Desde el Grupo de Trabajo de Economía de
Sol hemos intentado recoger las demandas sociales y, a lo largo de estos meses,
elaboramos primero una serie de propuestas que considerabamos esenciales para
la solución inmediata de la situación en que nos encontramos.
Estas propuestas consensuadas, que hemos
denominado “abiertas” porque esperamos y deseamos que se debatan y modifiquen
todo lo que las asambleas decidan, son un primer paso, pero queremos ir más
allá.
Tras analizar con mayor profundidad la
realidad, y ayudados por las aportaciones de las asambleas de barrios y pueblos
y de los expertos y expertas con que hemos contado en los distintos debates que
hemos propiciado, estamos ampliando y profundizando los análisis, alguno de los
cuales aquí os traemos.
El actual sistema ha demostrado no ser
capaz de solventar los problemas de la humanidad, pese a que el desarrollo de
la ciencia y la técnica permitirían a todos un suficiente bienestar.
Sus recurrentes crisis han sido
solventadas en otras épocas con devastadoras guerras. En esta crisis, también
está el peligro de guerras porque observamos que la extensión y la agudeza de
sus contradicciones hacen pensar que ya no tiene margen de salida.
Así pues, la crisis no es siquiera de un tipo
de políticas, sino del sistema y, por lo tanto, debemos pensar en una ruptura
radical, es decir, profunda y sustancial.
Pero esta construcción de un modelo a largo
plazo no anula que ofrezcamos también a la población alternativas que mejoren
hoy su situación. Las personas que trabajan en
condiciones de precariedad y con sueldos indignos, las desempleadas, las
desahuciadas, las que se encuentran en exclusión social, etc. necesitan
soluciones inmediatas.
De todo ello venimos a hablaros.
En primer lugar, debemos desmontar el
engaño de las políticas de ajuste.
Sí hay algo que ajustar: los desmanes de quienes han provocado la
crisis.
Nadie niega la apabullante justicia de
la frase “que la crisis la pague quien la ha creado”. Sin embargo, todas las
medidas de nuestro gobierno y de quien en realidad gobierna Europa, y el mundo
entero, van en la dirección contraria.
Pero es que, además, el fracaso en los
dos años de esas políticas de ajuste demuestra que llevan a los países a la
recesión. A los poderosos no les importa. Para justificar sus ataques a los
derechos de los trabajadores y las trabajadoras, a las conquistas sociales y su rapiña del
patrimonio de empresas y servicios públicos, necesitan nuestra resignación, que
aceptemos como inevitable la crisis.
Para ello se apoyan en otro gran engaño:
La absoluta falsedad de afirmar que lo grave es el endeudamiento público.
La crisis proviene de un elevadísimo
endeudamiento privado para atender a sus ambiciones en la burbuja inmobiliaria
y financiera. Incluso a día de hoy, en que la crisis ha llevado a atender al
salvamento bancario, al incremento en los costes del seguro de desempleo y a
las rebajas de recaudación fiscal,; Aún hoy, la deuda pública es sólo un 25% de
la deuda privada, y es menor que en la mayoría de los países de nuestro
entorno.
Entonces, ¿por qué los ajustes se
aplican a la población y al sector público y no a quien la creó y tiene el
problema? Es simplemente una cuestión
ideológica, de clase.
Saben que se producirán los
rescates financieros, pero necesitan
tiempo para realizar primero esta brutal amputación al 90% de las personas.
Por ello, y rebelándonos ante la
vergonzosa reacción antidemocrática de los poderes en el caso de Grecia,
exigimos someter a referéndum vinculante las opciones de un eventual rescate
bancario o de cualquier medida o recorte impuesto por organismos (como Fondo
Monetario Internacional, Banco Central Europeo, Comisión Europea…) que afecte a
la soberanía popular.
Porque otro gran engaño es la idea de
que se está rescatando a los países: ¡se está rescatando a los bancos!, que
irresponsablemente se repartieron beneficios y concedieron créditos; primero, para alimentar burbujas, y luego,
para conseguir intereses abusivos después de especular junto con las Agencias
de calificación para elevarlos.
