¿QUÉ HACEMOS CON LOS MÁS PEQUEÑOS ANTE ESOS TRES MESES SIN ESCUELA?
Llega el verano, y con él son muchos los padres, eso si, los más afortunados, los que tienen el tiempo merecido y necesitado para desconectar de sus habituales y rutinarios quehaceres. Aún así no debemos olvidar que con estas vacaciones familiares, son también los más pequeños de la casa los que tienen todos esos huecos que ocupaba la escuela en tiempo a llenar, y qué mejor manera de hacerlo que de una forma ociosa, divertida, y como no didáctica y educativa.
Ante esto no todas las noticias son optimistas. Según el estudio realizado por El libro blanco: la educación en el entorno audiovisual los niños pasan más horas ante la televisión, exactamente 990 horas, que dentro de la escuela, 960 horas. Esta diferencia de horas tiene su explicación lógica, y es que tal y como explica el catedrático de Periodismo de la Universidad CEU, Luis Núñez Ladevéze, “esta diferencia de horas se debe a que hay al menos tres meses del año en el que los niños no asisten al colegio y tienen más tiempo libre”. He aquí la preocupación de muchos padres: ¿Qué hacemos con los más pequeños ante esos tres meses sin escuela?
Es cierto que hoy en día contamos con diversos canales de televisión, muchos de ellos dedicados a los más pequeños, pero aún así no debemos bajar la guardia, ya que desgraciadamente nos encontramos actualmente ante una “caja tonta” que no entiende de horarios infantiles, y mucho menos de léxico constructivo, no sexista y educativo.
Ante esto debemos tener en cuenta que los niños son como esponjas. Imitan no sólo el lenguaje que escuchan, si no también los gestos, gustos y comportamientos, y es muy importante que el tiempo de ocio se comparta con el niño de una forma cooperativa, compartida y abierta, seleccionando entre todos qué cosas se pueden ver, y cuales no, y por que no, opinando sobre lo que se ha visto, puntos de vista, etc.
Pero no todo es tan pesimista, precisamente por ser verano son muchas las asociaciones destinadas al entretenimiento de los pequeños que amplían sus ofertas, algunas de forma gratuita, otras bajo un moderado precio... Excursiones, cursos de verano, campamentos… Ocio destinado únicamente a ellos, donde además de entretenerlos y divertirlos, favorecen el trato social entre ellos, el juego (tanto individual como colectivo), el contacto con el entorno y la naturaleza, potencian el uso de la imaginación a través de diferentes actividades, aumentan su formación de ideas y procesos cognitivos… y ante todo, educan de una manera no formal (entiéndase fuera de la escuela).
Todo esto, desde luego, sin contar con el tiempo libre que dan a unos padres a jornada completa 24 horas, permitiéndoles así tiempo para ellos mismos, la pareja, los amigos, el descanso…
Así pues, que este verano sea una oportunidad para facilitar una educación diferente para los más pequeños. Una educación basada en el juego, las risas y la cooperación entre ellos. Una educación que ellos entenderán como diversión, y les dará energías para afrontar un final de verano, y el inicio de un nuevo curso con nuevos amigos y nuevas experiencias.
OSCAR BLÁZQUEZ
Me gustaría hacer tres apreciaciones:
ResponderEliminar1). Se ha escuchado ya el dar clases en julio
2). Creo que durante el curso escolar muchos niños/as ven más tiempo la televisión del que dedican a estudiar
3). Cuando unos padres deciden tener un hijo, querrán tener el hijo para disfrutarlo. Yo creo que es precisamente en Verano donde tienen que aprovechar el tiempo libre de sus hijos
Gracias por tu comentario, anónimo. Nadie está poniendo en duda que el tiempo libre, tanto de padres, como de hijos, sea para disfrutarlo en familia.
ResponderEliminarLo que comentamos, comento en este caso, es la necesidad de ocupar esas horas muertas de los niños delante del televisor, o tirados en el sofá.
Es una alternativa más. Si el aprendizaje en el tiempo libre se realiza acompañado de tus padres y seres queridos, mejor que mejor.
Gracias de nuevo