ALMAS. PAULA BLÁZQUEZ

ALMAS
Ah, ¿quién me salvará de existir?
FERNANDO PESSOA
-Juan, ¿alguna vez has deseado estar muerto?-, me refiero a si lo has deseado de verdad, desesperadamente- .

-¿Qué dices?, estás mal de la cabeza, ¿cómo voy a desear algo así?, ¿acaso tú sí lo has pensado alguna vez?-.

-He tenido épocas largas en mi vida en que es lo primero que he deseado antes de levantarme y lo último antes de irme a dormir-.

-No te entiendo, Rodrigo, cada día me sorprendes más. La vida tiene millones de cosas increíbles. A mí lo que me falta es tiempo para disfrutar de todas ellas-.

-Es muy fácil de entender. No todo el mundo sirve para vivir. Es como si al nacer todo el mundo tuviese que ser policía y a todo el mundo le tuviese que gustar, cuando ni siquiera fue una elección, sino una imposición-.

-Ese ejemplo es estúpido. Aunque uno no elija nacer, el abanico de posibilidades que le ofrece ese hecho es inmenso, no tiene nada que ver con una profesión. Fíjate en este instante, los dos aquí sentados en la arena mirando el mar y bebiendo cerveza, no necesitamos nada más-.

-Pero es que a mí no me gusta la arena, ni el mar ni la cerveza. No soy una persona sociable, la gente, más que agradarme, me molesta. No sirvo para tener pareja y mucho menos hijos, y a la vez me da miedo morirme solo. Odio viajar, no me gusta el arte, ni la música, soy maniático y egoísta. Las pocas cosas que me agradan no son suficientes como para mantenerme a flote años y años. Y lo peor de todo, confesar esto es políticamente incorrecto en esta sociedad en la que no se vive, se sobrevive en busca de sueños impuestos que nunca llegaremos a alcanzar y que nos crearán un sentimiento de frustración crónico. Yo al menos soy sincero, no me gusta vivir y no me importa reconocerlo. No tengo metas ni sueños por cumplir, dejo que la vida pase sin más-.

-Bueno, y si lo tienes tan claro ¿cómo es que sigues aquí?-.
-Siempre queda la esperanza de que algún día pase algo-

-Pero uno no puede vivir sólo de esperanzas, necesitamos, como tú bien has dicho, que pase algo. Y para ti hasta ahora, nada ha sido suficiente. Eres joven, tienes un buen trabajo, vives en una ciudad maravillosa, tienes tiempo libre, buenos amigos, pocos, pero buenos, y sin embargo no te basta-.

-Sí, es cierto. Pero ese algo ha pasado-.

-¿De veras?, ¿y qué ha sido?, ¿te ha tocado la lotería, has conocido a una modelo brasileña que está dispuesta a soportarte de por vida?, di, ¿qué?-.

-Ayer me enteré de que me estoy muriendo-.

Juan palideció, durante más de veinte minutos no fue capaz de pronunciar ni una sola palabra. Rodrigo y él se conocían desde los 8 años, compartieron piso durante los años de universidad, viajaban juntos cada verano… No era un amigo, era una parte de él, una parte de él que se iría antes de tiempo y para siempre. En medio del shock, Juan sólo alcanzó a decir:
-¿Y qué se siente..?-.
-¿Cuándo sabes que te vas a morir mucho antes de lo que creías?-
- Sí-, titubeó Juan.
-Ganas de vivir-.

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