CARTA A UNA ASOCIACIÓN DE VÍCTIMAS DE ACCIDENTES DE TRÁFICO
(En atención a una invitación)
Hola M. No sé si recordarás, hace unos años tuvimos una conversación, hablamos sobre cuál puede ser la mejor opción para reducir los accidentes de tráfico, donde abogaba por priorizar las medidas tecnológicas frente al tan socorrido procedimiento sancionador.
No sé si recuerdas mis argumentos, pero soy totalmente contrario a reducir la siniestralidad mediante procedimientos sancionadores, no tanto cuando se implementan a las medidas tecnológicas, pero si cuando sustituyen estas, por la sencilla razón que el procedimiento sancionador es de muy baja eficacia frente a los sistemas tecnológicos modernos que son de absoluta eficacia, y con unos costes globales mínimos, e infinitamente menores que el coste social que nos supone este drama en nuestras carreteras. No exagero, si te digo, que hoy, con cuatro o cinco aplicaciones tecnológicas claves, de probada y contrastada eficacia, reduciríamos más de un 80 por cien de los accidentes de tráfico.
-Control adaptativo de velocidad por GPS, adecuando la velocidad máxima y mínima de cada vía y a cada circunstancia de la vía y el tráfico.
-Control de distancia de seguridad y entorno.
-Botón de arranque con alcoholímetro
-Detector de cambio de carril y ángulo muerto, que impida la salida de vía y maniobras prohibidas.
-Arranque del motor con tarjeta integrada al permiso de conducción. Las revisiones ITV registradas en los programas de arranque del vehículo
-Dispositivo manos libres con Bluetooth para teléfono, navegador GPS, con función solo de voz con vehículo en movimiento
De entre todos los extras de seguridad que pueden aportar de serie los vehículos, estos son fundamentales para nuestra seguridad, y una aplicación generalizada de estos elementos reduciría la práctica totalidad de los accidentes. El problema es que los estados no ponen el debido empeño en que estas medida se generalicen, y no precisamente por impopulares. Por eso que no se trata de inventar nada que no esté funcionando, ya, perfectamente, sino de que se generalice su uso, cosa que solo pueden hacer los estados, exigiendo que los fabricantes de vehículos incorporen de serie en todos sus vehículos estos dispositivos, que en producciones masivas reducirían enormemente sus costes, pero infinitamente más, los costes sociales que tienen los accidente que se producen por la falta de estos dispositivos.
http://www.autoelia.es/novedades/control-adaptativo-de-velocidad/8
http://www.elcorreoweb.es/actualidad/121335/crecen/multas/exceso/velocidad
http://www.publico.es/espana/384818/trafico-aconseja-usar-el-limitador-de-velocidad
http://es.autoblog.com/2011/09/29/botones-de-arranque-con-alcoholimetro-integrado-tu-proximo-coc/
http://www.ramonmillan.com/tutoriales/cocheinteligente.php
http://www.diariomotor.com/2008/07/08/trafico-estudia-implantar-alcoholimetros-antiarranque-en-los-coches-de-los-conductores-reincidentes/
Sustituir en su mayor medida el modelo sancionador, obsoleto, por un modelo fundamentado en la tecnología, comprendo que es enfrentarse a un sistema en el que se mueven poderosos intereses y se puede hacer una misión muy difícil, pero más difícil es callar ante un drama tan colosal como este, cuando se tiene la absoluta convicción de que eso es así.
Besos, juanmanuel
* * *
Hola M. después de la reunión, cabe hacer balance, y te digo que ha sido muy interesante, más de lo que esperaba, el poder conocer este rostro de los accidente de tráfico, el de las familias, ese dolor silencioso que os acompañará por siempre, y en donde la sociedad tiene que reconocerse y tomar ese testigo, el de vuestro trabajo, para auto protegerse con mas efectividad y sobre todo con más afecto y cariño.
He podido ver carencias verdaderamente lamentables de insensibilidad e incomprensión, precisamente por falta de afecto y cariñó, que en ocasiones se da, de la gente profesionales relacionados con el tráfico y los accidentes, a veces, no se llega ni a un mínimo, como comentabais en la forma como se llega a dar la noticia de un familiar accidentado. Deberían haber protocolos en la forma de comunicar estas noticias, a ser posible por psicólogos, acompañadas la familia desde ese primer momento de la noticia, con terapias psicologías de apoyo, estando permanente acompañadas en esos primeros trámites y con seguimiento posterior.
Me he dado cuenta lo importante que es para las familias la actitud de la persona causante. Creo también, a veces ocurre, que el propio temor al lógico resentimiento y reprobación de la familia, les haga tener una actitud huidiza y no saber como abordar esa situación, por eso, sugiero que se invite a través de los abogados o mejor psicólogos a que se establezca un mínimo de acertamiento con la familia, no solo para pedir disculpas de boquilla, sino para hacerse participe del dolor y concienciarse de esa perdida. Los accidentes aun en la peor de las negligencias no son voluntarios, y ese aspecto de no querer haber hecho ese daño, de lamentar profundamente ese daño, es el que tiene que predominar en ese acercamiento, a la vez que se asume la responsabilidad de forma que sea verdaderamente un cambio en la actitud de la persona causante, creo que debería haber una orientación psicología por ambas parte y propiciar un encuentro de reconciliación y de cambio.
