He estado en la Plaza de la Constitución a la subida y a la bajada de clase. He visto hecha realidad mi “indignación de años” que yo no he sido capaz de manifestar externamente, como están haciéndolo estos jóvenes. He estado hablando con ellos y diciéndoles que estaba, totalmente de acuerdo con sus objetivos, que debían ir perfilando el método (siempre legal, desde dentro del sistema) para conseguirlos (como lo hizo Suárez, desmontando el sistema, al conocer cómo estaba montado, de nuestra transición) y que, en lo que no estaba de acuerdo era en lo de “Democracia REAL”.
He dejado escrito, en otros lugares, que no me gusta adjetivar. La democracia o es democracia o no lo es. No hay una democracia verdadera y otra falsa (llámesela “orgánica” franquista o “popular” comunista). A la democracia le ocurre lo que al amor, el amor falso no es amor, mientras el amor verdadero es el único amor.
Por lo que los concentrados claman es por la “democracia IDEAL”, una democracia pura, sin aristas,… y eso ni existe ni puede existir. La democracia es “humana” y, en cuanto humana, es siempre imperfecta.
Tengo ante mí el Manifiesto: “Democracia Real, Ya¡ Dicen estar INDIGNADOS “por el panorama político, económico y social a nuestro alrededor. Por la corrupción de los políticos, empresarios, banqueros…Por la indefensión del ciudadano de a pie”. Exponen las prioridades y derechos básicos, con los que creo que todos, y yo el primero, estaremos de acuerdo. El obstáculo para esas prioridades y esos derechos no es el sistema, sino el funcionamiento del mismo, más atento a los poderes económicos y partidistas que al pueblo, teóricamente soberano pero prácticamente preterido.
No son anti-sistema, sino partidarios de otro mejor funcionamiento del sistema. Su objetivo no es acabar con la política, sino una regeneración de la misma. Consideran necesaria una revolución Ética, poniendo cada cosa en su sitio, el dinero sometido al ser humano. ¿Quién no puede estar de acuerdo con esas reivindicaciones?.
La generación joven lo tiene crudo, cara al futuro. Nunca ha habido una juventud tan bien preparada y con tan malas expectativas. Y, en medio de ese paisaje desolado, son testigos diarios del mal funcionamiento de la democracia. ¿Por qué no las listas abiertas cuando todos sabemos que en los primeros lugares van, no los mejores y más capacitados, sino los más obedientes y que no se han movido anteriormente, saliendo en el centro de la foto?
¿Por qué los candidatos fracasados municipales aparecen en los primeros puestos autonómicos y los fracasados autonómicos en las generales y los de aquí al cementerio de elefantes, paraíso europeo? ¿Por qué esos sueldos tan abusivos, auto-aprobados por unanimidad, con la que está cayendo, cuando nadie los ha obligado a la actividad política, sino que ha sido voluntaria?
¿Por qué esas jubilaciones de oro, sin apenas tiempo cotizado, mientras todos nosotros, tenemos que….? ¿Por qué esa disciplina de voto, que obliga a muchos de ellos a taparse la nariz al hacerlo? ¿No se confía en la capacidad crítica de los diputados?
¿Por qué no hay distrito único y quien más votos obtenga, a nivel nacional, tenga más representantes (caso de Izquierda Unida y U.P.y D.)? ¿Por qué, de una puñetera vez, no se clausura el Senado, tal como está, que, sin servir para nada, no es tanto lo que cobran, los inútiles senadores, como el gasto que generan, y de una puñetera vez es una representación de las regiones y autonomías españolas? (¿Qué pestes estarán echándome los partidos nacionalistas, que sirven de bisagra, que abren o cierran puertas, tras cobrar el impuesto revolucionario para su comunidad?)
Dice el Diccionario de la R.A.E, que “concentración es: reunión en un lugar de lo que, antes, estaba en varios”, mientras “manifestación es: reunión pública de gente que desfila para dar su opinión o reivindicar algo”. Los “concentrados” no desfilan, ¿es la concentración una manifestación?
Durante las jornadas de reflexión y de votación están prohibidas, por ley, las manifestaciones, ¿Y las concentraciones? El Artículo 20 de la Constitución reconoce y protege el Derecho a expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones, mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción…
Cuando yo era estudiante y veíamos una manifestación solíamos unirnos a ellas. Igual era para defender o potenciar un sindicato de estudiantes como para oponernos a otro. Los grises disolvían la manifestación. Entonces nos concentrábamos por grupos y seguíamos charlando. Cuando estábamos no sé si 7 ó 8 y la policía nos decía que estaban prohibidas las reuniones de más de 5 ó 6 (por ejemplo, no recuerdo el número) uno cantaba el “pinto, pinto, gorgorito,…..” y al que le tocaba se salía del grupo, para que pudiera, ya, ser legal la reunión..
Todos sabemos que prohibir produce el efecto llamada (y más entre los jóvenes), y el gobierno también lo sabe, pero, inteligentemente, le pasa la patata caliente a las Juntas Electorales. ¿Qué decir de la aprobación, dos días antes de las elecciones, de no sé cuánto número de becas, más 150 euros para los que aprueben todo?
Y una curiosidad. Si el P.P. tuviese enjauladas miles de gaviotas y las fuera soltando, poco a poco, a la entrada de los colegios electorales ¿sería ilegal? Y si el P.S.O.E. montase, a la entrada de cada colegio electoral, un puesto de rosas rojas (aunque ya estén mustias) ¿sería ilegal? Los demás partidos no caigo de qué podrían montar el chiringuito.
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