¿NO
HAY OTRAS ALTERNATIVAS?
Rajoy dice por primera vez que no está
cumpliendo lo prometido alegando que “las circunstancias excepcionales le han obligado
a adoptar medidas excepcionales” y achacando de nuevo “la herencia recibida”.
Desde que ganó las elecciones han sido muchas las promesas incumplidas por
Rajoy: subida del IVA, subida de impuestos, abaratamiento del despido,
reducción sueldo funcionarios, recorte del desempleo, negó el copago… (ver José Aguilar, Málaga Hoy). Sólo un
ejemplo, en el “amago” de debate electoral, por llamarlo de alguna manera, que
tuvo lugar en Noviembre entre Rajoy y
Rubalcaba, dijo literalmente “Yo no soy
como usted. Le subió el IVA a la gente y no lo llevaba en su programa. Yo lo
que no llevo en mi programa no lo hago”
Ahora, después de muchas mentiras, recurre a la sinceridad y excusa para ello el
hecho de que “las circunstancias le han obligado a hacer lo que no quería”. Refuerza
su política con las alabanzas llegadas desde Bruselas a estos recortes. Grecia,
Irlanda y Portugal, estados ya intervenidos y supervisados directamente por el Banco
Central Europeo, el Fondo Monetario
Internacional y la Unión Europea, son ejemplos de los padecimientos que suponen
para la ciudadanía los sacrificios
exigidos desde Europa. Pero, ¿es cierto que no podía hacer otra cosa?
Hay alternativas, por supuesto que las
hay, alternativas que dejan a un lado el continuo
ataque al funcionario y a las clases medias y bajas, aunque Rajoy diga que no se podía hacer otra cosa. ¿Cuáles? Más impuestos
para las rentas más altas (la recuperación del impuesto sobre los grandes
patrimonios en España supondría recaudar unos 2.100 millones de euros )y para
las grandes corporaciones (cómo está ocurriendo en Francia o Estados Unidos), volver
al nivel de imposición que tenía el Impuesto sobre Sociedades para las grandes
empresas (que son solo el 0,12% del total, pero facturan más de 150 millones de
euros) antes de que se lo redujeran los gobiernos de Aznar y Zapatero, (supondría recuperar 5.300 millones de euros),
recuperación total del Impuesto de Sucesiones (que grava las herencias y que supondría para las arcas del Estado más de
2.550 millones de euros), acabar con el fraude fiscal (si se eliminara tal
fraude, el Estado recaudaría 44.000 millones de euros), recortar a la Iglesia
Católica (este año recibirá 159 millones de euros a cuenta de la asignación que
le corresponde por el IRPF, a lo que hemos de añadir otra serie de partidas
económicas provenientes de los presupuestos generales), imposición del IBI a la
Iglesia Católica (actualmente esta exenta de este pago) , recortar los gastos
de la Casa Real (más de 8 millones de euros, la rebaja sólo le ha afectado en
un 2 % frente al 16.9 % del recorte medio de los departamentos ministeriales), reforma urgente de la administración eliminando diputaciones y el Senado o fusionando
municipios, establecer una tasa sobre las transacciones financieras
internacionales, acabar con los privilegios fiscales de las SICAVS… Son algunos datos proporcionados por el
Sindicato de Técnicos del Ministerio de hacienda, así como propuestas llevadas
a cabo por los grupos políticos de la oposición, datos todos ellos que
demuestran que si hay alternativas.
Por cierto, ¿alguien me explica a que
venía el aplauso unánime de los diputados del Partido Popular cuando Rajoy
terminó de anunciar los recortes? ¿Qué motivos tenían para aplaudir? ¿Estaban
aplaudiendo por el recorte de la paga extra a los funcionarios? ¿O por el
abaratamiento del subsidio a los parados?
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