaria, no sólo económico financiera sino de valores y modelos de urbanidad. Las ciudades grandes empiezan a ser conceptos inabarcables desde el punto de vista anímico, y es en ese contexto donde hay que encontrar un hueco para ejercer la condición de ciudadano que, a mi juicio, va por conseguir un modelo de relaciones de proximidad, de coexistencia entre el ubicuo espacio de los flujos y las necesidades de convivencia y de contacto físico con los demás ciudadanos, relaciones de comunidad, en suma. La vitalidad de Málaga es mayor que la que cabe en sus planes urbanísticos. Pero no hay que mitificar el PGOU como si fuera un Libros Sagrado.


Me echo a temblar cada vez que los políticos hablan del PGOU como "modelo de ciudad", que no es más que una Arcadia obsoleta e imposible. Más bien lo que hay que tener es criterio para dirigir los procesos urbanos según un sistema de verificación-error, ser sensibles a las nuevas realidades que generan los desarrollos que se van produciendo. La realidad va cambiando, y no siempre de acuerdo con nuestras previsiones. Se trata de trasladar a la capacidad de criterio lo que otros confían a la rigidez de las normas. Hoy, en Málaga como casi en todas partes, planeamiento urbano es sinónimo de burocracia, y parafraseando al Horacio de Hamlet, hay más cosas en el cielo y en la tierra de una ciudad de las que caben en la filosofía de un PGOU.

Visto los enfrentamientos entre Ayuntamiento y Junta, ¿cree usted que la voz de los arquitectos y urbanistas es tenida en cuenta entre los políticos?

No mucho, porque el urbanismo de hoy está en manos de burócratas celosos de sus competencias gremiales cuando no amedrentados por la judicialización de la política. Los urbanistas y arquitectos de hoy se encuentran desconcertados, lastrados por unos modos de concebir la ciudad anclados en una sociedad post-industrial que han saltado hecho pedazos. A veces resulta patético ver cómo cambian de opinión en poco tiempo siguiendo las veleidades de la moda. Comprendo que muchos políticos desconfíen de los urbanistas. Aparte de esto, cada político con responsabilidad es un urbanista frustrado. No olvidemos que la arquitectura y el urbanismo son, quizás, las dos herramientas más representativas del poder, la forma más ostensible de perpetuar su memoria, desde los faraones hasta nuestros alcaldes.

Algunos puntos candentes han sido Arraijanal, la construcción por encima de las rondas o el palmeral de las Sorpresas, ¿cuál es su punto de vista?


El Arraijanal parte de una inexactitud interpretativa: proclamar que era Suelo No Urbanizable cuando en realidad estaba clasificado como Suelo Urbanizable No Programado desde el PGOU del 83. Y se clasificó así para cubrir la demanda turística de sol y playa de la que Málaga carecía cuando le segregaron Torremolinos. En urbanismo imperan los tópicos, y el del "pulmón verde" frente a los "especuladores" es uno de ellos, muy difícil de matizar y rebatir.


El Arraijanal será un gran parque al que habrá que ir con coche. Bueno. Mantenerlo como una gran zona libre para deportes, paseos, actos públicos, niños y ancianos, etc está muy bien, pero, sinceramente, desconfío de la capacidad que Málaga tiene para mantener y vigilar este tipo de cosas. La negativa a la construcción por encima de las rondas es otro de los tópicos. Lo que allí se ha planteado es asignar a la iniciativa privada, con una huella edificada concentrada y muy escasa, la regeneración del manto vegetal, el acercamiento del parque de los montes a la ciudad, fundir el medio natural con el urbano y dejar ese espacio sellado con ese modelo. Por otro lado la ronda no es más que un elemento artificial der tráfico, y no una barrera natural, pues si así se concibe, también lo hubiera sido la ronda Oeste y no se habría podido extender la ciudad por la llanada del Guadalmedina y el valle del Guadalhorce. Ha sido el triunfo del tópico frente al debate mínimamente científico.


El Palmeral de las Sorpresas fue una conquista ciudadana frente a la pretensión de construir en el muelle 2 un monstruoso Centro Comercial. El proyecto actual es brillante, pero con algo que el ciudadano percibe como un error: su cota de rasante, que obliga a mantener la valla, esta vez como protección, y no como separación entre el Puerto y la Ciudad, pero valla al fin y al cabo, cuya demolición en Málaga es una reivindicación histórica. La gente lo que ve es que no se puede pasar del Paseo de los Curas al Muelle. Tal vez el arquitecto autor del proyecto, enrasando el Palmeral con el Parque, haya hecho un guiño para impulsar en su momento el soterramiento del Paseo de los Curas, para que no se interfieran las comunicaciones rodadas (longitudinales), y las peatonales (transversales).

Si de usted dependiera, ¿qué proyectaría en el cauce el Guadalmedina?


Es un espacio para usos mixtos, con las funciones preponderantes de relacionar físicamente la Málaga Oeste con la del Centro. Es un espacio que debe reconocerse en su doble condición: lineal, en la medida en que es un eje (peatonal y viario) y fragmentario, en la medida en que son muy diferentes los trozos de ciudad que a él se asoman. Debe estar conectado con el Puerto desde el punto de vista viario, para dar salida hacia las Pedrizas a los tráficos portuarios (mercancías y cruceristas) sin pasar por la ciudad, coexistiendo con amplias zonas arboladas, peatonales y esparcimiento, en una gran variedad. Pero antes los ingenieros tienen que ponerse de acuerdo de una vez si el cauce puede ser total o parcialmente embovedado. Subyace aquí una interminable discusión de índole más gremial que técnica, que impide abordar un asunto satisfactoriamente resuelto en otros lugares como, por ejemplo, la rambla almeriense.

Otro debate es la disyuntiva entre arquitectura vertical y horizontal. ¿Por qué cree que en Málaga han encontrado tanto rechazo los rascacielos?

El rechazo a la edificación en altura creo que procede de los años sesenta cuando, con muy mala calidad, se hicieron grandes bloques que el imaginario colectivo se asimila con lo periférico, lo especulativo, incluso con lo cutre. Es otro tópico más. La edificación en altura concentra edificabilidad y libera espacio, si existe una proporción razonable entre la superficie y la altura. El problema es que, por su propia naturaleza técnica, el rascacielos exige una construcción costosa y de calidad. ¿Hay capacidad económica y de mercado en Málaga para abordar eso, y con qué, oficinas, viviendas...?

Una vez que el actual PGOU agotará prácticamente el suelo urbanizable del municipio, ¿Cuál es el futuro de Málaga, crecer a expensas de los polígonos (especialmente el del Guadalhorce) o reurbanizar la ciudad consolidada?

Las dos cosas. Es muy posible que algunos polígonos (los más céntricos) se transformen en barrios residenciales y es posible también que la actividad industrial (que aquí es fundamentalmente de talleres medianos y almacenes), se exporten a zonas logísticas del Área Metropolitana. Y, por supuesto, queda un amplio margen de transformación interna en la ciudad consolidada, y no me refiero sólo al Centro Histórico. En el futuro próximo tendremos que afrontar la rehabilitación de los Centros No Históricos, aquellos que las generaciones inmediatas han creado, no nuestros antepasados.

¿Es posible en nuestro tiempo grandes operaciones tipo apertura de Calle Larios, Avd. Andalucía o cualquier otra que suponga una trasformación radical de la ciudad consolidada?