Por ello: Exigimos una moratoria en el
pago de la deuda externa pública del Estado Español hasta realizar una
auditoría integral (contemplando aspectos económicos, sociales y
medioambientales), con la participación de agentes sociales y expertos
independientes, que pueda determinar su legitimidad o ilegitimidad. En caso de
que una deuda se declare ilegítima, se repudiará su pago y se exigirán
responsabilidades civiles o penales tanto a quien la asumió como a quien la
concedió.
Ahora, casi todos nos hablan de recortar
el gasto, nunca de aumentar los ingresos.
Ingresos que ya se habían encargado previamente de reducir, vendiendo
empresas públicas y reduciendo impuestos a quienes más tienen. Nos encontramos,
pues, ante la misma política de los poderosos de siempre, que odian lo público
y defienden lo privado como negocio.
Por eso también demandamos la
modificación del sistema fiscal, de modo que se aumenten los impuestos sobre
las rentas de capital, se aumenten los tramos y tipos máximos de IRPF y se
supriman los mecanismos de evasión de impuestos legales; queremos la supresión
de exenciones de grandes empresas, la eliminación de las SICAV, la implantación
del impuesto de patrimonio a personas y sociedades patrimoniales y la recuperación del impuesto de sucesiones
y donaciones, con un tramo exento.
Exigimos también un Impuesto a las
Transacciones Financieras: son cantidades astronómicas de millones, sobre los
que actuaría este impuesto, que, al menos, reduciría la especulación, recaudaría grandes
cantidades y daría buena información en la lucha contra los paraísos fiscales.
Los recursos alcanzados a través de la
modificación del sistema tributario y la lucha efectiva contra el fraude y los
paraísos fiscales posibilitarán la redistribución de la riqueza y el
mantenimiento sin recortes de unos servicios sociales de calidad, así como una
cobertura al 100% de la población de lo que consideramos servicios esenciales,
como el agua, los alimentos, la educación, la sanidad, las pensiones, y otros.
Porque la realidad es que nuestro país
dedica a gasto social un porcentaje sobre su Producto Interior Bruto muy
inferior a la media de los países de nuestro entorno.
Hay otras dos cuestiones de especial
trascendencia en nuestro país y que están relacionadas: el empleo, y el modelo
de producción orientado, por el sector inmobiliario y de vivienda.
En relación con el empleo:
Entre nuestras exigencias incluimos la
reducción efectiva de la jornada laboral y de la vida laboral hasta cumplir
todas las necesidades de empleo de la población.
Es injustificable que la mitad de la
población esté agobiada por jornadas excesivas que no permiten la vida
personal, mientras la otra mitad esté agobiada por la falta de trabajo. La
única explicación que sirve es la conveniencia de la patronal de disponer de un
ejército de reserva que fuerza a la baja los salarios, los derechos y las
condiciones de trabajo.
Además, es necesario un cambio del
modelo productivo mediante la valorización de actividades que ahora se
desprecian por no ser “económicamente rentables”, aunque lo sean social o
medioambientalmente. Es el caso de los servicios de asistencia a las familias y
a las personas dependientes, el trabajo en conservación del medio ambiente, en
educación, en salud, etc.
Con ambas medidas se podría acabar con
el paro, que es un despilfarro de capacidad y creatividad. También se debería incentivar la creación de
empleo a través de cooperativas.
Hablamos, además, de empleo de calidad,
por el que han venido luchando todas las generaciones anteriores. Por eso
exigimos:
- La derogación de la reforma laboral en
todos aquellos aspectos que supongan un deterioro de las condiciones de
trabajo, eliminando la precariedad en los contratos laborales y las condiciones
de trabajo;
- Una equiparación del salario base a
los países europeos;
- La recuperación de la protección ante
el despido y la prohibición de expedientes de regulación en empresas con
beneficios.
- El fortalecimiento de los procesos de
negociación colectiva;
- El respeto a la igualdad de género y a
los planes de conciliación;
- La equiparación en los derechos y
obligaciones de los trabajadores del régimen general y de autónomos;
- El reconocimiento y valoración del
trabajo doméstico y de cuidados;
- La integración del balance social y
criterios medioambientales en las empresas, etc.
Todo ello en el contexto de la
elaboración de un nuevo marco laboral, fruto de un proceso de participación de
todas las personas y de un consenso social donde prime la protección de los
trabajadores y de la tierra frente a los intereses de las grandes empresas.
