LO
QUE ESTÁ PASANDO
Juan Ramón Rallo es un economista
todavía veinteañero al que, quizá porque su juventud le preserva de viejos
vicios del gremio, se le entiende todo. A él se debe, en entrevista publicada
en la página de Intereconomía, la que me parece más clara explicación de lo que
ha pasado y nos pasa: "La situación actual de España es fruto de tres
burbujas que fueron gestándose de manera sucesiva.
La primera fue la burbuja
financiera, creada por el sistema bancario europeo. La burbuja financiera
rebajó artificialmente los tipos de interés en la economía, propiciando un
sobreendeudamiento de familias y empresas para adquirir y construir viviendas,
lo que generó la burbuja inmobiliaria: la economía española fue escorándose
cada vez más hacia el ladrillo, concentrando en ese sector gran parte de su
capacidad productiva. Y, por último, los ingresos fiscales extraordinarios a
que dio lugar la burbuja inmobiliaria engendraron la burbuja del sector
público: los políticos comenzaron a gastar sin freno toda esa milmillonaria
recaudación tributaria extraordinaria y no recurrente, consolidando un nivel de
gastos que años después se mostraría insostenible. Hoy las tres burbujas han
pinchado, pero tanto banqueros, como promotores y políticos tratan de
trasladarles al resto de ciudadanos y empresas eficientes el coste de sus
errores".
Los datos sobre la génesis de la deuda
española avalan esa secuencia. En este momento debemos 3,14 billones de euros,
un insostenible 292% del PIB. En 2004, era de 1,8 billones y ahí empieza la
carrera hacia el precipicio. En muy poco años los particulares, empresas y
familias, aumentaron espectacularmente su endeudamiento, que en 2008 llegó a
2,38 billones, aunque desde entonces ha disminuido algo. Sin embargo, las
administraciones públicas, cuyos débitos alcanzaban 0,43 billones en 2007, han
alcanzado en 2012 los 855.000 millones, casi justamente el doble. Es decir, han
recurrido al endeudamiento masivo para hacer frente a la caída de ingresos que
la crisis ha provocado.
El grave error de Mariano Rajoy, económico
y político, está siendo no afrontar la reconversión del Estado a que estas
cifras obligan y confiarlo todo a la capacidad de sacrificio de las clases
medias. Pero en un país en el que, según un reciente informe no oficial,
pudiera haber más de 445.000 cargos públicos de muy diversa índole, más del
doble que en Alemania, ningún sacrificio servirá para nada sin el desmontaje
del aparato clientelar de los partidos, instalado en las Administraciones. Y es
evidente que don Mariano no está en ello.
PUBLICADO EN MÁLAGA HOY
Para explicar y entender el origen y causa de esta crisis, y explicarnos el comportamiento tan errático, torpe y disparatado de nuestros presidentes, las cosas hay que explicarlas desde un principio tal y como son, y así tener alguna oportunidad de poder avanzar mínimamente en la solución de este problema:
ResponderEliminarTanto Rajoy como Zapatero, está y ha estado en el poder por que los ha elegido la oligarquía, (en ambos casos los mismos intereses) no por que los haya elegido el pueblo, eso es solo un montaje democrático para engañarnos, por tanto no podemos esperar nada de nuestros gobernantes, ni de los que puedan venir elegidos con este sistema democrático, que no sea estar incondicionalmente al servicio de la oligarquía y frontalmente en contra de los intereses del pueblo. Y los intereses y objetivos de la oligarquía es reducirnos en esclavitud. Cualquier medida gestionada desde su centro operativo, osea, desde “nuestro” banco central, es solo y exclusivamente con el objetivo de debilitarnos al máximo y obtener nuestro sometimiento incondicional. Si no se considera así, y no se actúa en consecuencia, el problema es insalvable, gestionar la deuda desde otra perspectiva es inútil.