ESPAÑA, LA OCTAVA POTENCIA ECONÓMICA MUNDIAL
En los últimos días hemos podido leer que España ha escalado una posición y ha alcanzado a Italia en nivel de riqueza por habitante. La pregunta que todos nos hacemos es si ha merecido o no la pena. España desde siempre ha resultado un país barato para vivir, en el cual los salarios no eran demasiado elevados pero permitían adquirir una vivienda, poder mantener una familia con el sueldo de uno de los cónyuges, etc. Todo estaba en relación con nuestros salarios, e incluso me atrevería a decir que se podía vivir mucho mejor que en muchos países europeos con un nivel de renta muy superior al nuestro.
Cierto es que desde que comenzó el “boom” inmobiliario en España se ha creado mucho empleo, hemos llegado a tener una tasa de desempleo del 8,1 %, como nunca antes se había visto y en vez de emplearlo para mejorar el bienestar social de nuestro país ha servido mas bien para lo contrario.
Me gustaría nombrar las razones principales, las cuales considero que en sólo 10 años han hecho que a gran parte de los ciudadanos en España seamos más pobres y que en la actualidad la mayoría de los jóvenes “mileuristas” sin pareja, tengan tajantemente denegado un derecho constitucional , como es la vivienda.
1. Lavado de “dinero negro” a la entrada del euro, durante esta época no se preguntaba de dónde procedía el dinero para la compraventa de propiedades.
2. Facilidad en el blanqueo de dinero por mafias extranjeras, sobre todo en las costas (permisividad por parte de las administraciones públicas).
3. Crisis bursátil que llevó el dinero del parqué al ladrillo, un valor casi tan seguro como el del oro y de gran rentabilidad durante una época.
4. Compra de viviendas por parte de nuestros vecinos europeos como segunda residencia y algunos como a modo de inversión debido a los bajos precios, y muy importante, la proliferación de innumerables nuevas rutas de compañías de bajo coste hacia nuestro país.
5. Entrada en el mercado de los que se hacen llamar “inversores” y yo denomino “especuladores de baja clase”, ya que sus pingües beneficios, han hecho que la vida futura de los ciudadanos en España vaya a ser muy difícil. Según las estadísticas han llegado a representar hasta el 35%.
6. Falta de ética de las empresas constructoras a la hora de fijar un margen de beneficios razonable, o sea, sobre un 10% y no un 40% o más como muchas han llegado a marcar y ganar.
7. Llegada de 5 millones nuevos ciudadanos a España.
8. Desde finales de los años noventa hemos disfrutado de unos tipos de interés muy bajos, para incentivar a la economía alemana y francesa, dos de las economías más potentes de Europa.
9. La no “interiorización” de la moneda europea y saber cuanto nos cuesta ganar un euro, la vivienda de un año para otro subía a razón de 30000 € por vivienda y seguíamos comprando…, los expertos económicos a nivel mundial aconsejan no endeudarse más del 33% del sueldo, ya que si no en un futuro puede acarrear graves problemas de insolvencia.
La economía capitalista se basa en una ley fundamental y esa es “la ley de la oferta y la demanda”, como pequeña aclaración de ella es, que al aumento de los precios debe bajar dicha demanda y ante esa bajada de la demanda debe bajar irremisiblemente los precios de dichos bienes o servicios, pues bien, eso no ha ocurrido en nuestro país, país del cual nos podemos enorgullecer por ser el “país del pelotazo”, ganar mucho dinero en poco tiempo y salir corriendo, no tenemos conciencia de vivir en sociedad, lo importante es que a nosotros nos vaya bien y el resto nos da igual, esto nos ha llevado a esta situación, que ni por un asomo nos damos cuenta de lo que realmente ha pasado y de lo que nos va a ocurrir en un futuro no muy lejano.
En España no se tiende a superar, salvo raras excepciones, o empleos relacionados con la construcción, los 900 ó 1000 euros para los que algunos denominan la mejor generación de jóvenes universitarios, los cuales son los que deben llevar a España a uno de las principales puestos en bienestar social y no en renta per cápita como abogan algunos; buena parte de esos jóvenes deben salir al extranjero para ser valorados, y otros muchos deciden estudiar oposiciones, ya que lo que han estudiado o no tiene una salida real laboral o dichos empleos cuentan con bajos salarios y con horarios demasiado “flexibles” como solicitan en la actualidad los empresarios, los cuales deberían preocuparse, en mi opinión, más por la eficiencia y productividad de sus empresas y no utilizar siempre el factor “ control de los salarios” para ser suficientemente competitivos.
En los últimos años las empresas han obtenido unos resultados extraordinarios, la globalización empieza a dar buenos resultados para “los de siempre”, pero de ello no se ha beneficiado ni un ápice la clase obrera. Los precios de los principales alimentos de primera necesidad están entrando en una espiral de crecimiento incontrolable, en la que por supuesto salen perdiendo los más débiles.
Mientras los intermediarios siguen enriqueciéndose al amparo de una moneda que está resultando maldita para muchos bolsillos, otros echan la culpa a no llegar a fin de mes a que dejamos “demasiada” propina al tomar café. Es hora de hacer valer nuestro poder como consumidores, o sea, no comprar a cualquier precio, ya sea viviendas u otro tipo de bienes o servicios. La sociedad española esta dormida y debe despertar por si misma, si no lo hace a tiempo el despertar será demasiado duro y tal vez, demasiado tarde.
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