Y en relación con la crisis inmobiliaria
y la vivienda:
Sufrimos
la avaricia del sector bancario que, apoyado en leyes favorables, ha
impuesto un modelo de especulación con el suelo y la vivienda, inflando,
incluso ilegalmente, sus precios. Convierten una necesidad esencial en un
negocio. Ya no se trata de tener techo como reconoce la Constitución, sino de
propiedad. No se trata de rehabilitar el patrimonio público, sino de construir
nuevo, aunque sea a costa de destrozar ciudades y costas. Construir, aunque sobre, y luego tengamos
que comérnoslo durante años de crisis como la que tenemos.
Por eso exigimos:
- La creación de un parque de vivienda
público en régimen de alquiler a partir del stock de viviendas vacías, que se
catalogarán y tasarán mediante un organismo tasador público independiente para
su posterior puesta en usos en función de la renta de cada persona.
- La dación en pago para saldar las
hipotecas de las familias en situación de precariedad y la paralización
inmediata de los desahucios.
- La regulación del precio de la
vivienda a través de la imposición de un límite máximo para la concesión de un
crédito hipotecario, nunca superando 20 años ni el 60% del valor de tasación.
Y queremos, por último, detenernos en
uno de los puntos clave que ha puesto en primer plano la actual crisis: LA
BANCA.
En esta crisis, como en otras, quienes
la provocaron pretenden salir con un nuevo bocado al patrimonio público. En
este caso, a las Cajas de Ahorros,
porque en estos mismos días pueden privatizarse en la impunidad del silencio.
La mala situación de muchas Cajas y su
parte de culpa en la crisis es precisamente por abandonar su tradición y entrar
en la filosofía neoliberal dominante, para parecerse a los bancos, (incluso en
la reciente retribución escandalosa de sus directivos). En lugar de corregir el
error, se profundiza en él mediante la privatización.
Con la excusa de la crisis, se está
produciendo el mayor expolio de las últimas décadas, porque las Cajas suponen
cerca del 50% del sistema financiero español, con el que los banqueros sueñan
desde hace muchos años.
La estrategia de privatización es la
misma que en la enseñanza y en la sanidad: primero las degradan para conseguir
que la población acepte su privatización, engañada en una enorme campaña de
manipulación informativa.
Pero las Cajas a lo largo de su historia
han tenido muchas menos crisis que los bancos.
Hay muchas Cajas pequeñas que siguen
funcionando como tales sin ningún problema de solvencia, apegadas a la realidad
social y local, sin la obsesión de crecer.
En el peor momento para vender, el valor
de las Cajas es de saldo y, por tanto, privatizarlas es un expolio. Los
inversores internacionales pretenden pagar mucho menos de su valor real.
Se ve quién manda sobre estos políticos
cobardes: las Cajas necesitaban capital y se malvenden; los bancos necesitan
capital y los gobiernos corren desaforados a dárselo.
Por ejemplo, en Caja Madrid, entre
diversas ayudas y avales, se han puesto más de 30.000 millones, mientras el
capital privado, con poco más de 3.000 millones
se ha quedado con la mitad de la Caja. Un precio un 71% menor que aquél
que la propia Bankia consideraba que era su valor. ¡BANKIA DEBERÍA SER YA
NUESTRA! Aún estamos a tiempo de parar este atropello.
Lo mismo con la Caja de Ahorros del
Mediterráneo y otras. El Banco de España prefiere regalar las Cajas y nuestro
dinero puesto en ellas, antes de que sean nacionalizadas.
¿Hay alternativa?
SÍ, UNA BANCA PÚBLICA. No es ningún tabú.
La banca, por definición, es un negocio
insolvente que depende de la confianza, porque presta a largo plazo muchísimo
más dinero del que tiene para respaldar sus depósitos.
Sin embargo, los Estados son más fiables
que los bancos, entre otras razones porque tienen la soberanía y la capacidad
de aumentar sus ingresos.
Además, si la banca es un problema tan
grande que no puede dejarse caer, es entonces un negocio cautivo y,
considerando que lo más sano de su actividad es un servicio público como
guardar y prestar dinero, se cumplen las características para introducirla
dentro de los servicios públicos esenciales.
