¿Educación para la ciudadanía? Si
“Miles de muertos en Haití a causa de un terremoto”. Este titular no nos resulta extraño en los últimos días. Desgraciadamente, esta noticia desoladora ha dado la vuelta al mundo debido al desastre natural acontecido.
La destrucción de las precarias infraestructuras hace que tenga que depender de la ayuda exterior para socorrer a la población, incluso en la entrega de alimentos: ¿Cómo es posible que con el desarrollo y los avances en el mundo todavía existan personas que se mueren de hambre o incluso de una enfermedad curable?
Este sería un buen punto de arranque para una clase de Educación para la Ciudadanía, nueva asignatura incorporada en el sistema educativo que se imparte hasta Bachillerato con el fin de ofrecer un espacio de reflexión y análisis de la sociedad actual, basándose en las declaraciones universales de los derechos humanos y en la Constitución.
Una asignatura favorable para el alumnado ya que informa a la vez que forma a nivel ético y social dejando apartados los partidos políticos que “intentan” representarnos.
Se tratan diversos temas actuales que hacen reflexionar e informar al alumno, así como realizar debates para que el alumno sepa defenderse ante un público, perder la vergüenza o miedo escénico que a veces juega malas pasadas en cuanto al mundo laboral y social.
El alumnado puede aprender qué debe hacer en diversas situaciones, por ejemplo algo tan simple como rellenar o solucionar cualquier asunto de carácter burocrático, puede ser una odisea para muchos, como también poder elaborar su propio juicio o sacar sus propias conclusiones a través de un estudio previo.
Para profesorado es beneficiosa ya que ayuda a ser imparcial ante situaciones críticas, reservando su opinión personal.
Algunos dirán que es una pérdida de tiempo, ahora bien, la cuestión no es el tiempo sino el aprovechamiento de ese tiempo; más tiempo se pierde en otras asignaturas cuando el profesor no da toda la materia, falta a clase o el alumnado no hace su labor (atender).
Otros dirán que es una asignatura donde se ideologiza totalmente al alumno. ¿No se podría adoctrinar también en otras asignaturas (Historia), y en cambio ésta no es criticada? A esto decir que depende del profesor, de cómo imparta la asignatura; la ideologización extrema tanto de un lado como otro no es nada fructífero, en el término medio está la virtud.
Incuso se preguntarán por qué es obligatoria y evaluable en todos los cursos, pues bien, maticemos que ésta es obligatoria en cierto modo; los padres, si no están de acuerdo, pueden hacer una objeción y conseguir que su hijo/a no imparta la asignatura, siendo sustituida por otra.
Dejemos los prejuicios y las ideas políticas a un lado, y abramos los ojos, dejémonos de tantos ordenadores para críos de primaria y la ESO y de más de treinta alumnos por clase y centrémonos en nuestro sistema educativo y en el futuro de la sociedad, porque después no van a estar las “mamis” y los “papis” para salvar el pellejo.
Viendo cómo la propia asignatura de Educación para la Ciudadanía es un debate en sí; podríamos plantearnos la manera de afrontar esta cuestión.
Deberíamos abordar problemas actuales de un modo crítico y objetivo, para que así el futuro de la sociedad que está en la mano de la formación adolescente sea más pacífico y estable.
Un ejemplo, el caso de Marta del Castillo, ¿es aceptable que varios adolescentes maten a una niña de diecisiete años? Aquí habría que plantearse otras cuestiones: ¿estamos “sobre informados” por parte de los medios de comunicación hasta el punto de “ver normal” estos sucesos? A diario, los medios de comunicación nos atiborran con estas noticias (violencia de género, secuestros, violaciones, asesinatos), ¿es esto permisible? ¿Quién tiene la culpa de estas consecuencias, la sociedad que se acostumbra a estos hechos o una justicia que no es clara y no interviene a tiempo?
Ahora bien, hagamos hincapié en el tema de hambre en el mundo. Este es un claro ejemplo del poder que tienen los políticos oportunistas del momento. Son capaces de firmar pactos o tratados de libre comercio internacional para enriquecer a unos pocos a cambio de la pobreza de una mayoría. Podríamos, en este caso, debatir el desequilibrio económico mundial.
En definitiva, con todos los problemas mencionados y muchos más, nos cuestionamos lo siguiente: ¿para qué tanta evolución tecnológica y científica?, ¿no creen ustedes que nos encontramos ante una involución?
Todos estos puntos podrían ser tratados en la asignatura de Educación para la Ciudadanía, haciendo así una reflexión sobre los valores de la sociedad dejando a un lado los ideales políticos y el hacer oídos sordos a los problemas.
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