LA RAZÓN
Verano 2009
Divulgar la filosofía, no es “vulgarizarla”, en el sentido despectivo que tiene esta palabra, sino sacarla a la calle, presentársela al público no especializado en filosofía, al pueblo, al vulgo, en sentido literal, al común de los mortales
Es bajarla de las estanterías, quitarle un poco el polvo y ponérsela a mano al público, para que pueda manosearla, saborearla, gustarla, probarla.
Para que la gente compruebe que el producto merece la pena, que es bueno, muy bueno y, además, es gratis.
Es hacer un poco de Sócrates.
Si estamos donde estamos es por la Razón y no por otras razones o motivos.
Si somos lo que somos es por la razón y no por otras razones.
Los acuerdos, los contratos, las democracias,… son lo que son por ser racionales.
Es racional pactar y ceder en parte, a exponerse a morir y perderlo todo.
La razón y la libertad son amigas inseparables.
Las “cadenas” de las que un día, en un e-mail, nos recordaba Joaquín, pueden ser/deben ser rotas sólo con la lima de la Razón.
Quiero recordar que fue Verlaine el que, taxativamente, afirmó:
“Occidente es: ATENAS (Inteligencia, logos, razón, ciencia,….) más
: ROMA (Sociedad, leyes, derecho, lengua, obras públicas, planificación urbana, política….) más
: JERUSALÉN (Religión, moral-ética, concepción de la vida, visión del mundo, mentalidad….)
Quizá sea por ello mi extrañeza cuando, en la no muy lejana reforma de la Constitución Europea, ciertos sectores insistían e insistían en la necesidad de que constara, expresamente, una alusión, aunque sólo fuera en el Preámbulo, de la importancia de la Religión cristiana en la conformación de Europa.
Cuando, sin desmerecer la influencia de la Religión, (que la ha tenido, por suerte o por desgracia, durante muchos siglos) nosotros somos, al menos hoy día, más hijos de Atenas y de Roma que de Jerusalén.
Hace algunos siglos nos advertía un filósofo europeo de una táctica que el denominaba “astucia de la razón”.
Consistiría en que ella siempre iría consiguiendo sus fines aunque los hombres, en su actuar, creyeran que eran libres para hacer esto o lo otro. En eso consistiría su táctica. En que cuando, a veces, parezca que la razón da un paso atrás, en realidad es para tomar impulso y poder dar un salto mayor. Como hacen los atletas.
Parece como si a lo largo de todo el tiempo que el hombre lleva viviendo sobre la tierra la razón siempre hubiera estado presente, aunque de maneras distintas. Unas veces la razón está, latente, preparándose para su aparición. Es la época de la presencia del mito como mentalidad. Poco a poco el mito comienza a hacer aguas como explicación plausible de la realidad y la razón va asomando, poco a poco, pero de manera segura, preparando sus cimientos y pilares, es el surgimiento de la filosofía como alternativa al mito.
En la época de la razón muchas veces se acierta pero muchas más veces se equivoca, pero siempre avanza, apoyándose en las verdades descubiertas y reconociendo los errores para no volver a cometerlos.
A pesar de que se haya dicho que la historia de la humanidad es la historia de la verdad, más bien habría que decir que es la historia de los errores que, poco a poco, van siendo superados.
Porque lo normal es errar, equivocarse.
Cuando uno está en un cruce de caminos, sin indicaciones, más pronto que tarde uno elegirá el camino equivocado. Aunque reconocer un error ya es un acierto.
Es la época de la aparición y desarrollo de la ciencia o filosofía, con el único criterio de lo racional como verdadero.
La historia de la Razón puede ser contada en varios capítulos:
1.- Embarazo durante varios millones de años; y la criatura no se desarrollaba porque no se la alimentaba.
2.- La curiosidad, la extrañeza, la admiración,… ante fenómenos naturales empieza a lanzar porqués en todas las direcciones. Los porqués son preguntas que solicitan ser contestadas, pero en el mismo plano, en el plano natural, sin recurrir a los dioses o seres del mundo sobrenatural o mágico.
3.- Oficialmente la criatura denominada Logos o Razón nace en el siglo VI a.C. Y, oficialmente, el primer filósofo será Tales de Mileto, que, además de filosofar, con la Razón, se dedicaba a las Matemáticas (Geometría). Recordemos el Teorema de Tales. Sólo y totalmente racional.
