LOS
PADRES SEPARADOS NO QUEREMOS SEGUIR SIENDO PARIAS
A lo largo de la mayor parte del curso
académico, he podido disfrutar de las alegrías y responsabilidades propias de
la tenencia de la tutela y custodia de mi hija; tras 6 años de lucha –no sólo-
judicial.
En este contexto, me han llegado
múltiples comentarios, de intencionalidad dispar: “Lo tuyo es excepcional, los
hombres no se preocupan”; “Es mucho lo que has conseguido, para ser un hombre”;
“Te hundirán, antes o después”; “Ya encontrará, tu ex, una jueza que te la
quite”. Alguno de ellos, ciertamente, profético.
Pero el más sorprendente, por no
calificar de enervante, ha sido: “Dejar a una madre sin su hija, ¡es lo
último!” ¿Y dejar a un padre sin sus hijos?, ¿qué pasa?, ¿es aceptable? Sí,
parece ser, ¡incluso aunque ello tenga lugar con intervención policial y
noche/s en los calabozos!, merced acaso a una denuncia falsa que ningún
estamento querrá remover después. Y sin poder despedirte de tus hijos siquiera.
Es lo normal. ¿De qué te extrañas? Aspira, como mucho, a ser visitante
ocasional de tus hijos y a financiar el estilo de vida de tu ex. No seas
Quijote. Qué le vamos a hacer…
Sufrimos una legislación acorde lo
políticamente correcto, que han dibujado una nueva realidad social en la que la
figura del padre –cultural y físicamente- está en demolición. Ser un padre
separado que pretenda atender a sus hijos es heroico e inconcebible. La excusa:
la monserga acríticamente salmodiada de que el “patriarcado” es el responsable
de todos los males del mundo a lo largo de la Historia. Pero, ¿cómo se está
implantando este ulterior modelo de ingeniería social postmoderna?: con
carácter “preventivo”, sin importar los “daños colaterales”. Y nos bombardean
con supuestas políticas de igualdad; de supremacía hembrista, diría yo, con las
que algunos/as se lucran con avidez y descaro (particularmente todos esos
profesionales de la “industria del maltrato”). Y ya no existe el principio de
inocencia para el hombre en determinados procesos penales y, por extensión, en
contiguos ámbitos civiles y de los servicios sociales. La igualdad efectiva
ante la Ley, señores, ha sido asesinada en este país. Toda una revolución
silenciosa… Han dado “la vuelta a la totilla”: discriminación positiva, para
unas; discriminación negativa, para otros. Y, salvo que todo ello alcance a
alguien en particular, con todas sus secuelas, nadie se preocupa por ello. Para
los padres “anulados” no existen ONG´s subvencionadas…
El hombre, el padre: presunto delincuente;
una bestia al acecho. Y muchas están encantadas con semejante revancha
histórica, personal o ideológicamente; aunque no sean conscientes de que
también serán aplastados –antes o después- sus propios/as hijos/as. Fracaso
escolar, trastornos del comportamiento, inadaptación social, violencia contra
progenitores y otras figuras de autoridad, suicidios… ¡sí, suicidios! ¿Nadie
tiene valor para denunciarlo? ¿Y para hacer algo? ¿Dónde se esconden, y de qué,
psiquiatras, trabajadores sociales, docentes, psicólogos, jueces, fiscales,
policías, mediadores, que bien saben de todo ello? El muerto –adolescente- al
hoyo, pastillitas para que los padres en unos años “olviden”, y que nadie
remueva nada; aunque las negligencias en diversas fases de la tragedia fueran criminales.
Total, “ellos” seguirán cobrando todos los meses…
En estos tiempos de “recortes”, cortinas
de humo, y emergencia nacional, los generalmente acomplejados políticos del
Partido Popular, ¿empezarán a hacer algo para remediar esas circunstancias que
también están destrozando a nuestro país? Mucho temo que el de los padres
“anulados” por el poder, sea otro de los sectores sociales traicionados por
este partido. Abandonad toda esperanza. Y el que pueda, que se marche de este
acobardado/cobarde país.
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