LA CRUZ DEL FAMOSO.
Muchos sueñan con la fama. El rebote de los flashes en la cara, la multitud que corea su nombre, la alfombra roja y la cuenta bancaria con sobrepeso....Sin embargo, el lado negativo de esto es algo que nadie en su sano juicio querría soportar.
El otro día en un restaurante coincidí con un famoso. Todos los presentes ansiaban una foto con el susodicho, quizás como recuerdo, quizás para tocarlo, o sólo para poder colgarla en alguna de las famosas redes sociales que abundan en Internet.
El caso, es que el buen hombre quería marcharse del lugar, puesto que había terminado su velada, y no pudo. Cuando acababa de resplandecer un flash otra cara emocionada se le acercaba, le plantaba dos besos y le pedía una foto, ya así, interminablemente.
Él sonreía y aceptaba todas las proposiciones con entusiasmo. Todos quedaron satisfechos. Pero, no pude dejar de plantearme que si en lugar de esta amable actitud hubiera decidido acabar con la sesión fotográfica antes o no le hubiera apetecido, las caras de emoción se habrían convertido en caras decepcionadas como mínimo.
La fama es un gas afrodisíaco que hace a la gente dislocarse, porque se admire a la persona en cuestión o no da igual, ¡es un famoso! Ahhh
Ser famoso tiene muchos valores añadidos que suponen una carga que la persona debe soportar porque sí. Por ser famoso.
Por eso, yo siempre digo que me gustaría ser reconocida, pero famosa...no, gracias.
CRISTINA SÁNCHEZ
SOBRE ESTADÍSTICAS. JESÚS MARTÍN OSTIOS
SOBRE ESTADÍSTICAS
El fin justifica los medios, decía Maquiavelo en el siglo XV. En ese contexto podemos situar el recurso a las estadísticas de nuestros políticos. Ya en los debates televisados de las pasadas elecciones, tanto Mariano Rajoy como José Luis Rodríguez Zapatero utilizaban amplias estadísticas para deslegitimar la labor del adversario o para alabar la suya propia.
El uso de las estadísticas también se extrapola a otros ámbitos como el educativo. En Andalucía, por ejemplo, las estadísticas hablan de un incremento notable de centros TIC y bilingües, sin embargo, los resultados académicos en asignaturas como Lengua y Matemáticas son muy bajos, así que ustedes me dirán. Podremos tener las últimas tecnologías en las aulas, pero nuestros jóvenes muestra inportantes carencias en materias básicas.
Al hilo también de lo dicho, no está permitido poner un cero en las notas aunque el alumnado no haya aparecido en todo el curso ¿El motivo? Seguramente que a la hora de hacer las medias generales, la estadística suba. Como ven, todo es cuestión de estadísticas. Aunque la realidad diga algo muy diferente. Y así nos va.
JESÚS MARTÍN OSTIOS
El fin justifica los medios, decía Maquiavelo en el siglo XV. En ese contexto podemos situar el recurso a las estadísticas de nuestros políticos. Ya en los debates televisados de las pasadas elecciones, tanto Mariano Rajoy como José Luis Rodríguez Zapatero utilizaban amplias estadísticas para deslegitimar la labor del adversario o para alabar la suya propia.
El uso de las estadísticas también se extrapola a otros ámbitos como el educativo. En Andalucía, por ejemplo, las estadísticas hablan de un incremento notable de centros TIC y bilingües, sin embargo, los resultados académicos en asignaturas como Lengua y Matemáticas son muy bajos, así que ustedes me dirán. Podremos tener las últimas tecnologías en las aulas, pero nuestros jóvenes muestra inportantes carencias en materias básicas.
Al hilo también de lo dicho, no está permitido poner un cero en las notas aunque el alumnado no haya aparecido en todo el curso ¿El motivo? Seguramente que a la hora de hacer las medias generales, la estadística suba. Como ven, todo es cuestión de estadísticas. Aunque la realidad diga algo muy diferente. Y así nos va.
JESÚS MARTÍN OSTIOS
EL ÁLAMO: TRECE DÍAS PARA LA GLORIA. DANIEL QUIJANO
EL ÁLAMO: TRECE DÍAS PARA LA GLORIA
Visto de lejos, el edificio no parecía la construcción más idónea para aguantar un asedio. Pero la vieja misión franciscana era lo único que se interponía entre Santa Ana y las exiguas fuerzas de Sam Houston. Al menos eso pensaba Will Travis. El joven pero avezado oficial tejano se hacía esta y mil preguntas, mientras la empalizada de madera terminaba de construirse justo en ese momento. En total, 186 hombres para defenderse de 3.000 mejicanos. 186 hombres entre Santa Ana y Texas.
Cuando se acercan las primeras tropas mejicanas, Travis decide quedarse para dar tiempo a Houston. Otros prefieren irse. Travis traza una línea en la tierra con su sable. “Quién quiera quedarse, que cruce la línea y se ponga a mi lado. Yo me quedo”.
