ENTREVISTA FABIO GÁNDARA. PLATAFORMA DEMOCRACIA REAL YA

FABIO GÁNDARA

¿Qué es Democracia Real Ya?

Democracia Real Ya se podría definir como una red abierta de personas, colectivos y movimientos autónomos que trabajan coordinados para lograr una democracia real. Por tanto, es un grupo con autonomía y organización propia pero que forma parte del Movimiento 15M.

¿Cómo surgió el movimiento Democracia Real Ya? ¿Quiénes formáis dicho colectivo?

Este movimiento surgió de forma progresiva a partir de las redes sociales. En el mes de enero de 2011, un grupo de internautas, activistas, blogueros y, en definitiva, personas indignadas, empiezan a debatir en Facebook sobre la necesidad de articular un movimiento conjunto en España capaz de aunar sensibilidades políticas e ideológicas diferentes, con el objeto de convocar una movilización de protesta frente a las intolerables políticas que llevábamos tiempo sufriendo en España, dando así voz a la sociedad civil. Así, nace el grupo de Facebook "Plataforma de coordinación de grupos promovilización ciudadana", a la que empieza a unirse todo tipo de gente, surgiendo en su seno un debate que da lugar a la fijación de un lema, una fecha de movilización, un manifiesto, unas propuestas... Será a partir del lema elegido para la manifestación del 15 de mayo, "Democracia Real Ya", a partir del cual surgirá la denominación que dará nombre al propio movimiento en sí.

¿Esperaban tener el respaldo que le ha dado la ciudadanía española?

Sabíamos que gran parte de la población española estaba absolutamente hastiada de la clase política y de las políticas públicas adoptadas en este país, así como de la situación económica, pero no estábamos seguros de que la gente fuese capaz de darse cuenta de la importancia de salir a las calles a reivindicar de forma unitaria nuestros derechos y nuestra dignidad, y tampoco teníamos claro el nivel de efectividad que podía tener en España un movimiento ciudadano de base surgido de Internet. Por tanto, sí nos sorprendió muy gratamente comprobar la acogida que tuvo la manifestación del 15 de mayo.

¿Hacia dónde se encamina Democracia Real Ya? Se han extendido las reivindicaciones por toda España, las manifestaciones continúan, las asambleas de barrio crecen… Habéis sido la chispa, pero no habéis impuesto ningunas consignas, algunos colectivos han organizado un referéndum para el mes de Octubre… ¿Era ese el objetivo?¿Despertar la ciudadanía?

Se puede decir que nuestro principal objetivo era ese: lograr un despertar ciudadano, que la gente comience a desarrollar un pensamiento crítico, debatiendo, proponiendo, protestando y agrupándose con otras personas para defender sus intereses. Necesitamos una sociedad civil fuerte, y poco a poco lo estamos logrando. No obstante, aunque no hemos impuesto ninguna consigna (ni era nuestra intención), Democracia Real Ya no ha parado de trabajar todos estos meses, y de hecho seguirá haciéndolo. Durante este tiempo hemos mantenido una intensa labor de difusión y concienciación ciudadana, hemos mejorado nuestra organización interna, y hemos organizado o apoyado en gran parte del territorio múltiples manifestaciones. Pero en este nuevo curso político que se avecina nuestra actividad será incluso más intensa: el pistoletazo de salida será la movilización internacional del 15 de octubre. A partir de entonces tenemos preparada una batería de acciones y propuestas constructivas, que serán desarrolladas mediante campañas que anunciaremos en su momento.

Respecto al movimiento 15 M, ¿ómo valora Fabio Gándara las diferentes manifestaciones que están teniendo lugar, así como las disputas con la policía en el barrio de Lavapiés, los desalojos o el caso reciente de Málaga donde grupos del movimiento 15 M han intentado evitar que un ciudadano argelino sea enviado a su país?

Creo que es muestra del nivel de eclosión de conciencia ciudadana que estamos viviendo. Me parecen acontecimientos absolutamente positivos, en los que la gente se empieza a olvidar del individualismo radical imperante hasta el momento y comienza a tejer redes solidarias para preocuparse en mayor medida por sus semejantes. Espero que este nivel de movilización ciudadana solidaria, contra las deportaciones de inmigrantes, contra los desahucios, etc., se mantenga.

Esa actitud de pasotismo generalizado, que Federico Mayor Zaragoza ha llamado delito de silencio, parece haberse instaurado en parte de la sociedad. No obstante, parece que el 15M va en la línea de romper esta idea ¿Por qué ha tardado tanto en cristalizar un movimiento como éste?

