AGRICULTURA
ECOLÓGICA
Me venía yo planteando como podríamos
prescindir del petróleo en la agricultura tras leer que por cada kilocaloría de
alimento gastábamos diez en producirlo, lo que me parecía absurdo y reflejo de
una sociedad del despilfarro. Me topo en una revista con los tractores
eléctricos que existían ya al final del XIX ¡La panacea! Máquinas eléctricas
para el campo alimentadas por energías renovables.
Pero, la verdad, esta propuesta me
parece mucho más brillante, pues aunque lográramos descubrir el maná de la energía
no contaminante, los residuos que deja el derroche nos exigen buscar un modo de
vida más austero y unas tecnologías que no alteren nuestro ya dañado
ecosistema. Mínima intervención. Eso es la verdadera economía, no la que nos
venden los financieros vendedores de humo, tóxico para más señas.
Aunque los que vivimos en la ciudad no
llegamos a vislumbrar la importancia de temas como el que aquí se plantea, es
de vital importancia devolverle al campo el protagonismo que tiene pues
nuestras vidas dependen de él, y es hora ya de hablar de los problemas que se
están dando con la destructora agricultura actual y su concepción como negocio
de alto rendimiento.
Deberíamos ser un poco más
autosuficientes, estar mejor informado respecto a los alimentos que consumimos
pues cada vez están más adulterados y manipulados poniendo en riesgo nuestra
salud. Luego nos extrañamos de que haya tanto cáncer.
Tanta concentración, tanta
especialización no puede ser buena. La salida de todas las crisis pasa por
facilitar la vuelta al campo-el que quiera- y disminuir la población de estas
insostenibles macrociudades sustentadas por el petróleo. Volvamos a saber todos
un poco de todo. Aprende a hacer tu pan, a cultivar tu tomate. Es cuestión de
supervivencia.
Creo que es interesante este post, sobre
todo para aquellos que estáis preocupados por la agricultura ecológica
El
huerto estacionario. Sin laboreo.
No se concibe hoy la agricultura sin la
presencia del tractor y la maquinaria movida por combustibles derivados del
petróleo. Los antiguos animales de labranza ha sido sustituidos por los cientos
de caballos de potencia que mueven las máquinas. Esto ha permitido concentrar a
la mayor parte de la población en las ciudades quedando solo una población
residual dedicada a la agricultura.
Cuando se habla de la escasez y el fin
de la era del crecimiento económico basado en el petróleo, todo el mundo espera
que los mercados manifiesten su divinidad y saquen de su chistera una nueva
forma de energía infinita que nos permita seguir creciendo. Pero los mercados
no están haciendo eso, sino que están procediendo a la exclusión creciente de
personas y a la destrucción de las democracias para mantener el estatus de un
número cada vez mas reducido de personas. Los mercados nunca hicieron ascos a
la esclavitud ni a las dictaduras. El hambre crece en silencio. Y ese silencio
es el nuestro.
SIN LABOREO
Lo mas atractivo desde el punto de vista
práctico es que si usamos un sistema de labranza cero tenemos mucho menos
trabajo. No es agricultura contemplativa, pero si bastante llevadera desde el
punto de vista del esfuerzo físico. Aunque en un principio podemos usar la
azada para una primera preparación del suelo, después dejamos el trabajo de
abrir los poros en la tierra a las raíces y a todos los organismos que se
alimentan de ellas y de los restos que dejamos en el mismo suelo después de la
cosecha. Es lo que llamamos abono verde.
Una de las causas de la compactación del
suelo es la presión que ejercemos con nuestro acceso reiterado a los cultivos.
Una buena solución puede ser cubrir los accesos con una capa mucho mas gruesa
de residuos. Podemos elegir la parte mas leñosa de los mismos y dejar los mas
finos para la cobertura de la superficie
útil cultivable. El tránsito lo realizamos pisando sobre la banda de residuos
vegetales ayudando así a su triturado y compactación, a la vez que distribuimos
la presión de nuestros pasos sobre una superficie mucho mayor. Disponemos
también de un área donde incorporar abonos aún no degradados cuya incorporación
directa pueda ser peligrosa para las plantas, ya que los materiales leñosos son
de descomposición lenta, de uno a varios años.
De esta forma se mejora la infiltración
del agua, el suelo en vez de degradarse, mejora, y la producción aumenta. Según
la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación la
Agricultura de Conservación se basa en tres principios básicos: perturbación
mínima del suelo, cobertura permanente del mismo con materiales orgánicos y
diversificación de especies cultivadas en secuencia o asociaciones. Son
criterios muy generales, por lo que debemos adaptarlos a cada situación
concreta. Debemos tener en cuenta sin embargo que lo que diferencia a este
modelo del tradicional o comercial es su enfoque sistémico. No se trata tanto de cultivar tomates o
lechugas, como de restaurar o conservar un ecosistema alimentario y de
garantizar nuestra seguridad alimentaria a largo plazo.
INTERPRETACIÓN TERMODINÁMICA
Partir de principios sencillos tiene
especial utilidad cuando nos iniciamos en algo tan complejo como la
agricultura. Esto nos permite disponer de una guía intuitiva sobre los procesos
para adaptarlos a nuestras circunstancias, medios y necesidades. En general
podemos decir que usando técnicas sin laboreo conseguimos descompactar el
suelo, manteniendolo suelto y aireado usando la energía que las plantas captan
del sol, ya sea de forma directa, mediante el empuje de las raíces de los
cultivos o de las plantas que nos sirven de cobertura, o de forma indirecta,
mediante los organismos que obtienen de los vegetales su energía vital y los
nutrientes necesarios para realizar "su trabajo". Si además tomamos
la precaución de reintegrar al suelo aquello que extraemos de él (la cosecha),
ya sea mediante nuestros propios residuos orgánicos (orina curada) o estiércol,
dispondremos entonces de un huerto estacionario, un sistema de producción que
puede alimentarnos de forma indefinida en el tiempo, sin miedo a la pérdida de
fertilidad del suelo o a su degradación.
REFERENCIAS
Nada hay nuevo bajo el sol. Aunque la
experiencia del huerto ha partido de principios termodinámicos, y la observación de la Naturaleza, estos
principios son básicamente los mismos que los de la agricultura de
conservación, que según la FAO crece exponencialmente en todo el planeta. En
Brasil por ejemplo supera lo 10 millones de hectáreas. También podemos bajarnos
desde la web de este organismo dependiente de la ONU un interesante documento
sobre soluciones para la compactación del suelo. La documentación es abundante,
pública y gratuita.
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