BALAS EN LA MADRUGADA DE ALMERÍA 1976. PEDRO MORENO BRENES


BALAS EN LA MADRUGADA DE ALMERÍA 1976

1.Madrugada del 14 de agosto de 1976, unos chicos de la Joven Guardia Roja, (“la joven” , organización juvenil del PTE) salen a realizar pintadas en los muros del Balneario de San Miguel, en el barrio almeriense del Zapillo.; querían pintar "Pan, Trabajo, y Libertad’,pero Francisco Javier Verdejo Lucas(estudiante de Biología de la Universidad de Granada, con solo 19 años) sólo pudo pintar "Pan, T…; un disparo de un Guardia Civil acabó con su vida cuando huían tras ser sorprendido cometiendo un “ grave delito”, simplemente pedir Democracia, y derechos sociales, los mismos que la Constitución consagró dos años más tarde
Lo más seguro es que sin esa bala asesina, hoy F Javier sería un biólogo en su laboratorio o un profesor en un Instituto, con su proyecto de vida bien avanzado a sus 55 años; no pudo ser


La versión oficial es que todo fue un desgraciado accidente, un tropezón, que el agente dio el alto, pero no pararon, el guardia «tropezó y su arma, un Z-62, se le disparó causando la muerte de uno de los que huían»;; al no existir acción judicial de la familia, la versión oficial se impuso cuando a todas luces una investigación judicial seria habría llevado a la conclusión de que estábamos ante un vil asesinato de un chiquillo de 19 años por el simple hecho de pedir Libertad; hay que recordar que Franco estaba muerto y gobernaba Suárez siendo Ministro del Interior Martín Villa

2. Mi hijo mayor tiene un año más que los que tenía este “ héroe de la Democracia” cuando fue asesinado; quiero que él , sus amigos y mis jóvenes alumnos sepan quién fue y porque murió F Javier, que sin su sacrificio y el de otras víctimas de la no tan “ ejemplar” Transición, las Libertades no habrían llegado a España; que conviene que se revise esa versión idílica y simplona de que la Democracia se consiguió gracias al Rey y poco más

Recuerdo las calles de Málaga llenas de pintadas protestando por este execrable crimen y terminando la frase que Javier no pudo culminar en su pintada en Almería; mis escasos 12 años no me impedían sentir un profundo pesar por un chico al que no conocía, pero que a mis ojos se convirtió en un mártir de la libertad; nunca olvidé su nombre, y a los 36 años de esa siniestra madrugada he considerado justo recordarlo

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