Sí, por ejemplo el llamado bulevar del soterramiento del ferrocarril, que es una oportunidad única, si se hace bien, para vertebrar todo el gran arco del primer crecimiento malagueño hasta la Ronda Exterior. Las conexiones transversales que propicien esta intervención se van a dejar sentir en el funcionamiento de toda la ciudad. El eje del Guadalmedina, ya mencionado, es otra operación de enorme trascendencia, o una versión "monográfica" de todo el frente litoral, desde el Guadalhorce hasta el Rincón, pasando por, entre otros lugares pendientes de actuación, los Baños de Carmen.

Respecto al centro histórico, es palpable que, a pesar de los esfuerzos por reurbanizar calles y plazas, no se obtiene el mismo resultado en cuanto a la conservación del patrimonio arquitectónico. Observamos una y otra vez demoliciones, ya sean totales o parciales. Es lamentable el estado en el que se encuentran algunos edificios históricos como la casa donde nació Cánovas del Castillo. O el caso de barrios con calle angulosas por donde da miedo pasear

¿Qué falla para que no podamos conservar nuestro patrimonio arquitectónico y para no hacer reutilizables esos espacios?
Muy simple: de nuevo la burocracia, que es el cáncer de nuestro tiempo, nuestra región y nuestra ciudad. En este caso están, por ejemplo, los verdaderos abusos en los trámites arqueológicos, algo de lo que todo el mundo se lamenta pero nadie habla por miedo a lo políticamente incorrecto. Bien está la investigación arqueológica- y fui uno de los primeros en introducirla en el planeamiento general- pero no hasta el punto de que no existan plazos ni límites económicos para los propietarios de solares afectados por las excavaciones.


Urge una regulación en este sentido. Lo que no puede ser es que por una interminable búsqueda de nuestras identidades subterráneas se nos caiga la ciudad emergente a pedazos. Y luego tampoco están claras las de la edificación, sometidas con frecuencia a las veleidades interpretativas de los funcionarios municipales. Todo se confabula, pues, para que nadie quiera invertir en el Centro. Por otro lado, la política municipal parece más preocupada en "tematizar" el Centro (como un escaparate de una historia impostada) que reintroducir en él la residencia y los usos productivos. Es lo que pudiéramos llamar el "síndrome de la calle Larios".


Y por último, si se quiere rehabilitar el Centro, hay que acometer de una manera unitaria y general las obras de infraestructura. No se puede hacer por fragmentos, de acuerdo con las ocurrencias y campañas electorales de turno. Y es que en la rehabilitación intervienen muchos factores simultáneos (arreglo de viviendas, construcción de viviendas nuevas, equipamientos, cualificación de espacios públicos, políticas sociales, etc), que comprometen a muchos organismos y áreas administrativas, pero eso choca con la enrevesada mañana de corralitos competenciales en los que se ha convertido la Administración: un perfecto aparato de relojería para entorpecerlo todo, un kafkiano universo de papel en la época del ordenador.

¿Es posible recuperar el urbanismo del barrio tradicional, la plaza cerrada, la calle no muy ancha, etc., o está superado?


No es que sea posible, es que ahora es más necesario que nunca. Como apuntaba al principio, paradójicamente, la cultura del ciberespacio, el trabajo a distancia, las redes sociales, etc, han generado una fuerte necesidad de contacto y vida comunal, que son las relaciones que han propiciado la ciudad "de siempre", la histórica, la de nuestra infancia. Soy muy optimista en la relación que pueda existir entre redes sociales y la mejora de las ciudades, aunque parezcan mundos y temas inconexos.

En cuanto a la arquitectura moderna, ¿Tiene su lugar en el centro? ¿Y cómo es posible doblegar las reticencias a su implantación en el casco histórico?


La arquitectura siempre tiene que ser moderna; lo que pasa es que la modernidad se conjuga de una forma distinta al lado de una catedral que en un barrio periférico o en un parque tecnológico. Al final no hay regla, sino la sensibilidad y el talento de un arquitecto para lograr que ese edificio moderno se instale rápidamente en la memoria colectiva de la ciudad, como si, pasada la primera sorpresa, pareciera que ese edificio "siempre hubiera estado allí".

¿Considera adecuado conservar sólo las fachadas de algunos edificios con menos protección arquitectónica? ¿Cree que deberían revisarse los criterios de consideración del grado de conservación de los edificios históricos?


Sí deben revisarse los criterios, puesto que el urbanista que hizo la catalogación muchas veces se fijó sólo en la fachada, sin conocer el grado de deterioro o de transformación interna que pudo tener ese edificio. De nuevo los rigores burocráticos. En cuanto a la conservación de las fachadas me parece bien, por razones de mimetismo o contigüidad con edificios históricos que marcan el carácter de la zona. Pero entonces, que se permita también una gran libertad en las distribuciones internas de esos edificios.


La arquitectura decimonónica igualaba los huecos de las fachadas, de manera que los mismos huecos podían servir para ventilar salones que dormitorios, cocinas o baños. Ese "fachadismo" compositivo y puramente formalista podía ser interesante de puertas para afuera, pero era una impostura de puertas para adentro. Permítasenos, pues, que ahora podamos arreglar el problema con plantas libres tipo "loft" o soluciones afines. Resulta grotesco, retrógrado y ultraconservador oír hablar de la relación estrecha entre las fachadas y la estructura interna de los edificios del siglo XIX como un valor sacrosanto cuando en realidad se trataba de una impostura formalista. Se trata de verter vinos nuevos en odres viejos.

¿Cuál es, a su juicio, el rumbo que está tomando el urbanismo actual a nivel internacional? ¿Está Málaga en la línea de lo que se proyecta a ese nivel?


Está en un momento de transición, y además, muy variado. No se puede generalizar. Los países emergentes y las nuevas potencias están reproduciendo unos modelos ya fracasados en países maduros. Acordémonos, por ejemplo, en los nuevos barrios de Bombay en la película "Slumsdog millionaire". La reflexión más solvente y más sugestiva es la de aquella que intenta reproducir en las megápolis las formas de vida tradicional: que puedas vivir en Nueva York o en Buenos Aires pero sin perder el sentido comunal del barrio. La crisis energética tiende a que los desplazamientos cotidianos se minimicen, incluso en transporte público.


Por otro lado las formas de vida - y, por consiguiente, de utilizar el territorio- son enormemente diversas. Es ridículo plantear de una manera tajante la dicotomía "ciudad compacta" y "ciudad dispersa", porque las dos coexisten, con sus ventajas e inconvenientes. Lo que sí detecto es una tendencia a diluir la separación drástica entre medio natural y medio urbano. Hay como un retorno al utopismo decimonónico y las ideas de la "Ciudad Jardín".

Como arquitecto ¿Cree que Málaga posee identidad propia, rasgos distintivos?


Sin duda los tiene. Su centro decimonónico tiene mucha más capacidad icónica e identitaria de lo que creemos. Y hay otros muchos lugares, unos evidentes y otros no, que suministran muchos rasgos de identidad propia. La cuestión es saber mirar la ciudad con ojos nuevos, y ver las potencialidades de muchos lugares que hoy son tenidos por irredentos. Mi afición es, precisamente, descubrir esos lugares en cada barrio...pero, en fin, sólo tenemos puesta la vista en la calle Larios.

¿Cuál es para usted el modelo de ciudad que más le haya sorprendido?

Curitiba, en Brasil: cómo se puede hacer de la nada una ciudad moderna, habitable, ecológica, ejemplar en su transporte público... Es la obra de un gran alcalde- arquitecto, un alcalde de referencia mundial, Jaime Lerner.


