La docilidad, mansedumbre y conformismo de la ciudadanía española es conocida y no deja de pasmar a los más ilusos. ¿Por qué no sale a la calle, por qué no se rebota por la disminución de sus derechos sociales? ¿Por qué deja hacer, contra sus intereses, a sus “representantes” sindicales y políticos? ¿Por qué sólo se moviliza por cuestiones deportivas? ¿Por qué anda despolitizada, resignada al bipartidismo de lo mismo, por qué no sueña con otra forma de vivir y hacer política?
¿Por qué pasa todo esto? ¿Por qué la democracia real, nuestra democracia nacional, regional y local es una “democracia del rebaño espectador”, que diría Chomsky? No lo sabemos. Pero, ¿no tiene algo que ver con esta situación la escuela? La escuela que debiera ser el lugar donde el alumno aprende qué es la democracia, no en la teoría de los libros, sino en la experiencia cotidiana del funcionamiento del centro, ¿lo es? ¿O sólo existe una democracia en el centro sobre el papel de la ley y es inexistente en la vida diaria de los centros escolares?
¿Saben los alumnos qué es el Consejo Escolar, que es el órgano supremo del centro, que en él está representada toda la comunidad educativa, que aprueba el Plan de Centro que se está elaborando? ¿Hubo campaña electoral para la elección de sus representantes? Cuando votaron, ¿elegían entre distintos candidatos cuyos proyectos conocían? ¿Conocen quiénes son sus representantes? ¿Conocen sus derechos políticos en el centro? ¿Conocen todos los cauces legales para participar en el funcionamiento y vida del centro? Nos parece que la respuesta será negativa en la mayor parte de los centros.
Estos analfabetos políticos, estos auténticos borregos que son nuestros alumnos, ésos que son el futuro de la democracia en España, son los que votarán, si lo hacen, dentro de unos años a sus representantes en el municipio, comunidad autónoma y España.
Históricamente las enseñanzas medias han sido un semillero de ciudadanía, al margen de la pretendida enseñanza impartida. En los últimos 20 años ha perdido interés e incluso se ha visto con antipatía la discusión de asuntos políticos en los institutos, menospreciándolos como si fueran asuntos de terceras personas. Tal vez los políticos profesionales piensen que nuestros alumnos amanecerán a los 18 años con un bagaje político aparecido milagrosamente.
Estamos acostumbrados a escandalizarnos - es de buen tono – del bajo nivel de nuestros alumnos en matemáticas, comprensión lectora y demás disciplinas, el informe Pisa levanta ampollas. Nos pasma la ignorancia de nuestros alumnos. ¿No nos pasma su analfabetismo político, su incompetencia ciudadana y democrática? ¿Mide esto Pisa? ¿Por qué esto es así?
Lo que denunciamos es grave, estamos denunciando la renuncia a formar ciudadanos briosamente democráticos, rebeldes, tal vez impertinentes con el poder de los mayores, a dotarles de un cuadrilátero en el que aprender a defender sus intereses, sus derechos, a comprender las normas del centro que les afectan, a expresarse libremente, a organizarse y asociarse, para que cuando salgan a la calle puedan seguir haciéndolo y estar capacitados para participar en la construcción de una sociedad más justa y humana.
José Antonio Guzmán Gil y Ángel Rodríguez Fernández
Profesores de Instituto y miembros de la Asociación de Profesores Dejadnos Enseñar.
La Banda sonora de estas palabras es la canción de Javier Krahe ¡Ay Democracia! de su nuevo disco “Toser y cantar”
PUBLICADO EN http://dejadnos2009.blogspot.com/
Muy de acuerdo con parte de lo que dices. Pero he de señalar que siempre hay justos en Sodoma, soy profesor de Bachillerato y he escuchado debates en clase que ya quisiera escuchar en tv o radio. Saludos.
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