Hay días, como hoy, en los que piensas:
"¿por qué no repetimos el informativo del año pasado?". Por ejemplo, el día del Gordo de la
Lotería de Navidad. Siempre es lo mismo: gente pegando saltos tras el
periodista que hace el directo (y que ya ha aprendido a mantener el tipo y no
girarse si nota golpes, collejas o cualquier tipo de empujón); bares repletos
de agraciados que sistemáticamente y sin orden aparente van abriendo botellas
de cava con las que rocían al personal; gente con el número premiado en la mano
y diciendo "¡toma ya, toma ya!". Y, ahí al fondo, dos o tres que no
participan de la fiesta; se les reconoce claramente por una cara que es mezcla
de cabreo y envidia: son los que no compraron el billete agraciado "deja,
deja, que nunca toca, prefiero gastarme los 20 euros en otra cosa" y a los
que ahora les restriegan los millones por la cara.
Es también el día del "tapar
agujeros". Tapar agujeros. TAPAR AGUJEROS. Hace unos años conté cuántas
veces decía esa expresión en un solo informativo. Treinta y nueve. De verdad,
señores premiados, búsquense algo más original para la próxima vez y les aseguro
que les sacarán en todas las teles.
Bueno, pues hoy es otro día de la
marmota. Estoy preparando ya los informativos del próximo fin de semana
(¡suerte que sólo trabajamos dos horitas cada día!, según algunos) y, la
verdad, no sé para qué lo hago. Si siempre es lo mismo. Una vez. Y otra. Un
año. Y el siguiente. Una Semana Santa. Y la próxima.
Véase:
1.- Santos y Vírgenes que salen a la
calle a hombros de porteadores penitentes. Perdón, de costaleros. Empolle el
periodista-no-capillita los siguientes términos y utilícelos con propiedad en
cada una de sus intervenciones: cruz de guía, pareja de nazarenos con faroles,
cortejo de nazarenos con cirios, insignias, banderas de colores marianos, el
simpecado, el libro de reglas, las bocinas, el paso, la presidencia del paso,
los acólitos, el mayordomo, el capataz y el llamador. Y no se le ocurra al
reportero llamar a un Cristo por el nombre que no toca, bajo riesgo de perecer
en la Cruz como él.
2.- La variada repostería semana santera
¡si es que nos gusta un dulce...! Torrijas. Frutas de sartén. Pestiños. Monas
de Pascua. Bollos de Pascua. Hornazos. Los informativos parecen competir para
ver quién hace salivar más al espectador. Mala época para ponerse a régimen,
amigos.
3.- Las playas. Son las primeras grandes
vacaciones del año, así que los informativos tiramos a las playas más que la
cabra tira al monte. Primeros planos del año de cuerpos, aún sin broncear,
luciendo cachas, o grasa, o pelillos. Téngase en cuenta al pobre reportero y al
pobre cámara vestidos de bonito sobre la arena, pasando calor, sin vacaciones,
para que podamos escuchar en casa eso de "el agua está fresquita pero
apetece", "esto es una desconexión total", "vale la pena el
atasco para pasar unos días en la arena". Y qué más da si la arena no se
ve debido a la sobreacumulación humana, que más que una playa parece un
hormiguero.
4.- La lluvia. Porque en Semana Santa
siempre llueve (lo que causa un inconfesable placer a todos los que se han
quedado sin vacaciones). Y con la lluvia, procesiones que se suspenden (y
automáticamente devotos llorando a lágrima viva "todo un año perdido, ya
hasta el año que viene no podrá salir nuestro Cristo") y playas que se
vacían (y automáticamente también vacacioneros que se lamentan "un año más,
un año más la lluvia nos fastidia los días de playa, que al nene le hacía mucha
ilusión, que nos hemos pegado el viaje desde Madrid, no hay derecho").
5.- Y los atascos de tráfico. Y las
ciudades vacías. Y el qué hacer con los niños si los padres no tienen
vacaciones. Y el que hoy es festivo en unas comunidades y en otras no. Y los
quemados por petardos. Ups, no, perdón, que eso es para Fallas o San Juán.
Así que más de lo mismo un año tras
otro. Todo preparado para cubrir las procesiones, y las torrijas, y las playas,
y la lluvia, y los atascos. No hay lugar para otra cosa. Aunque la actualidad
siempre puede sorprendernos. Quién sabe, quizá de aquí al domingo os tenga que
contar algo distinto.
Aunque quizá no. Y todo vaya según el
guión previsto. Si el año que viene sigo por aquí, puede que publique este
mismo post, total ¿quién se va a dar cuenta?.
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