¿Qué proyectos tiene Málaga pendiente?


El Guadalmedina, el Auditorio, el soterramiento del Paseo de los Curas, el bulevar del ferrocarril, la incorporación a la ciudad del muelle 4 del Puerto....

Si de usted dependiera, ¿qué edificio de la ciudad de Málaga echaría abajo?

Uno al lado de la Iglesia de San Juan, otro en la ladera de Gibralfaro, algunas barriadas periféricas de los sesenta...Al chalet de la Ronda Exterior que alguien bautizó como "Xanadú" lo cercaría y pondría un cartel explicativo: "quintaesencia del malagueño ladrillero hecho a sí mismo: especie protegida"

Le invitamos a soñar. Enuncie un proyecto posible o imposible para la ciudad de Málaga.

Un proyecto en el que cada zona, cada barrio o distrito tuviera un edificio de gran calidad arquitectónica, sede de oficinas para una eficaz descentralización administrativa y de un equipamiento cultural de carácter metropolitano: unos referentes que descentralizaran la Cultura por toda la ciudad y generara sentimientos de orgullo y pertenencia del ciudadano a sus ámbitos domésticos y cotidianos, deshaciendo ese atroz modelo que hace de la mayor parte de Málaga una ciudad-dormitorio.

ENTREVISTA LUIS MACHUCA

LUIS MACHUCA
Luis Machuca, (Madrid, 1946) es urbanista y trabaja como arquitecto en la Diputación de Málaga. Ha trabajado en diferentes proyectos como el edificio Ateneo, frente a la Catedral, el palacio Episcopal o el nuevo Centro Cultural Provincial.
A lo largo de su trayectoria como arquitecto ha recibido diferentes premios: premio Málaga de Arquitectura (1986), segundo Premio concurso de ideas organizado por F.E.V.E. para remodelación de la Estación de Jovellanos en Oviedo (1989), Premio Málaga de Arquitectura por la rehabilitación del Palacio de Valdeflores (1989), primer Premio en Concurso con jurado para la realización del Parque Norte en Málaga (1992), Premio MÁLAGA de Urbanismo. PECRI de Antequera (1993). Mención Premio MÁLAGA de Arquitectura (1995), etc.



Desde su punto de vista, ¿cuál es el panorama actual de la ciudad de Málaga a nivel urbanístico? ¿Es el PGOU aprobado provisionalmente en el pleno municipal de julio, el PGOU que Málaga necesita?


Málaga necesita, como cualquier ciudad, que se construyan los proyectos urbanos que la articulen, que le den continuidad al tejido urbano y a éste con su territorio de influencia.

No creo que en estos momentos exista algún PGOU que objetivamente sea el que necesitan las ciudades y Málaga no es la excepción. Los planes son documentos políticos que desde hace aproximadamente una década se redactan por medio de convenios urbanísticos, que a su vez están sirviendo para que los ayuntamientos se financien. En el caso de Málaga se da la circunstancia de que la redacción y aprobación provisional del mismo se realiza bajo el gobierno de una formación política diferente de la que efectúa la aprobación definitiva, lejos pues de ser una garantía se convierte en un elemento más de negociación y discordia.

Los técnicos redactores de los planes le dan forma, la mayor parte de las veces abusando de un ordenancismo literario y de escasa calidad gráfica. Como consecuencia de ello, el resultado suele ofrecer cierta inseguridad jurídica, quedando el plan en manos de quienes tienen que gestionarlo. Podrían ahorrarse tres cuartas partes del redactor.

Visto los enfrentamientos entre Ayuntamiento y Junta, ¿cree usted que la voz de los arquitectos y urbanistas es tenida en cuenta entre los políticos?

Si los planes fueran documentos relativamente fieles a la información urbanística los resultados serían claramente diferentes.

El planeamiento urbanístico no es una ciencia exacta, los equipos municipales defienden o argumentan las propuestas de los ayuntamientos para los que trabajan, y lo mismo hacen los técnicos de la Junta de Andalucía. Los argumentos de una y otra parte pueden tener similar peso, no obstante me fio más de los equipos que patean el territorio que de los que están en los despachos, a pesar de las experiencias vividas en muchos municipios de España, Marbella ha sido el ejemplo paradigma de lo que no se debe hacer.

Algunos puntos candentes han sido Arraijanal, la construcción por encima de las rondas o el palmeral de las Sorpresas, ¿cuál es su punto de vista?

Me resulta difícil entender que no haya habido problema en aceptar un conjunto de centros comerciales en la zona, que generan problemas de todo tipo, especialmente de congestión de infraestructuras, y Arraijanal haya sido un problema irresoluble. Siempre hacer un parque o un equipamiento es una buena salida, pero no he leído ni un solo argumento de peso, tanto a favor como en contra.

La topografía al norte de las rondas es muy abrupta, la densidad tendría que ser muy baja. No tiene sentido poner límites a priori, una autovía no necesariamente tiene que ser el límite. En la ciudad, las autovías urbanas conviven con las diferentes tipologías edificatorias. Los límites de la ciudad deben ser consecuencia de los estudios previos, de la información urbanística necesaria para la correcta redacción de un planeamiento. No debemos olvidar que los crecimientos de la ciudad los pagamos entre todos los ciudadanos con el mantenimiento.

El “palmeral de las sorpresas” es solo una parte de un proyecto que aunque fraccionario debe ofrecer una imagen global unitaria y que tenga bien resuelta la continuidad urbana con la ciudad.
Si de usted dependiera, ¿qué proyectaría en el cauce el Guadalmedina?
El cauce del Guadalmedina es una asignatura pendiente de Málaga desde hace un siglo. No es un problema muy complicado cuando lo han resuelto en otras ciudades, algunas tan próximas como Almería o Granada.

Otro debate es la disyuntiva entre arquitectura vertical y horizontal. ¿Por qué cree que en Málaga han encontrado tanto rechazo los rascacielos?

El debate está mal planteado, unas tipologías no tienen que ser excluyentes de otras, en una ciudad se pueden utilizar todas las que convengan en función de los distintos condicionantes físicos, medioambientales, densidad necesaria, etc.

La arquitectura vertical, el rascacielos, concentra alta densidad de población en poco suelo por lo que es un sistema fácil para especulación de suelo, caso Benidorm, en cambio es preferible hacer un edificio en altura a por el contrario “alicatar” un gran espacio con adosados o edificaciones abiertas de tres plantas. El edificio en altura no solo no estropea el paisaje puede ayudar a cualificarlo, dependerá de la calidad del proyecto.

No obstante la arquitectura horizontal, independientemente de cualquier uso, funciona mejor que la vertical. La arquitectura horizontal es más segura contra incendios, terremotos, terrorismo etc. Los bomberos apenas pueden superar 8 o9 plantas de un edificio, por ello los edificios horizontales son más fáciles de evacuar.

Una vez que el actual PGOU agotará prácticamente el suelo urbanizable del municipio, ¿Cuál es el futuro de Málaga, crecer a expensas de los polígonos (especialmente el del Guadalhorce) o reurbanizar la ciudad consolidada?

Estaremos de acuerdo en que Málaga no es un espacio aislado, su área de influencia es muy superior a la superficie del termino municipal, es el centro de una conurbación de 180 km en la costa y un área metropolitana que encierra gran parte del valle del Guadalhorce. La historia nos dice que las ciudades se han construido unas sobre otras, es decir se rentabilizan las infraestructuras existentes, se renuevan sobre el mismo solar de la ciudad.

