LAS
CUENTAS CLARAS
El Gobierno español se propone realizar
un ajuste presupuestario de 27.300 millones de euros en 2012 para reducir el
déficit público y muchas personas se preguntan continuamente si eso es
estrictamente necesario. Si, como dice el gobierno y la Unión Europa, eso es lo
único que se puede hacer o si, en lugar de seguir ese camino y sufrir sus
consecuencias tan lesivas para el bienestar, hay otras alternativas.
La respuesta es muy clara si se sabe que
en ese mismo Presupuesto se contempla pagar una cifra aún más alta, exactamente
28.848 millones de euros, en concepto de intereses a los financiadores privados
de la deuda.
Si en la Unión Europea hubiese un
auténtico banco central, éste hubiera financiado al 0% al estado español
(aunque no hubiera sido a cambio de nada sino imponiendo cualquier condición
que se hubiera estimado conveniente para evitar esa deuda en el futuro), de
modo que no habría que pagar esos intereses ni, por tanto, realizar el recorte
de gasto.
Fíjense, entonces, la gran mentira que
cuentan a la gente: le dicen que hay que recortar gastos sociales porque
vivimos por encima de nuestra posibilidades, porque no hay recursos… y resulta
que se recortan porque hay que pagar los intereses que cobran los bancos
privados por llevar a cabo una financiación que podría realizar mucho más
livianamente el Banco Central Europeo.
Se preguntarán entonces que por qué no
hace eso el Banco Central Europeo y la respuesta es igualmente fácil. En los
Tratados europeos y en sus estatutos se estableció que le está prohibido que
financie a los gobiernos, con el único propósito de facilitar así el negocio de
los bancos privados. A estos les da todo el dinero que le piden al 1% y con esa
liquidez compran la deuda de los estados al 6%, al 7%, al 10% o a mucho más
como ha ocurrido con Grecia en algún momento. Negocio redondo. Y, además, doble
negocio redondo porque al recortar gastos públicos en educación, sanidad,
pensiones, atención a la dependencia, etc. los servicios se deterioran y se
fomenta su provisión mediante negocios privados. Beneficios para los de arriba,
menos ingresos y peores condiciones de vida para los de abajo.
Así que la próxima vez vuelvan a votar a
quienes defienden eso y a favor de los tratados europeos que lo imponen y no se
les vaya a ocurrir ir a las manifestaciones o sumarse a las protestas y a la
indignación que algunos tenemos por todo eso. Allá ustedes
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