IU ANDALUCÍA SE REBELA, PERO AHORA DE VERDAD
La reciente publicación del “Plan
Económico Financiero de Reequilibrio (2012-2014) de la Junta de Andalucía”, que
es el nombre oficial del recorte del gasto de 2.500 millones de euros anunciado
la semana pasada, ha despertado profunda indignación entre los sindicalistas y
las propias bases de IU, para nada satisfechos con las explicaciones ofrecidas
al respecto por un vicepresidente Valderas que ha olvidado el “¡rebélate!”
electoral y anda obsesionado por nadar y guardar la ropa.
Una delegación de diez sindicalistas y
representantes sevillanos de las bases se han reunido con tres de los
parlamentarios de IU, Marina Segura
(parlamentaria por Sevilla y portavoz de Enseñanza), Manuel Baena
(parlamentario por Córdoba y portavoz de Sanidad) eIgnacio García
(parlamentario por Cádiz y portavoz de Hacienda y Presupuestos) – sin explicación
alguna, no asistió Sánchez Gordillo, también convocado -, para hacerles entrega
de un escrito firmado por 1.700 trabajadores y trabajadoras de la sanidad, la
educación y el funcionariado, pensionistas y ciudadanos, en el que recuerdan a
sus electos que (sic) “el mandato electoral del pueblo andaluz os obliga a
defender los servicios públicos, sin aceptar los recortes que pretende imponer
Rajoy para contentar a Bruselas y a los mercados financieros. Que hagáis una
política socialista, una política de izquierdas que no acepte las imposiciones
de los mercados”. El escrito manifiesta rotundamente su rechazo a los recortes decididos por el gobierno
andaluz y la decepción e indignación de miles de trabajadores que han votado a
un gobierno de izquierdas, precisamente para parar los recortes.
Los presentes denunciaron que no se
hayan debatido estas medidas con representantes de los afectados o que antes de
recortar a los trabajadores no se hayan planteado reducciones de directivos y
cargos intermedios (aportando ejemplos concretos como que este mismo mes de mayo se estén pagando
17.000 euros de productividad a cada uno de los 1.000 jefes de Unidades
Clínicas y se haya reducido, a la vez, el salario de interinos, dejando a un
celador con 800 euros netos al mes). “Cuando se nos decía que se podía hacer
frente a la crisis con otras medidas, ¿dónde están?”, preguntaron a sus
representantes.
Ante la avalancha de protestas y
críticas de estos trabajadores, que se consideran “traicionados por fuego
amigo”, los parlamentarios dijeron
sentirse también tan anonadados, cabreados y frustrados como sus interlocutores
para, tras una somera autocrítica por no haber planteado previamente los
recortes a los sindicatos, justificar la necesidad de los mismos en que
Andalucía depende al 90% del Gobierno Central o en que se habían aceptado para
evitar despidos. Los electos de IU manifestaron que la coalición es una minoría
en el gobierno y que no tiene la fuerza para aplicar su programa para referirse
al mayor recorte presupuestario decidido nunca en esta autonomía.
Los delegados, que no salieron en
absoluto satisfechos de la reunión, “nos manifiestan que el proyecto no puede
retirarse, que los consejeros de IU en el gobierno andaluz ya lo han aprobado,
y que la única vía es introducir cambios durante la tramitación, por medio de
enmiendas, propuesta que no aceptamos”,
se proponen mantener la presión en la calle contra los recortes – hay
convocadas jornadas de lucha y manifestaciones sectoriales esta misma semana-,
y van aún más lejos al considerar que “ para defender los intereses de los
trabajadores hace falta una organización que no se comprometa con otra cosa que
esos intereses, que no se someta a los mercados ni se aferre al poder a costa
de cualquier cosa. Una verdadera fuerza de izquierdas. Hoy por hoy, Izquierda
Unida ha decidido no ser esa fuerza”. La ruptura anunciada empieza a hacerse
patente.
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