El desplazamiento de los polígonos industriales es parte de la reutilización del solar de la ciudad. Los polígonos más importantes de Málaga son una autentica cochambre así que no se perderá demasiado el día que se urbanicen y construyan con más calidad en espacios menos centrales y que no tienen que estar necesariamente en el término municipal de Málaga.

El mismo argumento sirve para otros barrios residenciales, sin olvidarnos del centro histórico.

¿Es posible en nuestro tiempo grandes operaciones tipo apertura de Calle Larios, Avd. Andalucía o cualquier otra que suponga una trasformación radical de la ciudad consolidada?

Debería ser posible, el centro histórico necesita operaciones de cirugía urbana con el fin de revitalizarlo, es un barrio más de la ciudad que tiene que soportar la carga de la de la historia.
Es un proyecto difícil porque se trata de renovación urbana sin perder la identidad y es aquí donde es más difícil ponernos de acuerdo. Encontraremos personas y colectivos que quieren parar la historia, otros se conforman con una mera escenografía conservando fachadas sin gran valor arquitectónico y mucho menos constructivo, los que quieren museizar el casco histórico, etc.

La apertura de calle Larios es el mejor proyecto urbano de nuestra historia, aunque fuera una operación especulativa de gran alcance. Hoy las condiciones de la sociedad malagueña son diferentes, la ciudad demanda más cosas, accesibilidad, movilidad, aunque se sigue teniendo en común la necesidad de permeabilidad urbana.

Respecto al centro histórico, es palpable que, a pesar de los esfuerzos por reurbanizar calles y plazas, no se obtiene el mismo resultado en cuanto a la conservación del patrimonio arquitectónico. Observamos una y otra vez demoliciones, ya sean totales o parciales. Es lamentable el estado en el que se encuentran algunos edificios históricos como la casa donde nació Cánovas del Castillo. O el caso de barrios con calle angulosas por donde da miedo pasear
¿Qué falla para que no podamos conservar nuestro patrimonio arquitectónico y para no hacer reutilizables esos espacios?

Se produce la gran contradicción de que precisamente en los edificios declarados BIC, es decir, en los edificios de mayor valor arquitectónico, se ha permitido y se sigue permitiendo intervenciones duras y en otros muchos edificios de menor relevancia correspondientes a la arquitectura domestica del s. XIX, la protección resulta en la práctica mucho mayor que de haber sido declarados Bien de Interés Cultural.

En grados de menor protección, como en el caso del valor ambiental, si no se opta por proyectar un mal pastiche, resulta una pesadilla conseguir los permisos para empezar una obra en el CH.

¿Es posible recuperar el urbanismo del barrio tradicional, la plaza cerrada, la calle no muy ancha, etc., o está superado?

Claro que es posible, yo creo que no se ha perdido, lo que pasa es que los PGOU son muy generalistas. Son los proyectos urbanos los que tienen la misión de diseñar especialmente los ensanches y estos proyectos olvidan las calles y plazas con comercios, oficinas y residencia.
El mercado ha preferido edificaciones abiertas o adosadas, pero una ciudad tiene que ser capaz de asimilar los diferentes modelos. No se ha inventado nada nuevo, la calle comercial, espacios libres, alineaciones que conforman los espacios urbanos, los encontramos en cualquier ciudad moderna del mundo.

En cuanto a la arquitectura moderna, ¿Tiene su lugar en el centro? ¿Y cómo es posible doblegar las reticencias a su implantación en el casco histórico?

La arquitectura hoy solo puede ser moderna, de su tiempo, o no debemos llamarle arquitectura.
El lugar es un condicionante muy importante para el proyecto arquitectónico, no vale cualquier proyecto “moderno” por bello que nos parezca para cualquier lugar, hay espacios anodinos en los que el proyecto nuevo será el que dé ese carácter y cualificación que le falta al lugar. En espacios con un carácter muy marcado la arquitectura debe ser más silenciosa, pero siempre arquitectura, aunque al principio pueda producir rechazo, porque la resistencia a la innovación es natural, hoy construimos muy deprisa. Las catedrales se han construido en plazos que han durado siglos, varias generaciones han vivido su construcción, les parecía por tanto natural la superposición de corrientes y estilos.

¿Considera adecuado conservar sólo las fachadas de algunos edificios con menos protección arquitectónica? ¿Cree que deberían revisarse los criterios de consideración del grado de conservación de los edificios históricos?

Conservar fachadas sólo cuando sean de verdadera calidad constructiva o arquitectónica.
Una arquitectura debe suceder a la precedente, y continente y contenido deben ser coherentes entre sí.

¿Cuál es, a su juicio, el rumbo que está tomando el urbanismo actual a nivel internacional? ¿Está Málaga en la línea de lo que se proyecta a ese nivel?

Se está buscando redefinir la ciudad ¿Qué es la ciudad? ¿Cuántos modelos conviven en una ciudad? ¿Cuáles son los límites de la ciudad? Por otra parte se intenta ordenar todo el territorio, más allá de la ciudad consolidada.

Málaga no es diferente en este sentido, aunque son los proyectos urbanos los que en cierto modo no han estado a la altura de una ciudad con el potencial humano, gran vitalidad, situación geográfica y clima como el nuestro. En cuanto a la calidad de su arquitectura sí está demostrando que no tiene nada que envidiar a otras ciudades, no es necesario que vengan a descubrirnos y situarnos en un mapa en el que ya estamos.

Como arquitecto ¿Cree que Málaga posee identidad propia, rasgos distintivos?

Todas las ciudades que han tenido un similar proceso de formación poseen rasgos comunes y otros que las diferencian.

Málaga está en ese grupo o familia de ciudades mediterráneas que han seguido pautas comunes en sus orígenes y formación, ello nos permite reconocer nuestro pasado, nuestras permanencias, la estructura histórica, etc. Luego cada una ha seguido su camino y tiene sus rasgos diferenciadores y su imagen.

Málaga está en un enclave que permite a la ciudad verse a sí misma, gana mucho en la distancia y en diferentes horas del día o en la noche. En las distancias cortas no nos vale la primera mirada, nos obliga a conocerla mejor para apreciar sus valores.


¿Cuál es para usted el modelo de ciudad que más le haya sorprendido?

Me han gustado ciudades muy diferentes, los modelos en éstas no son únicos, normalmente conviven diferentes que se corresponden con su historia antigua o reciente.
Los modelos difícilmente son trasladables, si los mezclamos buscando la ciudad ideal nos saldrá un monstruo. ¿Se imagina una ciudad que toda ella fuera como una ciudad “expo”? Sería un desastre.

Por ello no puedo decir que una determinada ciudad me haya sorprendido por el modelo. El modelo más reconocible lo encontré en Brasilia, es un gran proyecto con magnifica arquitectura pero seguro que no funciona, al menos tal como entendemos que debe ser una ciudad, suma de espacios de relaciones y conflictos.

Si de usted dependiera, ¿qué edificio de la ciudad de Málaga echaría abajo?

Hay un edificio residencial en Gibralfaro que si desapareciera mejoraría bastante el skyline distintivo de nuestra ciudad, pero no me resisto a poner otro ejemplo, ese desafortunado pórtico de ladrillo, vidrio y chapa en el penúltimo tramo del Guadalmedina como frente obligado del hotel NH.