Si damos dinero a los bancos para que lo
presten y ellos no lo hacen, sino que tapan sus agujeros con él o se lo
reparten sus directivos con impudicia, ¿por qué no se presta directamente desde
el sector público y se revitaliza la economía de una vez?
Y si necesitan dinero ¿por qué no ponen
a la venta sus pisos a precio de mercado?
Pues porque se apalancan refinanciando a sus propias constructoras y
promotoras, impidiendo la bajada de los precios…. ¡Y luego se dice que no hay
dinero para las PYMES!
Tendrá que ser el sector público el que
impulse la función de dar crédito a la economía productiva. Las Cajas
nacionalizadas podrían canalizar los créditos del Instituto de Crédito Oficial,
por los que hoy también cobra la banca privada.
Cuanto menos, una banca pública puede
ser referente y contrapeso frente al interés privado y especulativo. Y, como
miembros de la sociedad, también tenemos el derecho a manejar nuestro dinero en
una entidad bajo un control social, democrático y transparente.
Como veis, sí hay otro modelo, a corto y a largo plazo,
realista y solvente, que defienden muchos economistas honestos y que los
ciudadanos terminaremos por imponer.
Pero a quien se le exige pedir un referéndum vinculante? Al poder establecido, a la gente que le vota ? A quien?
ResponderEliminarVale, se está rescatando a los bancos, eso todo el mundo lo sabe ,... y qué? ¿Que pasa con eso? ¿A quien le importa?. A la inmensa mayoría que se le está robando el dinero para rescatar los bancos no veo que le importe mucho.
A quien le pedís exijan la moratoria? Ademas el problema de la deuda no se puede salvar por más que se aplicaran todas esas medidas que se proponen, por que se desconoce (al menos aquí no se menciona) el mecanismo con el que nos esclavizan con la deuda “Los recursos alcanzados a través de la modificación del sistema tributario y la lucha efectiva contra el fraude y los paraísos fiscales posibilitarán la redistribución de la riqueza ..”. Eso no solucionaría el problema de la deuda, la pospondría ligeramente, el problema de la deuda no se solucionará hasta que no se sepa cual es el mecanismo con que nos atrapa la deuda... y los planes de la gente que está detrás de la deuda.
“Entre nuestras exigencias incluimos la reducción efectiva de la jornada laboral y de la vida laboral hasta cumplir todas las necesidades de empleo de la población” En eso estoy totalmente de acuerdo, y sería un factor clave para de la noche a la mañana salir de este problema, pero eso no se pide, se hace. Si hay pocas cosas que puede hacer la población sin contar con la dirección de un gobierno que nos traiciona, una es esa.
Decís de tener “una gestión profesionalizada bajo control social”, pero como se hace eso? No lo decís tampoco, es fácil y no lo decís. Nada mas decís como se hacen las cosas que no puede hacer la población, y solo decís las cosas que puede hacer el gobierno, y lo explicáis con suma sensatez y sentido común, no sé si esperando algún fruto de esas exigencias, o pensando que el gobierno esta equivocado y no saben como se hace las cosas bien hechas. O esperando que su electorado sumamente aborregado reaccione. Sinceramente, no sé exactamente con que intención se propone y a quien se propone.
“sí hay otro modelo, a corto y a largo plazo, realista y solventes que los ciudadanos terminaremos por imponer” ¿pero como se impone eso? No lo decís tampoco. Cuando se pide tantas cosa buenas y no se hace ninguna, o no se actúa en la forma y modo para que decididamente se ponga en marchas medidas efectivas, tengo que entender, como ocurren en tantas y tantos organismos nacionales como internacionales humanitarios y benévolos, y de conservación de tantas cosas necesarias y buenas, que es una estrategia más para que continúe todo igual de mal que siempre, y la oligarquía puedan saquear nuestro recursos tranquilamente y condenada la sociedad a esclavitud permanente, una estrategia más para tener ocupada a la gente verdaderamente interesada en el bien social, para tener controla y canalizada su indignación, para no avanzar en lo mas mínimo en los caminos válidos de solución.
Lo siento, pero a la luz de lo dicho, no me queda mas remedio que pensar eso.