Creo que los motivos son variados y complejos. En primer lugar, podría aventurarme a decir que de forma general, la sociedad civil española ha sido tradicionalmente muy débil: desde el franquismo los niveles de asociacionismo, sindicalismo, participación ciudadana, etc... siempre han sido muy bajos. En este sentido, al no instaurarse a partir del sistema político surgido de la transición cauces institucionalizados de participación política que vayan más allá del voto cada 4 años, se ha incentivado aún más el tradicional pasotismo español. Por último, el desprestigio de la política ha ayudado a ahondar en este individualismo y pasotismo, asumiendo la máxima de que nuestros dirigentes son todos iguales, sin que merezca la pena o sea útil preocuparnos o controlar las políticas y actuaciones que desarrollan.

¿Qué vinculación crees que tiene el 15 M con los movimientos ocurridos en el Norte de África?Aunque la situación de fondo no es comparable, creo que ha habido dos influencias claras de los movimientos del norte de África en el 15M: en primer lugar, el éxito de estas revoluciones nos hizo ver a muchos que aún en el siglo XXI aún es posible que movimientos de base ciudadanos puedan poner en jaque al poder establecido. En segundo lugar, pusieron de manifiesto el enorme potencial que tenían las redes sociales a la hora de organizar las protestas ciudadanas.

Dice Carlos Tabio en su último libro es “Nada será como antes”, ¿En qué sentido cree que cambiarán las cosas?

Creo que sin duda a medio plazo habrá cambios muy relevantes. En primer lugar, creo que la sociedad española, gracias a la ayuda inestimable de las redes sociales, estará mucho más estructurada y hará gala de una conciencia mucho más crítica frente a las actuaciones de nuestros dirigentes. En segundo lugar, creo que el actual movimiento hará inaplazable la necesidad de ahondar en el sistema político instaurado en nuestra transición, facilitando una participación democrática de la ciudadana en la vida pública de forma continuada, que vaya más allá de la mera emisión de un voto cada 4 años.

Uno de los lemas que más se ha escuchado en las diferentes manifestaciones ha sido el de “Lo llaman democracia y no lo es”. ¿Por qué lo llaman democracia y no lo es?

Creo que los motivos son abundantes y claros. Aunque aparentemente vivimos en un sistema plenamente democrático, observamos que realmente distamos mucho de disfrutar de un "gobierno del pueblo". En primer lugar, nuestros dirigentes no son ni elegidos, ni controlados ni depuestos por nosotros: los candidatos son siempre impuestos de forma arbitaria por el aparato interno de los partidos, no existen mecanismos de control alguno de su actividad por parte de la ciudadana, sin que se pueda fiscalizar, por ejemplo, el cumplimiento de lo estipulado en sus programas electorales, y no existen mecanismos de revocación de mandato que permitan a los ciudadanos decidir que un político debe irse por haber fallado a sus electores.

Por otra parte, vemos que nuestros gobernantes, una vez elegidos, ven completamente restringida su libertad de acción y su soberanía frente a las injerencias externas de actores políticos y económicos internacionales: los políticos españoles no gobiernan para los ciudadanos, sino en base a las presiones recibidas de organismos como el FMI o el BCE, para contentar a países como EEUU o Alemania, o para calmar los ataques de pánico de los inversores internacionales. Asimismo, tampoco disfrutamos de una auténtica democracia debido a que nuestra Ley Electoral tergiversa enormemente las opciones políticas de los españoles: se discrimina a los partidos pequeños poniendo diversas trabas (avales, porcentaje mínimo de sufragios, etc.), y se manipula la proporcionalidad favoreciendo que determinados partidos obtengan un número mayor de escaños y discriminando a ciertas regiones frente a otras, etc...

Por último, frente a países en los que los mecanismos de democracia directa están más desarrollados, en España la utilización del referendum, las iniciativas legislativas populares, los presupuestos participativos municipales, etc., está totalmente restringida a través de la legislación existente, queriéndose limitar cualquier tipo de intromisión de la ciudadanía en la esfera de lo político en base a argumentos peregrinos que nos hacen pensar en el Despotismo Ilustrado. El mejor ejemplo es la reciente reforma de la Constitución, acordada de espaldas a la ciudadanía.

Dicen que no pertenecen a ninguna ideología concreta, pero es evidente que algunas de sus reivindicaciones están más cercanas a la izquierda

Hay cuestiones que sí se indentifican con la izquierda desde una óptica social, pues como no podía ser de otra manera, este movimiento se basa de forma clara en principios como la solidaridad, la justicia o la igualdad. No obstante, creo que cualquier persona que se identifique a sí misma como conservadora puede y debe estar de acuerdo con muchas de las cuestiones de regeneración política y justicia económica en las que hacemos mella. No creo que ninguna persona conservadora honesta pueda estar a favor de la corrupción política o del fraude fiscal, por ejemplo.