Le invitamos a soñar. Enuncie un proyecto posible o imposible para la ciudad de Málaga.

La solución a la fractura que sigue siendo el Guadalmedina. Un paseo marítimo o litoral de calidad que uniría El Rincón de la Victoria con Torremolinos incluido el puerto de Málaga. Una buena solución puerto-ciudad que resuelva no sólo la accesibilidad más inmediata si no las conexiones del puerto y la periferia, y por ultimo un tren litoral desde Almería a Algeciras.


ESPECIAL URBANISMO. NICOLÁS SÁNCHEZ Y RAQUEL GARCÍA


NICOLÁS SÁNCHEZ JIMÉNEZ Y RAQUEL GARCÍA
Nicolás Sánchez es el creador del blog salvemos-málaga (http://salvemos-malaga.blogspot.com/). Se trata de un blog que como señala el propio blog en su presentación es un rincón por la defensa y difusión del patrimonio histórico malagueño, además de denunciar los atentados que continuamente se cometen en nuestra ciudad contra valiosos ejemplos de nuestra arquitectura. Raquel García participa en el blog Urbanismo de Málaga (http://urbanismodemalaga.blogspot.com/)


ENTREVISTA NICOLÁS SÁNCHEZ JIMÉNEZ

Desde su punto de vista, ¿cuál es el panorama actual de la ciudad de Málaga a nivel urbanístico? ¿Es el PGOU aprobado provisionalmente en el pleno municipal de julio, el PGOU que Málaga necesita?

A mi juicio el urbanismo que se ha seguido en Málaga capital en las últimas décadas es de escasa calidad en su gran mayoría. Se echan en falta planes de rehabilitación de barrios enteros, tampoco se ha abordado la eliminación de “contaminación visual” que se da en el centro, ni se han previsto las infraestructuras necesarias para un crecimiento sostenible de la ciudad.

Visto los enfrentamientos entre Ayuntamiento y Junta, ¿cree usted que la voz de los arquitectos y urbanistas es tenida en cuenta entre los políticos?
Para nada, dentro de los discursos y disputas partidistas de poco cuentan no ya las opiniones de los expertos (no siempre arquitectos sino también historiadores, arqueólogos, historiadores del arte, etc) sino los deseos y necesidades de gran parte de la ciudadanía. Gran parte de los proyectos anunciados están lejos de lo que verdaderamente necesita el ciudadano de a pie, otros no van más allá del papel, por no hablar de la gran cantidad de presupuestos que se acaban disparando sin ninguna justificación razonable por parte de las instituciones.

Algunos puntos candentes han sido Arraijanal, la construcción por encima de las rondas o el palmeral de las Sorpresas, ¿cuál es su punto de vista?

Arraijanal constituye el único espacio vírgen del litoral de la capital. Málaga carece de grandes parques periurbanos donde la población pueda acudir. Creo que este espacio debe preservarse de la construcción como pretendía la Junta de Andalucía y hacer un gran parque que todos podamos disfrutar. Además los accesos a Málaga a la altura de Guadalmar están saturados como para construir una nueva urbanización. Además la zona carece de equipamientos tan básicos como institutos, parques, bibliotecas, ambulatorio, y transporte público rápido y eficaz como para aumentar considerablemente la densidad poblacional de la zona.

En cuanto a la construcción por encima de las rondas, a mi juicio es un despropósito. No deben ocuparse espacios tan escarpados como los que hay al norte de las rondas, imágenes como las de Benalmádena o El Rincón de la Victoria hablan mucho de la masificación urbanística que tanto amenaza a la ciudad y que debería evitarse.

El palmeral de las sorpresas a priori no es un mal proyecto, sin embargo no entiendo por qué hubo de derribarse el Silo o por qué aún no está claro qué va a ocurrir con la verja del puerto, por no hablar del cercano proyecto de la esquina del puerto y el famoso hipermercado que pretenden instalar allí.

Si de usted dependiera, ¿qué proyectaría en el cauce el Guadalmedina?
Propondría la restauración ambiental del cauce con espacios dedicados al disfrute de los ciudadanos, pistas deportivas y vegetación autóctona. El Guadalmedina es una de las señas de identidad de la ciudad desde su fundación, no podemos “eliminarlo” porque estorbe a algunos. Auténticos barrios se han configurado como tal en función del propio río. Algo de lo que apenas se habla es de los puentes sobre el río. La gran mayoría no tienen valor arquitectónico alguno, pero no olvidemos otros tales como el de la Aurora, el del Carmen, Santo Domingo (Alemanes), o el de Armiñán, ¿qué hacemos con ellos? ¿los derruimos y los vendemos por chatarra? es algo que nunca se dice.

Además no podemos olvidar que el Guadalmedina es un cauce de agua, y ello ha podido comprobarse este invierno tras las intensas lluvias.

Otro debate es la disyuntiva entre arquitectura vertical y horizontal. ¿Por qué cree que en Málaga han encontrado tanto rechazo los rascacielos?

Tengo mis dudas en cuanto a que Málaga no sea una ciudad vertical, el desarrollismo de los años sesenta pobló a Málaga de cientos de edificios que constituyen de por sí auténticos minirascacielos. Si vemos una imagen de Málaga, en la mayoría de los barrios predomina la verticalidad y la masificación de bloques de viviendas sin apenas espacios para el esparcimiento (la Luz, Palma-Palmilla, Miraflores de los Ángeles, las Delicias, Jardín de la Abadía, Eugenio Gross, etc.)

El debate de los rascacielos se suscita a mi juicio, al querer ser “impuestos” en áreas muy densamente pobladas. Por ejemplo las torres Comarex se anunciaron donde en un principio había sido prometido un parque para el distrito de la Carretera de Cádiz, en el caso de Martiricos ocurre algo parecido en un espacio donde los equipamientos urbanos escasean.
Sin embargo en las áreas de expansión como Teatinos o la ampliación de la Universidad no se ha apostado por este tipo de construcción pese a ser zonas donde el impacto sobre la ciudad ya consolidada sería mucho menor.

Una vez que el actual PGOU agotará prácticamente el suelo urbanizable del municipio, ¿Cuál es el futuro de Málaga, crecer a expensas de los polígonos (especialmente el del Guadalhorce) o reurbanizar la ciudad consolidada?

Una solución intermedia sería lo más adecuado. Málaga como gran ciudad necesita de los polígonos industriales y por ello no puede prescindir de ellos totalmente. Hoy en día se está de acuerdo con que el “salvaje” urbanismo llevado a cabo en los años 60 y 70 carece de las más elementales nociones de sostenibilidad. Seguramente habría que plantearse a medio-largo plazo la sustitución arquitectónica de algunos espacios como en la Carretera de Cádiz o el sector de Miraflores de los Ángeles. Habría que dar paso a un urbanismo razonable que proporcione a los ciudadanos unos niveles de confort aceptables dotando de equipamientos a los espacios, mejorando las comunicaciones, aumentando los metros cuadrados de zonas verdes, etc.

¿Es posible en nuestro tiempo grandes operaciones tipo apertura de Calle Larios, Avd. Andalucía o cualquier otra que suponga una trasformación radical de la ciudad consolidada?

Si es a costa de sacrificar el ya de por sí maltrecho patrimonio histórico-artístico local no sería posible, debemos procurar la preservación tanto del Centro como de los barrios históricos para que éstos no pierdan sus señas de identidad.

