Autor de numerosas noveles cargadas de una fina ironía. La verdad sobre el caso Savolta fue su primera novela. A esta se irán añadiendo otra serie de éxitos editoriales (El misterio de la cripta embrujada, La ciudad de los prodigios, Sin Noticias de Gürb, Las aventuras del tocador de señoras…) que harán de Eduardo Mendoza uno de los escritores más leídos en nuestro país. Recientemente ha recibido el premio plante por una novela sobre la etapa previa a la Guerra Civil Española (Riña de Gatos). Hacemos aquí un pequeño cuestionario a Eduardo Mendoza sobre las nuevas tecnologías, sus planes de futuro y otros temas varios.
¿Tiene ya Eduardo Mendoza un e-book? ¿O es más del libro tradicional de toda la vida?
No tengo todavía un e-book. Espero que mejore la tecnología. Cuando lo haga, compraré uno. Y seguiré usando el sistema tradicional. Los dos me parecen compatibles.
La ley Sinde sobre la propiedad intelectual ha provocado muchísimo debate en la calle. En la última gala de los Goya Alex de la Iglesia se posicionó contra esta ley. ¿Dónde se posiciona usted?
En ningún sitio. Soy un escritor, no un editor. Es posible que el resultado de este debate me afecte económicamente, pero esto es irrelevante para mi trabajo como escritor. No hay que confundir las cosas.
¿Cuál es el último libro que ha leído?
“Telón de fondo”, de Marcos Ordóñez, una reflexión sobre la crítica teatral.
En su última obra, trata la etapa previa a la Guerra Civil Española, ¿qué visión tiene Eduardo Mendoza de dicho periodo histórico? ¿Por qué sigue provocando tanto debate en la actualidad?
Necesitaría varios volúmenes para responder a estas preguntas, y no estoy muy seguro de que aun así el resultado fuera satisfactorio.
Cuando se habla de la Guerra Civil Española algunos autores como Arturo Pérez Reverte señalan que la sombra de Caín alargada en España y ponen como ejemplo la Guerra Civil
Las comunidades guardan larga memoria de los agravios, si es a eso a lo que se refieren.
Hablando de algunas de sus novelas anteriores ¿Por qué gustó tanto Sin Noticias de Gurb? Se imagina usted que Gurb volviera a visitar España.
No sé por qué gustó tanto. Es un libro alegre, un punto infantil. No me imagino a mí mismo prosiguiendo las aventuras de Gurb en el momento actual.
Muchos como lo conocimos con “El misterio de la cripta embrujada” que era lectura obligatoria en el Instituto. A esta obra le siguieron El laberinto de las aceitunas y La aventura del tocador de señoras. ¿Habrá una cuarta entrega?
No lo excluyo, pero tampoco entra en mis planes inmediatos.
La verdad del caso Savolta, La Cripta, La ciudad de los prodigios y El año del diluvio. ¿De qué adaptación cinematográfica de su obra está más satisfecho? ¿Cuál fue su implicación en la adaptación?
No estoy muy satisfecho de ninguna adaptación porque no creo que ninguna diera lugar a una buena película. Mi participación fue variable: de nula a relativa. Mi implicación, en el sentido judicial de la palabra (el único que tiene) debería decidirla un tribunal.
¿Cómo se explica las altas audiencias que presentan programas de corazón y cotilleo?
No sigo estos programas y no he reflexionado sobre su aspecto sociológico.
Se dice que en España se lee poco y que los jóvenes españoles son un desastre. Sin embargo, siempre hay justos en Sodoma, además de que la culpa del sistema educativo no es de ellos y si de los que lo inventaron. ¿Cómo ves a la juventud de nuestro país?
Insisto en que no soy sociólogo. No sabía hacer un diagnóstico sobre “la juventud de nuestro país”. El término ya me parece una vaguedad. No sé si “los jóvenes” leen o no leen. Tampoco sé qué leen.
¿Cuál es para Mendoza su gran utopía?
No tengo utopías. No creo en las utopías. Me atrevería a decir que no sé qué son.
Señor Mendoza, se moja usted muy poco. David Jiménez
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