QUÉ CALOR HACE HOY. ANTONIO CUARTERO

CALOR
Hay que ver el calor que hace hoy. Hoy hace más calor que ayer. Así que me he venido a la terraza para ver si hacía más fresco. Pero hace el mismo calor. ¡En mi cuarto sí que no se puede estar! Hace un calor horroroso.

Es la habitación más calurosa de la casa. Porque ¡hay que ver el calor que hace! Me parece que me voy a ir a la terraza del jardín porque aquí hace un calor que no se puede soportar. Porque ayer hacía mucho más fresco que hoy. Pero hoy es que no se puede soportar lo que hace en la calle. Es una cosa insoportable.

- ¡¡Ya!! ¡¡Mamá!! ¡¡Ya!! Ya está. ¡Por favor!

- Tampoco estoy diciendo nada, no tienes por qué ponerte así… pero ¡Es que hace un calor hoy! ¡Insoportable! Mucho más calor que ayer. Porque yo ayer me puse en esta terraza y sería sobre esta hora, y hacía mucho más fresco. Mucho más. Pero hoy no se puede aguantar el calor que hace… ¿A dónde vas?

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- ¿Quieres un poco de ensalada?

- Sí, sí échame un poco. ¡Qué tomates teníamos allí en mi pueblo! Eran unos tomates que ya no se ven. Gordos y jugosos. Ahora los tomates no saben a nada. Mi padre los sembraba todos los veranos. ¡Oooh! Qué buenos tomates teníamos allí en mi pueblo. Unos tomates riquísimos. Teníamos tomates para toda la familia, los amigos, las visitas, y todos nos los decían ¡Hay que ver qué buenos tomates tenéis! Mi hermano Aurelio y yo nos los comíamos directamente de las matas, porque era una cosa buenísima de tomates los que teníamos allí en mi pueblo. Pero ya no existen esos tomates, estos que tenemos ahora no saben a nada, no tienen jugo ni carne. Pero hay que ver qué tomates más buenos teníamos allí en mi pueblo…

- Pásame la sal, mamá.

Segundos de silencio.

- ¿Hoy hace más calor que ayer verdad niña?

- No sé mamá…

- En mi pueblo siempre hace mucho menos calor. Cuando yo y mis hermanos nos íbamos en verano a mi pueblo ¡Nos lo pasamos de bien!¡Ohhh, qué bien nos los pasábamos en verano! Porque allí en mi pueblo hacía mucho menos calor que aquí. Porque esta casa es mucho más calurosa que la otra que teníamos. En la otra con la puertecita del patio. ¡Nos entraba un fresco! ¡Ohh, qué fresco nos entraba por allí! Pero como esta casa no tiene patio… ¿Qué le vamos a hacer? Porque un patio hace mucho a una casa. Mucho. Se ponen unas plantitas, una mesita, y hace mucho en una casa. En el patio que teníamos en la otra casa tenía yo unos helechos, unas begonias ¡Y qué rosales! Echaban esos rosales una rosas… ¿Has terminado muy pronto de comer no niña? Yo tardo mucho más en comer, porque a mí me gusta degustar la comida, tú es que comes muy rápido y eso…

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- Hoy hace mucho menos calor que ayer. Ayer es que era insoportable. ¡No se podía salir a la calle! Pero hoy hace muchísimo menos calor que ayer. Hoy se puede estar dentro de la casa, pero ayer ni en la calle ni en la casa. ¡Qué cosa más horrorosa de calor! Los chorros de sudor me caían cara abajo. Como que tuve que ducharme a eso de las seis. Me metí debajo del agua y ¡Qué gloria! Luego por la noche me duché otra vez, porque ya sabes que una se pone muy sudorosa. Y con el calor que hacía… ¡Porque hay que ver el calor que hacía ayer! Pero hoy hace mucho menos calor. Hoy se puede estar dentro de la casa. Porque ayer no se podía estar en ningún lado, ni dentro ni fuera de la casa. ¡Qué cosa más espantosa de calor! ¡Era una cosa insoportable! Como que me tuve que duchar dos veces…

- ¡¡Mamá!!¡Deja pensar a los demás! ¡¡Por Dios!! ¡Que no paras!

Segundos de silencio.

- Voy a mojarme la cabeza, porque está haciendo un poco de calor. Pero no como ayer. Porque ayer hacía un calor. ¡Qué calor! Así que voy a mojarme la cabeza. Pero en el cuarto baño de arriba. Porque en el de abajo el agua es mucho más caliente. Y el de arriba sale más fresca. ¡En mi pueblo sí que teníamos un agua fresca! Había una fuente en la plaza… ¡Oooh! ¡Qué agua más fresca! Esa sí que era un agua fresca… ¿Te vas niña?