He llegado a escuchar en algunos medios que los que estaban en las acampadas de Sol eran “remedos de Bildu”

En España hay una minoria intolerante, en ambos extremos del espectro político, que ataca de forma irremediable y burda a todo aquello que no se ajuste a su ortodoxia ideológica. Pero recibir críticas de los extremos nunca ha sido malo. Es más, creo que el lamentable nivel dialéctico de las críticas recibidas por parte de ciertos sectores reafirma aún más el valor de nuestras propuestas.

Critica Carlos Tabio en su libro la identificación de crecimiento y consumo con felicidad y bienestar, ¿qué es para usted felicidad y bienestar?

Es una pregunta difícil, ya que para cada persona puede ser algo distinto. Pero para mí, la felicidad y el bienestar de toda persona deberían estar fundados en todo caso en ver cubiertas nuestras necesidades básicas materiales, afectivas e intelectuales sin poner en riesgo la calidad de vida de nuestros semejantes, del planeta, y de las generaciones futuras.

Es evidente que el modelo económico actual no es justo para el conjunto de la sociedad. ¿Cuál es la alternativa?

Las alternativas ya existen. Este espacio es muy exiguo para exponer una teoría económica alternativa completa, siendo preciso remitir a los lectores a las propuestas que desarrollan gupos como ATTAC o autores como Susan George, pero puedo exponer algunos esbozos básicos.

En primer lugar, deberíamos afirmar que en primer lugar es necesario volver a recuperar el valor de lo público, en cuanto aquello que nos pertenece a todos y sirve para procurar el beneficio de la sociedad en su conjunto. Hay que olvidarse de las teorías de la escuela de Chicago y asumir que es evidente que es preciso una intervención pública y un marco regulador en el que se desarrollen las actividades económicas, asegurando que las mismas redunden en beneficio de la sociedad. Para evitar que este control público derive en corrupción política, es necesario que los Estados implementen nuevas vías de participación y control ciudadano de las políticas públicas.

Asimismo, en cuanto al actual contexto de crisis, y en relación a esta necesidad de reivindicar el papel de lo público, es necesario defender el desarrollo de una nueva política de estímulos económicos a través de un nuevo "Plan Marshall". La austeridad no es la solución, y solo nos conduce a una crisis perpetua. Este nuevo "Plan Marshall" debería orientarse en una revolución "verde", estimulando el avance en investigación y desarrollo, el fomento de empresas limpias y la implantación de modelos cooperativos empresariales controlados por los propios trabajadores.

Zapatero ha anunciado elecciones generales para Noviembre de 2011. ¿Qué peso tendrá el movimiento Democracia Real Ya en este proceso de elecciones?

DRY se limitará a reivindicar una vez más la necesidad de contar con un marco electoral más justo en el que todos los partidos concurran en igualdad de condiciones, en el que los candidatos sean elegidos por métodos democráticos en el seno de los partidos, en el que existan listas abiertas, etc., y a informar a los ciudadanos de las intenciones, promesas y contradicciones de cada uno de los partidos y candidatos en liza, para crear conciencia crítica. No es nuestro papel el pedir el voto para una formación u otra. Defendemos que cada individuo ha de votar en conciencia, o no hacerlo, según estime conveniente.

¿Cómo valora el acercamiento de determinados líderes políticos hacia las propuestas de Democracia Real Ya? Rubalcaba o Griñán son un ejemplo en este sentido

Valoramos que las propuestas que realizamos sean escuchadas y debatidas en la arena política, pero no afecta para nada a la estricta posición de imparcialidad que mantenemos. Creemos que en todo caso esas declaraciones deben ir acompañadas de acciones reales que demuestren la buena fe de esas promesas. Queremos menos palabras y más acciones, en definitiva.

¿Cuáles son los próximos pasos de Democracia Real Ya?

Como he comentado anteriormente, el próxima gran paso, al margen de las movilizaciones y acciones que seguiremos apoyando, será la gran movilización internacional del 15 de octubre, en la que trataremos de internacionalizar el movimiento para luchar por aquellas cuestiones que afectan a todo ciudadano del mundo. A partir de este momento desarrollaremos diversas campañas con propuestas concretas y tangibles, que serán detalladas en su momento.

¿Hay esperanza?

Por supuesto que hay esperanza. Cambiar nuestra sociedad y el modo de hacer política depende, como ha sido siempre, de la propia sociedad, de las personas. Y si no nos rendimos, poco a poco lo lograremos.