NO SOBRAN FUNCIONARIOS, SOBRAN ENCHUFADOS


OPTIMIZAR EL EUFEMISMO
Adelgazar la estructura, flexibilizar, aprovechar sinergias, racionalizar el gasto, liberar presupuesto. Todo quiere decir lo mismo: habrá despidos. Pero no esperen que salgan por la puerta los políticos

Puede que no con mucha más formación adicional, pero desde luego nuestros políticos van a salir de esta crisis (ya está aquí la dichosa palabreja, en la primera frase del maldito artículo) con un máster, cum laude, en eufemismología. Ya no se trata de su demostrada capacidad para la incoherencia, para decir una cosa y hacer justamente la contraria -a priori y a posteriori-, sino de la facilidad con la que están empleando bonitos términos que vienen a ocultar y significar lo mismo, algo terrible: despidos. 


Cuando un político o el directivo de una empresa hablan de optimizar recursos, siempre es mejor salir corriendo. Quieren decir despidos. Cuando dicen que hay que adelgazar la estructura, no se trata de mandar a todos al Naturhouse. Quieren decir despidos. Cuando proclaman solemnes que hay que aprovechar las sinergias, igual. Quieren decir despidos. Si afirman, muy serios, que hay que racionalizar el gasto y liberar presupuesto, no están pensando en los coches oficiales, las asignaciones de fondos públicos a sus partidos o en reducir notablemente la cantidad de puestos de designación política. Quieren decir despidos. Incluso cuando emplean la palabra renovar, tan aparentemente atractiva, hay que echarse a temblar. Alguien acabará en la cola del paro. Y si hablan de flexibilizar, en realidad quieren decir recortar.

El colmo son otros términos como "refuerzo" para referirse a los poquísimos puestos de médicos de vacaciones que cubre el SAS en verano o, quizás el mejor, el de "tensiones de tesorería" -oído por servidor al presidente de la Junta, José Antonio Griñán-, cuando en realidad se quiere decir "estamos tiesos como la mojama y sí, somos unos morosos importantes".

Esta semana hemos asistido no solo a la confirmación del anuncio de que se suprimirán las mancomunidades de municipios, esos entes que hasta hace unos días eran tan imprescindibles -sí que lo eran, pero para colocar como cargos de confianza, y consolidar sus puestos, después a afines del partido y familiares-, sino también al de la fusión del Patronato de Turismo, la Sopde y Emprovima de la Diputación de Málaga. Su presidente, Elías Bendodo, respondió a la lógica pregunta de si ese nuevo ente para "optimizar" recursos supondrá el despido de alguno de los cien empleados afectados con lo que pareció un chiste macabro: "Hay que ver todos los estudios operativos que nos dirán si nos hace falta reducir plantilla o contratar más gente. Yo eso no lo sé". Nadie se rió. Aunque horas antes un representante del equipo de gobierno del PP había anunciado en el Patronato de Turismo que habrá siete despidos. En cuanto a las mancomunidades, que viven gracias a contar con el monopolio del agua en sus municipios y adjudicar luego multimillonarios contratos por el servicio en baja que pagan todos los vecinos, no hay un solo partido que no haya abusado de ellas a conciencia. Están llenas de colocados de unos y otros. Y los sueldos tampoco han sido muy austeros que digamos. Que pregunten a José Bernal, el portavoz socialista en Marbella, cuánto cobraba como consejero delegado de Acosol. Más de 100.000 euros al año.

Así que sí, puede resultar apropiado eliminar organismos, sobre todo si vecinos como Italia se ponen a cortar sus barbas con el despido de uno de cada diez funcionarios y la supresión de la mitad de las provincias como entes administrativos. Pero ya que hablamos de optimizar recursos, de adelgazar estructura, de aprovechar sinergias, racionalizar el gasto y liberar presupuesto, no estaría mal que alguna vez, para variar, esto afectara también a los políticos. Y no se trata ya de simbólicas reducciones de sueldo, sino de supresión de tantos y tantos puestos de designación directa y cargos de confianza que directamente sobran. De esos que se reparten en congresos del partido y en las agrupaciones. No sobran funcionarios, sino enchufados y chupóteros. Sin eufemismos.

Publicado en Málaga Hoy

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