EL
MODELO ALEMÁN
El empleo precario con salarios bajos es
ya una tendencia irreversible en la economía alemana. Las reformas laborales de
la última década han mantenido la gran competividad de su sector exportador y
hecho posible que las empresas estén disfrutando ahora de beneficios récord. El
paro supera por poco el 7% y la población activa alcanzó su nivel más alto en
2011.
El precio de esta evolución es que el
20% de los trabajadores en empresas de diez o más trabajadores cuenta con un
salario bajo, según datos oficiales, es decir con una remuneración inferior al
66% del ingreso laboral medio.
Desde las reformas aprobadas en 2003, el
número de trabajadores con contrato temporal casi se ha triplicado. Han pasado
de 300.000 a más de 900.000. Muchas veces realizan el mismo trabajo que los
fijos, pero con la mitad de sueldo y con poca o ninguna estabilidad laboral.
La dualidad se acentúa con el progresivo
descenso de las personas con contrato a jornada completa. Su número se redujo
un 19% entre 1991 y 2011 (de 29,4 a 23 millones). En paralelo, los contratados
a tiempo parcial subieron un 117% (de 5,8 a 12,6 millones).
El empleo precario es la norma en muchos
sectores: peluquerías (85%), servicios de limpieza (81%), hostelería (77%) y
tiendas de alimentación (68%).
La moderación salarial es la norma, de
ahí que Alemania aún cuente con costes laborales muy inferiores a la Europa
mediteránea. Eso no afecta a los altos directivos. El consejero delegado de
Audi, Rupert Stadler, ganó en 2011 7,6 millones de euros.
PUBLICADO EN DIARIO ES
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