He podido observa como ese dolor de la perdida se llega a somatizar produciendo graves enfermedades a los familiares, no se si has visto la experiencia de este medico alemán o conoces de esta terapia, te recomiendo que le des un vistazo
http://www.carlesgallego.com/index.php?option=com_content&view=article&id=104&Itemid=212
http://betocammpos.over-blog.com/article-cura-del-cancer-toria-doctor-hammer-videos-53437042.html
Me ha llamado la atención la forma con que se buscan salidas para para asumir el día a día con este demoledor recuerdo, bien ocupando todo el tiempo con el trabajo, en casos dedicándose a alguna actividad, (fundación como es el caso) que perpetúe el recuerdo y la memoria del ser querido, y en tu caso, como se puede apreciar, dedicándote a mejorar las condiciones para ayudar, arropar a quienes en el momento más inesperado podamos tener esta tremenda desgracia. Pero sin embargo hay un testimonio que me ha dolido especialmente: Refugiarse en el No recuerdo, vivir como si ese ser querido nunca hubiese estado entre nosotros. Creo que ellos de alguna manera están con nosotros y desean ser recordados, y de alguna manera desean que estas cosas no vuelvan a ocurrir nunca más y nos acompañan y animan en esta tarea de ayudarnos, aliviarnos el dolor entre nosotros y poner los medios para que esto de verdad no suceda nunca más. La espiritualidad tiene aspecto que nos pueden hacer resucitar esta esperanza.
Como te digo, ha sido una experiencia que sin lugar a duda a completado mi visión sobre este drama que tenemos en nuestras carreteras y que especialmente se ceba con nuestro jóvenes, y aunque ya hacia un tiempo que no le dedicaba a investigar este asunto, ahora con tu invitación me has resucitado un poquito el interés. La verdad que no le quería dar más vueltas a esto, porque me pone de mal humor pensar que esto tiene fácil solución y no se hace prácticamente nada por quienes tienen la responsabilidad y el poder de hacer.
Y precisamente ahora estamos en un momento estupendo para aportar esas importantes soluciones, que sabes defiendo por mi parte, y que antes solo era proyectos viables, pero que ahora son realidades palpables, y como te he estado comentado en anteriores, las soluciones tecnológicas están, van a la raíz del problema, y son medidas absolutamente eficaces por preventivas, y no solo estas que te he relacionado, que de forma sencilla, con solo su aplicación generalizada, debidamente regulada por los estados (no necesita siquiera inversión pública) erradicaría el grueso de los accidente, dejándolos como algo puramente anecdótico y no como esta salvaje tragedia cotidiana que es, sino que aún tenemos un potencial tecnológico enorme a desarrollar y aplicar, que sin duda erradicará totalmente esta lacra . El problema es que esa idea sea asumida por quienes tengan que aplicar estas medidas, no hay ninguna razón, económica, de planificación, de gestión que justifique su no aplicación.
Por eso es muy importante señalar esa responsabilidad. No se trata descubrir responsabilidades nuevas, sino una responsabilidad que nunca se ha asumido debidamente, la de la gestión pública, y por tanto señalarla, exponerla con argumento sólidos, claros, que no dejen lugar a dudas, y actuar. En esta labor de dejar a cero los accidente, es muy importante que cada cual asuma su responsabilidad, y en su defecto todos juntos exigirla a cada cual. Yo, tu, estas familias sensibilizadas hacia esa necesidad, estamos haciendo una labor que en realidad no nos corresponde, y aun así, la sociedad tienen que estar agradecida, por la increíble labor abnegada y desinteresa que hacéis, sin prácticamente medios, porque en cualquier momento esta tragedia puede tocar a nuestras puertas y os tenemos a vosotros, pero esa labor no es nuestra, los medios no los tenemos nosotros, se tienen que exigir a quienes los tienen, a quienes les hemos depositado esos medios en sus manos, y nuestra confianza, y en el ámbito de la responsabilidad pública está todo por hacer.
Las responsabilidades que concurren en un accidente pueden estar más o menos señaladas, aunque lejos de estar debidamente atendidas, como hemos podido ver, en el caso de la justicia, educación, concienciación ciudadana, atención a la víctimas, etc, Hay mucho que hacer todavía en ese aspecto, pero la responsabilidad de nuestros gestores públicos está totalmente ausente, nadie pide responsabilidad a la gestión pública por sus negligencias, errores o desinterés. Y esa responsabilidad debidamente valora, tasada, es mayor de la que podamos imaginar.
No se trata de que la administración tenga un trato deferente por el drama social que supone los accidentes de tráfico, que solo con el dolor que genera ya sería más que motivo suficiente, pero no se pide eso, sino darle el orden de prioridad en la gestión pública como cualquier otro plan de actuación, y con los mismos criterios de actuación: Según el interés nacional u orden de prioridades, la rentabilidad de la acción y los recursos en medios o financieros disponibles. Y no se hace, y esa irresponsabilidad es claramente cuantificable y demostrable en esos parámetros. Por eso se trata de cuantificar esa responsabilidad, señalarla claramente y exponerla, la cosa no es fácil, pero hay que hacerla, es el escollo más importante que nos queda superar para solucionar esta tremenda tragedia, que ahora, gracias a tu invitación he tenido la oportunidad de ver reflejada en vosotros, y compartirla.
Gracias por vuestra acogida y un fuerte abrazo a todos.
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