Es cierto que el plano de la ciudad está mal trazado. En parte porque el crecimiento se hizo de forma un tanto anárquica sin planificación alguna. Por ello en ciertos barrios se haría necesario mejorar las comunicaciones con la apertura de nuevos viales propios de una gran ciudad. Si lo pensamos fríamente, Málaga apenas tiene dos o tres avenidas de envergadura pese a ser la sexta ciudad española en tamaño.

Respecto al centro histórico, es palpable que, a pesar de los esfuerzos por reurbanizar calles y plazas, no se obtiene el mismo resultado en cuanto a la conservación del patrimonio arquitectónico. Observamos una y otra vez demoliciones, ya sean totales o parciales. Es lamentable el estado en el que se encuentran algunos edificios históricos como la casa donde nació Cánovas del Castillo. O el caso de barrios con calle angulosas por donde da miedo pasear ¿Qué falla para que no podamos conservar nuestro patrimonio arquitectónico y para no hacer reutilizables esos espacios?

Intervienen una serie de factores, pero todos giran en torno a lo mismo, la ignorancia o el desconocimiento de la ciudadanía frente al patrimonio local. A ello se une una administración local “poco sensible” en cuanto la conservación.
Es impresionante la cantidad de patrimonio que se está perdiendo en nuestra ciudad con total impunidad. Para muchos promotores es más cómodo derribar y construir edificios de nueva planta que rehabilitar estos inmuebles. Detrás hay factores como el aumento de la edificalidad o acabar con alquileres de renta antigua.

Un factor clave en la degradación de barrios históricos ha sido “el vaciado de población autóctona” y el realojo de auténticos barrios marginales en los mismos. Esto ha ocurrido en lugares como en la Trinidad o en las Lagunillas. Si lo que se busca es la integración de estos grupos en la sociedad, no se entiende que se desmonten núcleos marginales y se vuelvan a instalar tal cual en otro lugar.

La gente autóctona de los barrios se sentía identificada con éstos. Así se preocupaban del buen estado de las viviendas, se organizaban fiestas y verbenas, encalaban las fachadas, etc. Hoy todo esto se ha perdido y los barrios se han convertido en espacios donde esa cooperación entre vecinos y buen ambiente ha sido sustituidos por delincuencia, tráfico de drogas y basuras.

¿Es posible recuperar el urbanismo del barrio tradicional, la plaza cerrada, la calle no muy ancha, etc, o está superado?
Más que recuperar hablaría de conservar este tipo de urbanismo. En los últimos años se han perdido decenas de ejemplos del urbanismo típico medieval en el Centro de Málaga, así se han eliminado adarves, se han abierto nuevas calles o se han planificado plazas donde nunca las hubo. Para mí todo esto es reinventar un tejido urbano que nunca existió, cosa que no hubiese sido necesaria de haberse seguido un modelo en el que prevaleciese el valor patrimonial de nuestro Centro Histórico frente a planeamientos urbanísticos en los que impera un intervencionismo excesivo.

Imaginemos espacios como la judería o las calles Beatas o Tomás de Cózar con sus inmuebles correctamente rehabilitados. Frente a ello lo que tenemos son espacios degradados y en su mayor parte llenos de solares donde antes se elevaban interesantísimos ejemplos de la arquitectura civil de los siglos XVIII y XIX.

En cuanto a la arquitectura moderna, ¿Tiene su lugar en el centro? ¿Y cómo es posible doblegar las reticencias a su implantación en el casco histórico?
Tiene cabida siempre y cuando sepa adaptarse al entorno y no atente contra el paisaje más inmediato. Ejemplos como lo ocurrido en la calle Parras (cuyos edificios tradicionales fueron íntegramente eliminados para construir viviendas sociales que en nada se adaptan a esta vía o a la iglesia de San Felipe Neri) no pueden repetirse. Desde las instituciones parece que no se tiene criterio alguno a la hora de conceder licencias urbanísticas en un lugar tan delicado como es el Centro Histórico. Así se han eliminado barrios por completo (Perchel, Trinidad, Capuchinos) sin preservarse para el futuro valiosos ejemplos que hablaban de la Málaga de otras épocas.
Un tema de actualidad es el proyecto del Hotel de Moneo en el Hoyo de Esparteros. Un edificio que viene a alterar sustancialmente la altura de este margen del Guadalmedina (ya de por sí encajonado), además de eliminar un histórico espacio que aun cuenta con un característico edificio achaflanado obra de Gerónimo Cuervo. Parece como si en Málaga para tener un edificio firmado por un arquitecto de prestigio tuviésemos que renunciar a nuestro patrimonio histórico-artístico.

Todo ello no quiere decir que la arquitectura moderna no tenga sitio en la ciudad histórica. Málaga es una ciudad viva en la que caben ejemplos de todas las épocas en una correcta sintonía. Buen ejemplo de ello es la joyería Tous en la calle Puerta del Mar. Siendo una construcción con mucha personalidad y que ha sabido integrarse correctamente en el espacio sin atentar sobre su entorno.

¿Considera adecuado conservar sólo las fachadas de algunos edificios con menos protección arquitectónica? ¿Cree que deberían revisarse los criterios de consideración del grado de conservación de los edificios históricos?

La protección arquitectónica es algo muy relativo, se han dado casos de derribos de inmuebles con el mayor grado de protección, en algunos casos es el propio Ayuntamiento el que les retira la protección para posibilitar su desaparición (como va a ocurrir en el Hoyo de Esparteros).
En cada época hay una serie de elementos característicos que deberían ser preservados.
Obviamente a la hora de rehabilitar un edificio hay que introducir variaciones en su planta, pero en otros casos los interiores son ya de por sí dignos de ser conservados. Por ejemplo en Málaga se ha perdido el fantástico interior del palacio del Marqués de la Sonora (al igual que ocurrió con el de Villalcázar), además de un buen número de edificios del siglo XIX con elementos en su interior que no han sido respetados. No es extraño encontrar en anticuarios fuentes o rejas pertenecientes a estos inmuebles derribados.
Sería necesario seguir un criterio propio de una ciudad monumental a la hora de determinar los grados de protección arquitectónica que se les otorga a los inmuebles, pensando no ya sólo en el edificio, sino de la calle y el entorno en el que éste se inserta, con el fin de preservar el diálogo inmueble-medio.

¿Cuál es, a su juicio, el rumbo que está tomando el urbanismo actual a nivel internacional? ¿Está Málaga en la línea de lo que se proyecta a ese nivel?

Salvo contadas ocasiones el urbanismo que se está proyectando en Málaga sigue en manos de algunos arquitectos locales que acaparan la mayoría de los proyectos de envergadura. Sin desmerecer su profesionalidad, en Málaga sería deseable contar con arquitectos de prestigio internacional para proyectar las nuevas áreas de expansión y aquellos proyectos importantes (Auditorio, Puerto, Astoria, etc). Lo que no es tolerable es el ejemplo comentado anteriormente del Hoyo de Esparteros, el urbanismo de calidad no debe de ser a costa de la desaparición del urbanismo histórico de la ciudad, como ocurrió en la Coracha.

¿Cree que Málaga posee identidad propia, rasgos distintivos?
Aunque también está presente en otras urbes, Málaga cuenta con un completo catálogo de edificios con pinturas murales, aunque desgraciadamente aún en la actualidad se siguen perdiendo valiosos ejemplos.

