EL DIPUTADO
ARTÍCULO PUBLICADO EN EL BLOG http://puertabierta.wordpress.comPedí ir solo. Ya no había motivo para escoltas. La seguridad del partido, como todos, tendría que entregar las armas después de la firma. Era lo acordado semanas atrás. La paz sería nuestra última victoria tras años de lucha. El camino había sido largo, el tiempo que costó convencer a los más reacios a abandonar las trincheras para entrar en la vida democrática. Los golpes policiales nos habían debilitado, pero el ahogo político era más duro que la tortura o el exilio. En las cárceles los presos pedían una solución para salir a la calle lo antes posible. Meses después hasta el más radical me confesó que tenía razón, que era la única salida.
ARTÍCULO PUBLICADO EN EL BLOG http://puertabierta.wordpress.comPedí ir solo. Ya no había motivo para escoltas. La seguridad del partido, como todos, tendría que entregar las armas después de la firma. Era lo acordado semanas atrás. La paz sería nuestra última victoria tras años de lucha. El camino había sido largo, el tiempo que costó convencer a los más reacios a abandonar las trincheras para entrar en la vida democrática. Los golpes policiales nos habían debilitado, pero el ahogo político era más duro que la tortura o el exilio. En las cárceles los presos pedían una solución para salir a la calle lo antes posible. Meses después hasta el más radical me confesó que tenía razón, que era la única salida.
El ministro había organizado un acto simbólico, pero el trato estaba cerrado tras miles de conversaciones clandestinas, aireadas a los medios afines a cuentagotas cuando era necesaria una cortina de humo para ocultar la nueva cifra del paro. Al gobierno le venía fenomenal un pacto para colgarse una medalla con la que le estaba cayendo en los sondeos ante las inminentes elecciones. Nosotros saldríamos de la madriguera y retornaríamos a las urnas. Al aparcar frente al ministerio, respiré profundamente, miré mi antiguo coche y saqué de la cartera la foto que representaba todo aquello por lo que había merecido la pena tanta lucha, mi sueño, el Cadillac que me compraría con el primer sueldo de diputado.
SERGIO RUIZ ANTORÁN
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