ESTO NO ES UN RESCATE. TEODORO LEÓN GROSS


EN ESPAÑA NO HAY RESCATE, COMO NO SE HAN SUBIDO LOS IMPUESTOS O NO SE HA ABARATADO EL DESPIDO
Se esperaba al Gobierno peleando duramente contra el rescate; pero lo que se ha visto es al Gobierno peleando duramente contra la palabra rescate. Cuestión de prioridades. Y una vez oficializado que el rescate no es un rescate, el presidente pudo irse al fútbol.

Orwell ya ilustró en '1984' la importancia para el poder de su 'neolengua'. En particular el 'vocabulario B': palabras para controlar y dirigir el pensamiento de los ciudadanos. Por eso este rescate no es un rescate sino 'un apoyo en condiciones muy favorables'. Un hallazgo típicamente orwelliano.


El presidente incluso ha logrado hablar del rescate sin pronunciar una sola vez la palabra rescate. Eso es un presidente. Sustituyó rescate por «lo de ayer». Hay que tener personalidad para convertir este asunto técnicamente complejo, políticamente delicado, en «lo de ayer». De hecho Rajoy solo pareció apesadumbrado al confesar que se perdería la final de Roland Garros.

En el exterior, sin embargo, se resisten a admitir el éxito de Rajoy, y aún dicen que el rescate sí es un rescate. Históricamente de los mayores, según el primer ministro sueco. 'Tú llámale tomate y yo rescate' ironizaban en 'Time' ridiculizando todo esto. Claro que los medios internacionales se empeñan en ceñirse a la realidad. No acaban de entender que en España no hay rescate, como no se han subido los impuestos o no se ha abaratado el despido. La neolengua es lo que tiene.

Este rescate es una decisión lógica que evita males mayores después de semanas erráticas, con una imagen internacional de caos perdiendo la confianza de los mercados, mientras salían de España noventa y tantos mil millones, y apenas con capacidad para colocar deuda a diez años, que es cuando Europa ha puesto pie en pared. 'Der Spiegel' ya publicó que ahí acababa el margen para el rescate; pero para el Gobierno español no porque eso conllevaba un serio problema: la palabra rescate. En definitiva supone equipararse a Irlanda, institucionalizarse en el club de los PIGS, donde ya están Portugal, Irlanda y Grecia, completando la S. Cuando Rajoy sentenció «no entro en un debate nominativo» significaba «esto es un debate nominativo». Se trata de imponer que el rescate no es un rescate. El efecto es simple: en lugar de una sociedad tomando conciencia y debatiendo sobre la situación, tener a la sociedad debatiendo sobre la palabra.

El Gobierno ha perdido la batalla de la economía, pero su batalla es el lenguaje. Claro que esto es como aquel cuadro surrealista de René Magritte de una pipa con el rótulo 'Esto no es una pipa'. A un rescate no es fácil colocarle el rótulo de 'esto no es un rescate'. A no ser que se trate de un mensaje surrealista, claro.

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