“Así es la esperanza. La pisas y parece muerte, pero en cuanto le das la espalda reaparece. Si cierras los ojos, aparecerá en silencio a tus pies. Nunca te libras de la esperanza. Tiene el caparazón demasiado resistente, se alimenta de cualquier cosa, se adapta a todos los medios, sabe defenderse de la agresión de la realidad o, al menos, ponerse a cubierto hasta que escampe”. Lo escrito pertenece a un fragmento del libro de Rafael Reig “Todo está perdonado”.
El 15 M es para Utopía una esperanza que llevábamos mucho tiempo esperando. Una Utopía que ha acabado convirtiéndose en realidad. Parte de la sociedad española ha decidido lanzarse a la calle a protestar y reclamar unas mejores condiciones. Se han dicho muchas cosas sobre este movimiento y desde Utopía queremos hacer varios matices. Los que atacan instituciones democráticas o recurren al insulto fácil no representan a ningún movimiento democrático como es el del 15 M. Los que hacen esto desvirtúan un movimiento que parte de una necesidad de cambio.
El 15 M no son las acampadas, ni los actos de determinados individuos contra las instituciones. No puede quedar el 15 M en eso. Es evidente que el 15 M exige un análisis muy completo. La lectura de los diferentes artículos que se han publicado en Utopía puede ayudar a intentar comprender los diferentes tonos del 15M.
Medios de comunicación diversos valoran el movimiento 15 M, unos los atacan abiertamente y otros centran 15 M en los altercados que se han producido en Barcelona o Valencia. Otros hablan de medidas imposibles de realizar. A nivel político el presidente del Congreso José Bono se va por los cerros de Úbeda cuando dice que el único que entró por la fuerza en el Congreso fue Tejero. Durán y Lleida señala que la democracia es la que ha elegido el pueblo en las elecciones. Una democracia que particularmente beneficia a partidos como el suyo… El número de ejemplos es amplio. Pero no. No es eso.
Las razones de este movimiento son evidentes. No obstante, este cambio debería haber llegado antes. Ha sido cuando el estado del bienestar se ha venido abajo cuando la gente se ha lanzado a la calle a protestar. Ese movimiento tendría que haber llegado antes y ha llegado por la situación de crisis. Durante años hemos vivido bajo el mismo modelo económico y son muy pocos los que han criticado dicho modelo. Ha sido ahora con el estallido de la burbuja inmobiliaria cuando se ha producido este movimiento. Tarde, pero al fin y al cabo ha llegado. Y a pesar de lo que han dicho las urnas el 22 M, no podemos olvidar que más de 11 millones de españoles no han ejercido su derecho a voto, a ellos tenemos que unir los votos nulos y los votos en blanco, además de aquellos votos que se pierden en el vacío debido a la actual ley electoral.
Por todo ello no podemos ver el 15 movimiento anti-sistema. No es eso. Eso no es el 15 M. El 15 M es algo más. El 15 M es luchar por un futuro, el 15 M es cambio, el 15 M es lucha. El 15 M es una esperanza para los jóvenes. El 15 M es la necesidad de una regeneración de la política española… Es, al fin y al cabo, esperanza.
Y esperanza es lo que nos da la entrevista con Arcadi Oliveres, profesor de Economía en la Universidad de Barcelona. Pequeñas dosis como esta ayudan a intentar ver un futuro. Esperanza y Arcadi Oliveres vienen a ser lo mismo.
Una pequeña cuestión para aquellos que hayan seguido leyendo hasta el final esta Editorial de esta humilde revista. ¿Alguien sabe qué ha pasado con Libia?
Para sumar otra cuestión: ¿alguién sabe lo que le está pasando a la II Flotilla de la Libertad (Rumbo a Gaza)?
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