Otro rasgo que me gustaría señalar son los característicos chaflanes de muchos edificios del siglo XIX. Arquitectónicamente el centro de Málaga responde en gran parte a actuaciones decimonónicas fruto de las Desamortizaciones. Este completo conjunto de inmuebles debería gozar del mayor grado de protección arquitectónica.

¿Cuál es para usted el modelo de ciudad que más le haya sorprendido?
Sin duda algunas ciudades escandinavas. Málaga debería avanzar hacia la sostenibilidad en todos los aspectos, pero esto pasa por una intensa concienciación ciudadana y la colaboración de todos. Ello no quita que la nuestra sea una ciudad mediterránea con una idiosincrasia propia. Málaga no puede aspirar a aquello que no es. Por ello deben buscarse las soluciones que la ciudad necesita sin pretender emular ejemplos que no son exportables desde el norte de Europa.
Sin contarse con unos transportes urbanos acordes y bien estructurados no podemos pretender “criminalizar” al ciudadano que se ve obligado a hacer uso del coche, más cuando se sigue potenciando la construcción de parkings por parte del Ayuntamiento. Además se necesita un ratio mayor de zonas verdes, equipamientos para los ciudadanos, una mejor calidad de las playas, etc.

¿Qué cinco grandes proyectos considera más urgentes en Málaga?
- La culminación de un metro bien estructurado y que llegue hasta el área metropolitana (Torremolinos, Parque Tecnológico, Rincón de la Victoria).
- Un plan integral de limpieza de la ciudad en la que se potencie la concienciación ciudadana para el reciclaje. A día de hoy Málaga sigue siendo una ciudad sucia.
- Repoblación vegetal del norte de las rondas y creación de parques periurbanos para el disfrute de la población.
- Un plan de recuperación arquitectónica del Centro y los barrios periféricos con la rehabilitación de los espacios. Asimismo sería necesario la creación de contenedores culturales desde los que se involucre a población en el panorama cultural local.
- La creación de asambleas vecinales en los distintos barrios con la capacidad de proponer o influir en los proyectos que afecten al mismo. Una asamblea de representantes de los distintos barrios debería supervisar el gasto del Ayuntamiento para evitar los enormes sobrecostes injustificados de buena parte de las obras públicas que se llevan a cabo en la ciudad.

Si de usted dependiera, ¿qué edificio de la ciudad de Málaga echaría abajo?
Hay decenas de edificios que constituyen auténticos atentados sobre su entorno, algunos con algunas décadas y otros construidos recientemente. Sin duda sería deseable la eliminación del “rascacielos” de la calle Campos Elíseos (bajo Gibralfaro), un auténtico atentado contra la colina y su visión tanto desde tierra como desde el mar.

Aunque sea una obra señera, el Hotel Málaga Palacio se alza desafiante junto a la catedral, sin duda el lugar que se eligió para erigirlo fue del todo desafortunado (al igual que el hotel elevado justo enfrente recientemente).

Los hoteles NH e Ibis, constituyen también dos ejemplos de edificios sin calidad arquitectónica alguna situados junto al Guadalmedina, espacios que en otro tiempo acogían restos de uno de los barrios más pintorescos de Málaga desaparecido fruto de la especulación urbanística.

Le invitamos a soñar. Enuncie un proyecto posible o imposible para la ciudad de Málaga.
Una Málaga más sostenible tanto para malagueños como para foráneos en la que las políticas meramente especulativas y recaudadoras den paso a proyectos destinados a mejorar el día a día de los ciudadanos. Una ciudad limpia con el esfuerzo de todos, con un Centro Histórico correctamente rehabilitado en la que se recuperen espacios y trazados que han sucumbido bajo la pileta.

Unos presupuestos más equitativos destinados a proyectos realmente necesarios más allá de obras sin interés alguno y con mero carácter electoralista.
Unos barrios más habitables en los que los vecinos no sean “obligados” a adquirir una plaza de aparcamiento para poder estacionar su vehículo, en los que se garantice un transporte público de calidad como alternativa al privado.

Unas playas más limpias, con mejor calidad tanto del agua como de la arena, con equipamientos para los ciudadanos.

Una mayor cantidad de zonas verdes, con huertos ecológicos en los distintos barrios en los que implicar a la población de la zona.

Una ciudad donde los proyectos culturales impliquen a todos los sectores sociales, donde se valore el patrimonio arqueológico, artístico, etnográfico.

Podríamos enumerar un largo etcétera de deseos, pero en pocas palabras, desearía una ciudad más “vivible” de la que todos podamos disfrutar con independencia de la extracción social de cada uno o de la zona que se habite.


ENTREVISTA RAQUEL GARCÍA

Desde su punto de vista, ¿cuál es el panorama actual de la ciudad de Málaga a nivel urbanístico? ¿Es el PGOU aprobado provisionalmente en el pleno municipal de julio, el PGOU que Málaga necesita?

En el transcurso de los últimos años, Málaga ha dejado de ser una ciudad residencial cuyo principal motor económico era el turismo y la construcción. La configuración urbana estaba basada en estas premisas. Ahora necesitamos una ciudad con un abanico más amplio de posibilidades, creando espacios aptos para el comercio, zona industrial, logística, empresarial, universitaria, transporte, etc. y ampliando la zona residencial sin olvidad los espacios públicos y zonas verdes.

Málaga necesita, con urgencia, un PGOU que clarifique y ordene la superficie urbana. El consenso entre todas las partes es muy difícil, a los hechos me remito. Siempre se puede mejorar, pero este PGOU nace con unas limitaciones impuestas por el entramado urbano actual, como algunas de las zonas industriales que han quedado incrustados y embutidos en la zona residencial sin posibilidad de desarrollo de ninguna de ellas. De esto se ha intentado rectificar, proyectando una reserva residencial más adecuada a la demanda futura. Entiendo que el PGOU, aprobado provisionalmente con el visto bueno por parte de la administración regional, es el que necesita la ciudad.

Las nuevas comunicaciones viarias, las rondas, autovías, la ampliación del aeropuerto y de la estación de tren, el metro, centro de transporte, centros comerciales, universidades, etc., han dejado obsoleta a las previsiones urbanísticas y viarias del PGOU de 1998.
Por otra parte, el retraso del nuevo PGOU ha afectado negativamente al desarrollo y a la economía local. Sin duda alguna su aprobación definitiva dará nuevas oportunidades económicas a la ciudad.

Visto los enfrentamientos entre Ayuntamiento y Junta, ¿cree usted que la voz de los arquitectos y urbanistas es tenida en cuenta entre los políticos?

Son dos puntos de vista que a veces no coinciden. Soy de la opinión de que el político es político y el arquitecto debe ser arquitecto, una mezcla de ambos, no es rentable para ninguna de las dos profesiones.

Algunos puntos candentes han sido Arraijanal, la construcción por encima de las rondas o el palmeral de las Sorpresas, ¿cuál es su punto de vista?

Personalmente, dejaría el Arraijanal como un gran pulmón en Málaga, soy partidario de menos centros comerciales y más zonas verdes y aunque estamos creciendo en parques en las zonas de nueva construcción, nunca está de más otro de esas dimensiones siempre y cuando se cerraran por las noches para controlar a los vándalos.

Hemos de mirar al futuro, y la herencia que dejamos. Arraijanal puede convertirse en seña de identidad de nuestra ciudad en un breve espacio de tiempo. Esta zona no debe dejarse en el olvido como una zona marginal. Debemos recrearse una reserva verde natural, con zonas deportivas y náuticas al aire libre para el uso y disfrute del ciudadano.

