El junco y la encina
No quiero ser como el junco
que doblega su cerviz
con lacayo servilismo
ante el embate del viento,
y sumiso besa el fango
si el huracán se lo ordena.
Quiero ser como la encina
resistiendo con pie firme
sus avalanchas furiosas,
y si al cabo por más fuerte
me desgaja de la tierra,
al menos sucumbiré
luchando por mis raíces.
Me encanta tu poesía, todo lo que escribes,
ResponderEliminarUn cordial saludo
Nana Smith