UN
HORIZONTE UTÓPICO
La democracia es la forma de
organización política en la que cada individuo establece, junto con los demás,
las normas por las que están dispuestos a regirse. Sólo es posible si los
ciudadanos que se autogobiernan son realmente libres, es decir, si después de
haber vencido todos sus egoísmos particulares, sus voluntades confluyen en una
voluntad general. La suma de todas las voluntades no fundamenta ningún orden
libre, y mucho menos, cuando lo que se impone es una mayoría de voluntades
particulares. Importa no confundir la democracia con la tiranía de la mayoría
sobre las minorías.
La democracia, como expresión de la
voluntad general, no conoce luchas n tensiones; diferencias y discordias
muestran únicamente que a la voluntad general sustituyen voluntades particulares
de gentes que no son realmente libres. La democracia rousseauniana que renace
en el siglo XVIII conserva, como su procedente griego, el sentido etimológico fuerte
de “Autogobierno del pueblo”. La democracia es directa o no es democracia: no
se34 puede delegar en nadie mi libertad y seguir siendo libre. La democracia
rousseauniana, como la griega, no acepta representantes o partidos que sirvan
de intermediarios. Pero a diferencia de lo que practica Atenas, incluye un
sentido moral que le da una dimensión que unos llaman utópica y otros
totalitaria.
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