4.- Durante la Niñez tuvo suerte. Tuvo unos tutores o padres que la cuidaron con cariño, la practicaron en sus vidas, la ayudaron a crecer. Hablamos tanto de los Presocráticos como de los Sofistas, de Sócrates, de Platón, de Aristóteles, de las escuelas socráticas (epicureísmo, estoicismo…).
5.- En esta época nació otra criatura que le haría la vida imposible. Estamos hablando del Cristianismo. Una religión, vástago del judaísmo, pero que cobrará mucho auge, por lo mucho que promete y por lo poco que exige (a fin de cuentas, la mayoría de los primeros conversos ya eran pobres, eran perseguidos, pasaban hambre,… (que son las bienaventuranzas).
La filosofía, con la sola guía de la Razón, no es muy bien vista por los cristianos, que sólo se guían por la fe. Hay que escuchar los truenos e improperios de un Tertuliano. Aunque poco a poco los cristianos van a darse cuenta de que la única manera de defenderse y de atacar a los filósofos es utilizando su misma arma, la Razón, por lo que buscarán una armonía entre Fe y Razón, pero que cuando surjan divergencias la fe estará por encima de la razón. A fin de cuentas, lo importante no es vivir esta vida sino utilizarla como moneda de cambio para la otra, que es eterna...
6.- La filosofía es considerada como auxiliar, como “ancilla”, como sierva de la Teología, que será la realmente importante. Durante muchos siglos el poder religioso estuvo aliado con el poder político. “Tú me ayudas. Yo te ayudo”. “Tú me permites y no permites a mis contrincantes y yo, en correspondencia, actúo en las conciencias de tus súbditos inculcándoles que “el poder viene de Dios” y que, por lo tanto, desobedecer a la autoridad civil es no sólo delito, sino también pecado. La vida eterna, pues, le es negada. El infierno eterno es el lugar de los pecadores….”.
De religión perseguida a religión perseguidora. Monopolio religioso. Excomuniones...
7.- Siglo XIV, Guillermo de Ockham, el de “El nombre de la Rosa”, que separa los ámbitos de la fe y de la razón. “Lo que se sabe no se cree, lo que se cree no se sabe”. Por si fuera poco, ruptura desde dentro. La Reforma. También las Monarquías dejan atrás al Feudalismo. Aparece la burguesía, aliada de las monarquías.
La separación de poderes conlleva la separación de la Ciencia respecto a la Teología. Los grandes científicos se desentienden de respuestas religiosas. Copérnico versus Ptolomeo y el Génesis. Galileo versus Aristóteles. Renacimiento versus Edad media...
8.- Triunfo de la Razón. La diosa Razón sustituye al Dios de la Religión respecto a todo lo que concierne a esta vida, a los astros, al futuro…
Entusiasmo, fe en la Razón, que se convierte en la llave o la clave que nos abre el futuro y nos dirige hacia él. Confianza en el Progreso, que está en nuestras manos, que depende de nosotros, que lo dirige la Razón…
Es el triunfo de todo tipo de revoluciones, científica, industrial, moral, social, económica, tecnológica, agrícola, en los transportes...
El Siglo XVIII es el siglo de las Luces, de la Ilustración,… y el XIX es el siglo de las Ciencias.
9.- El progreso científico y técnico no ha llevado de la mano el progreso moral y social. Más bien lo contrario. El capitalismo es el triunfo del individualismo, aún a costa de la sociedad. Se conoce más. Se domina más, pero no somos mejores.
Las dos guerras mundiales, relacionadas con la tecnología, es la manifestación del Fracaso de la Razón.
Ha habido una borrachera de la Razón y hemos provocado accidentes.
“La razón se ha pasado”
Tendremos que reordenarlo otra vez.
Es verdad que el hombre es racional, pero no sólo racional. También somos “pasión”, “emoción”, “sentimientos”, “amor”, “solidaridad”…
(Continuará, no sé cuándo ni cómo, pero continuará).
Javier Arenas exige la dimisión inmediata de un cargo del PSOE por presunta prevaricación. ¿Cómo se puede ser tan demagogo de exigir compromiso político y al mismo tiempo defender al señor Bárcenas? Vergüenza esta que tienen nuestros políticos y que nos toman por idiotas.
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