UTOPÍA. FEBRERO 2011. NÚMERO XVI

¿Alguien sabe dónde se venden cotas de malla contra la desdicha?

Eso fue lo primero que pensé después de ver la película de Iciar Bollaín “También la lluvia” donde se cuentan varias historias al mismo tiempo: el descubrimiento y conquista de América por parte de Colón, la grabación de una película sobre dicha temática y las protestas del pueblo boliviano ante la situación general de carestía que se agravaría con la subida del precio del agua.

A nosotros, nos molesta la subida del agua, de la luz, de la basura, de la gasolina… nos fastidia, aunque sea por poco tiempo. Después nos olvidamos o nos hacen olvidar. Allí les molesta, les fastidia, les aburre la falta de agua, de comida…

La película de la directora madrileña sabe reflejar por un lado la situación de desgracia que vive parte del pueblo americano desde la conquista española y portuguesa, y por otro lado, la demagogia europea en dicho asunto. Bartolomé de las Casas protesta por la situación de esclavitud a que fueron sometidos los indígenas durante la conquista, hasta que le amenazan con detenerlo.

En la vida real ocurre lo mismo, protestamos hasta que vemos la realidad de cerca y tenemos miedo que nos pueda ocurrir lo mismo que a esos desgraciados. Pura demagogia. No queda otra que mirar hacia otro lado o comprarse una cota de malla, como decía Sabina, para la desdicha.

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