El sitio comienza en febrero, con los cañones martilleando una y otra vez la triste misión. Otro día más, y así hasta trece. Sucesivos ataques son rechazados. Y los 186 hombres resisten. Los refuerzos que debían llegar no lo harán jamás: han caído en una emboscada y todos han sido masacrados. Incluso cuando escasea la comida, los sitiados tienen arrestos para salir de noche y robarles el ganado a los mejicanos. Santa Ana estallaba de ira.
El decimotercer día se agota la paciencia de Santa Ana. Ordena degüello: no habrá piedad. El asalto comienza con las atronadoras descargas de los cañones. Luego las tropas del general mejicano atacan. Travis con sus 186 hombres ha conseguido trece días preciosos para Houston. Pueden darse por satisfechos. Alea jacta est. Travis lo sabe, sable en la mano derecha y pistola en la izquierda. Se cala el sombrero y reza algo al viento.
Silencio en El Álamo, roto por el llanto de las mujeres y niños que lloran a sus hombres caídos. 186 han parado a todo un ejército. Trece días, y Houston podrá presentar batalla. Travis yace tumbado, en el suelo al pie del muro, el sable en la mano aún. 186 héroes para Texas. Por Texas. Houston es hoy día una de las mayores ciudades de Texas. Santa Ana fracasó en su aventura y acabó asesinado. ¿Y Travis? Su nombre no resalta como otros, pero durante trece días todos sabían quien estaba en una vieja misión, trece días rodeado por unos pocos hombres, resistiendo a todo un ejército. Trece días para la gloria.
DANIEL QUIJANO
Visto de lejos, el edificio no parecía la construcción más idónea para aguantar un asedio. Pero la vieja misión franciscana era lo único que se interponía entre Santa Ana y las exiguas fuerzas de Sam Houston. Al menos eso pensaba Will Travis. El joven pero avezado oficial tejano se hacía esta y mil preguntas, mientras la empalizada de madera terminaba de construirse justo en ese momento. En total, 186 hombres para defenderse de 3.000 mejicanos. 186 hombres entre Santa Ana y Texas.
Cuando se acercan las primeras tropas mejicanas, Travis decide quedarse para dar tiempo a Houston. Otros prefieren irse. Travis traza una línea en la tierra con su sable. “Quién quiera quedarse, que cruce la línea y se ponga a mi lado. Yo me quedo”.
El sitio comienza en febrero, con los cañones martilleando una y otra vez la triste misión. Otro día más, y así hasta trece. Sucesivos ataques son rechazados. Y los 186 hombres resisten. Los refuerzos que debían llegar no lo harán jamás: han caído en una emboscada y todos han sido masacrados. Incluso cuando escasea la comida, los sitiados tienen arrestos para salir de noche y robarles el ganado a los mejicanos. Santa Ana estallaba de ira.
El decimotercer día se agota la paciencia de Santa Ana. Ordena degüello: no habrá piedad. El asalto comienza con las atronadoras descargas de los cañones. Luego las tropas del general mejicano atacan. Travis con sus 186 hombres ha conseguido trece días preciosos para Houston. Pueden darse por satisfechos. Alea jacta est. Travis lo sabe, sable en la mano derecha y pistola en la izquierda. Se cala el sombrero y reza algo al viento.
Silencio en El Álamo, roto por el llanto de las mujeres y niños que lloran a sus hombres caídos. 186 han parado a todo un ejército. Trece días, y Houston podrá presentar batalla. Travis yace tumbado, en el suelo al pie del muro, el sable en la mano aún. 186 héroes para Texas. Por Texas. Houston es hoy día una de las mayores ciudades de Texas. Santa Ana fracasó en su aventura y acabó asesinado. ¿Y Travis? Su nombre no resalta como otros, pero durante trece días todos sabían quien estaba en una vieja misión, trece días rodeado por unos pocos hombres, resistiendo a todo un ejército. Trece días para la gloria.
DANIEL QUIJANO
EN LEGÍTIMA DEFENSA. ABEL GAVIRA SEGOVIA
En legítima defensa. Sé muy bien que no es excusa, señor juez, que cuando se desboca desordena papeles y libros, derriba sillas y mesas, camina por paredes dejando pisadas enormes, se cuelga de las señales de tráfico, corre rápido por toda la ciudad como si fuese un duende y revoluciona a los transeuntes que pasean tranquilamente por las calles del centro, se oyen frenazos y gritos cuanto más se va acercando al puerto, salta barquitas y pantalanes y recorre el agua del mar provocando remolinos de agua con la que salpica las casitas más cercanas a la playa para quejas de los pobres vecinos. Y luego emprende el camino inverso, sale del agua, atraviesa el puerto, cruza las calles del centro y regresa a grandes pisotones al lugar del que partió. Pero unicamente tiene ese efecto, pobre corazón, cuando ella se acerca con intención de besarme.
SOBRE EDUCACIÓN. JESÚS MARTÍN OSTIOS
Esta semana he escuchado muchos comentarios sobre las medidas educativas propuestas por Zapatero. El señor Gabilondo, nuevo ministro de EDUCACIÓN, ha participado en varios programas de radio. En estos comentarios y entrevistas se ha hecho especial relevancia a una de las nuevas medidas propuestas por Zapatero, la cual hace referencia a un mayor número de ordenadores en las aulas.