La construcción por encima de las rondas es necesaria, Málaga tiene que seguir creciendo y estas zonas son fundamentales para su expansión. Apoyaría la opción de delimitar su uso exclusivamente residencial con un índice de edificabilidad sostenible.
En cuanto al Palmeral de las Sorpresas, me gusta la idea en conjunto, exceptuando por supuesto el tema del Supermercado, me recuerda el concepto del Puerto de Barcelona.

Si de usted dependiera, ¿qué proyectaría en el cauce el Guadalmedina?

Lo soterraría y cubriría al igual que hicieron en su día en la rambla de Almería, Valencia y otras ciudades. Haría un gran bulevar peatonal .Con ello uniríamos el paseo marítimo con el interior, creando una alternativa al urbanismo de la capital donde no existen espacios verdes. Este eje transversal, cuyo nexo de unión puede ser una alameda, puede realizarse alternando espacios fluvial, zona de ocio-comercial, parque urbano, zonas deportivas, etc., en los distintos tramos desde la desembocadura hasta Martiricos.
Creo que si ha habido consenso con Arraijanal entre las dos administraciones, Junta de Andalucía y el Ayuntamiento, porqué no puede haberlo también en este caso. Sin duda este acuerdo rompería las cadenas que dividen la ciudad y su demora por inacción seguirá dejando a Málaga lastrada urbanística y socialmente. Sin quitar valor a la polémica actuación del Paseo de los Curas, creo sinceramente que la actuación en el Guadalmedina sí que sería un punto de inflexión en la historia de la ciudad de Málaga.

Otro debate es la disyuntiva entre arquitectura vertical y horizontal. ¿Por qué cree que en Málaga han encontrado tanto rechazo los rascacielos?

No entiendo el rechazo, es cierto que en la zona del centro de Málaga no vas a poner un rascacielos, pero en zonas sin uso, como el caso de Martiricos o en los antiguos tanques de Repsol, no lo veo desacertado. Incluso es necesario que haya una nueva zona empresarial de este tipo, moderna, contemporánea, que promoverá sin duda a la ciudad, a la Málaga del futuro. No nos podemos quedar estancados en el pasado.

Una vez que el actual PGOU agotará prácticamente el suelo urbanizable del municipio, ¿Cuál es el futuro de Málaga, crecer a expensas de los polígonos (especialmente el del Guadalhorce) o reurbanizar la ciudad consolidada?

He aquí una de las razones por qué son necesarias las expansiones por encima de las rondas.

¿Es posible en nuestro tiempo grandes operaciones tipo apertura de Calle Larios, Avd. Andalucía o cualquier otra que suponga una trasformación radical de la ciudad consolidada?
Los cambios siempre son posibles, otra cosa es que sean adecuados y por qué no decirlo, que el malagueño los acepte, los utilice y los haga suyos. Hace veinte años era casi impensable el hecho de una calle Larios peatonal y ahora ya ni nos acordamos cuando pasaba el tráfico rodado, al principio el malagueño no se hacía con ella y hoy sólo hay que pasearse para ver que nunca está vacía, que se hace uso de ella de forma intermitente.

Respecto al centro histórico, es palpable que, a pesar de los esfuerzos por reurbanizar calles y plazas, no se obtiene el mismo resultado en cuanto a la conservación del patrimonio arquitectónico. Observamos una y otra vez demoliciones, ya sean totales o parciales. Es lamentable el estado en el que se encuentran algunos edificios históricos como la casa donde nació Cánovas del Castillo. O el caso de barrios con calle angulosas por donde da miedo pasear
¿Qué falla para que no podamos conservar nuestro patrimonio arquitectónico y para no hacer reutilizables esos espacios?
Hace falta una buena política de conservación del patrimonio. No soy partidario de un criterio individual, tendríamos que aprender de muchas otras ciudades donde los edificios se ‘modernizan’ por dentro pero mantienen sus fachadas. Ha sido un asesinato arquitectónico la desaparición de las antiguas corralas por dejadez, o el caso de La Coracha, hemos perdido un patrimonio irrecuperable, una estética nuestra, una seña de identidad.

¿Es posible recuperar el urbanismo del barrio tradicional, la plaza cerrada, la calle no muy ancha, etc, o está superado?
Opino que aún estamos a tiempo en algunas zonas, como en el centro, o la judería, y que es necesario, forma parte de nuestra seña identificativa y ahí tenemos ejemplos sin salir de la Comunidad Autónoma como pueden y deben convivir la zona moderna y la antigua en el caso de Córdoba, Sevilla o Granada.

En cuanto a la arquitectura moderna, ¿Tiene su lugar en el centro? ¿Y cómo es posible doblegar las reticencias a su implantación en el casco histórico?
Hay que ser mesurados. Combinar ambas, aunque prefiero la arquitectura tradicional en el centro, como he dicho anteriormente, con una nueva zona de arquitectura moderna.

¿Considera adecuado conservar sólo las fachadas de algunos edificios con menos protección arquitectónica? ¿Cree que deberían revisarse los criterios de consideración del grado de conservación de los edificios históricos?
Todo criterio ha de ser revisado al transcurrir el tiempo y adaptarlo a las nuevas circunstancias. Sobre todo si se ha detectado que ciertas fisuras en las definiciones han permitido unas alteraciones sobre el objetivo inicial de protección.

¿Cuál es, a su juicio, el rumbo que está tomando el urbanismo actual a nivel internacional? ¿Está Málaga en la línea de lo que se proyecta a ese nivel?
No, estamos mejorando pero sin duda aún nos queda mucho para estar a un buen nivel. El nuevo PGOU es un paso más.

¿Cree que Málaga posee identidad propia, rasgos distintivos?
Por supuesto, toda ciudad tiene sus rasgos distintivos, y de hecho podemos reconocer una ciudad por su estética viendo una simple fotografía, no perdamos nuestro sello ni nuestra alma.

¿Cuál es para usted el modelo de ciudad que más le haya sorprendido?
El modelo ideal debería estar basado en una ciudad diseñada y adaptada para el ciudadano. La ciudad socialmente sostenible y con eficiencia energética debe crear un equilibrio entre los distintos usos y al mismo tiempo que tenga la flexibilidad de alternar espacios productivos con residenciales y que estos se convierta en espacios de ocio y deportivos, armonizando la alternancia de uso entre los días festivos y los laborales. Una ciudad que se acerca a este modelo puede ser Zaragoza.

¿Qué cinco grandes proyectos considera más urgentes en Málaga?
• La puesta en servicio de las líneas 1 y 2 del Metro y las pendientes de iniciar.
• La consecución de la zona de los antiguos depósitos de Repsol.
• La recuperación de la zona de Arraijanal, para uso ciudadano.
• La ejecución del Hospital general.
• La ejecución de un nuevo puerto deportivo.

Si de usted dependiera, ¿qué edificio de la ciudad de Málaga echaría abajo?

Reestructuraría la zona Postigo de los Abades con la manzana del Hotel Málaga Palacio, recortando su altura y trasladando parte de su edificabilidad a otro lugar de la ciudad. Le devolvería a la Catedral su vista originaria desde y hacia el Puerto.

Le invitamos a soñar. Enuncie un proyecto posible o imposible para la ciudad de Málaga.

Conectar peatonalmente mediante un paseo marítimo, desde un extremo de la ciudad hasta el otro, desde Guadalmar hasta el Peñón del Cuervo. Convertir Málaga en una ciudad conectada al mar.