Hay ciertos momentos de la vida, que
para bien o para mal, nos definen. Por eso; para entender el presente, para
conocerte, es imprescindible mirar para atrás, al pasado.
Hace años fui director, da lo mismo de
que. Si no hubiera vivido esa experiencia no sería como soy ahora, sería otra
persona. Dejé ese cargo en tan solo año y medio, las circunstancias lo exigían.
Si no hubiese dejado de ser director, sería menos libre, menos independiente.
Solté ese lastre y cogí más libertad.
Hoy no tengo sentimientos de ira, ni de
nada parecido. Tengo que darles las gracias a quienes me permitieron abandonar
ese puesto, a quienes me invitaron a hacerlo. Ello me posibilitó y ayudó a descubrir
en mí, la capacidad de salir dignamente, con firmeza y entereza de una
situación con muchas presiones de todo tipo.
Ahora tengo menos tensiones, menos
responsabilidades y más tiempo libre para leer y escribir en mi blog y en mi
columna de opinión. Todo lo que cuento ahí es verdad, pero no toda la verdad.
En determinadas ocasiones lo que parece
malo en el momento, en el futuro se ve como bueno, como muy bueno. Estamos
acostumbramos a pensar en una sola dirección y dar por obvio aquello que no lo
es. No somos capaces de ver más allá de lo que nuestros ojos nos enseñan. Si
conseguís hacerlo os conoceréis mejor, comprenderéis por qué sois así, por qué
actuáis así.
Os invito a que intentéis indagar en el
pasado para entender vuestro presente. Os conoceréis mejor.
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