EL
SUBIDÓN
Después de un verano de malas noticias,
una especie de paréntesis sin paréntesis (si acaso, la prima de riesgo se ha
relajado algo), se adelanta un otoño de noticias pésimas. Cuando llega
septiembre todo va a ser maravilloso: maravillosamente malo.
Empezamos el mes con un subidón. El gran
subidón, pero no en el estado de ánimo colectivo, que continúa más abajo de los
suelos, sino en los precios. A la inflación disparada por el alza de los
combustibles se unen el aumento del IVA generalizado y la reclasificación de
los productos a los que se aplican los distintos tipos impositivos. Que Mariano
Rajoy diga que no piensa en posteriores incrementos del IVA y el IRPF sólo
significa, dados los precedentes, introducir un factor de inquietud al
abatimiento que padece la sociedad. Nadie puede estar seguro.