ELECTRICIDAD Y PODER
Poder y energía son palabras sinónimas en muchos contextos pero sería conveniente desligarlas, al menos en apariencia, del poder político emanada del pueblo. La subida generaliza de la electricidad es ya una realidad.
Pero podría no haber sido consentida, justificada e incluso bien “vendida” por el Gobierno y ahora no me explicaría como se defiende su necesidad al conocer que Endesa aumentó sus beneficios un 378 % con respecto al mismo periodo del año pasado.
Frases de Zapatero como “la economía podrá ir mejor o peor, pero Gobierno no va a dar un paso atrás en los derechos sociales” o “la aplicación de la nueva tarifa de discriminación horaria no puede ni debe suponer subidas adicionales de la luz” o “el primer compromiso y la primera responsabilidad del Gobierno es estar al lado de los trabajadores y esto se va a comprobar” se han incinerado, y no por la ola de calor al comprobar, eh hechos consumados, que en mi recibo de la luz, el precio por kilovatio/hora ha subido un 32.6 % en la franja horaria de mayor consumo o punta y un 14.83 % en la franja de consumo reducido o valle.
No tengo opciones de devolver el artículo por su naturaleza, ni de elegir otra compañía porque no existe esa posibilidad, ni de prescindir del servicio por ser un bien imprescindible. Cabe al menos el pataleo en estas líneas, mostrar mi repulsa al engaño institucional y recordar que con vacas godas ganan los ricos y con las flacas, también.
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