YO SÍ VOY A LA HUELGA
Yo, Jesús Félix Serrano Gómez, profesor de
secundaria en Andalucía, secundo la huelga del 14 de noviembre. Y lo hago como
ciudadano, no exclusivamente como docente. Y lo hago por convicción. Porque
sigo creyendo en la unión para conseguir objetivos. Porque me enfrento, con el
argumento de que el porcentaje de seguimiento es decisivo, a la idea frecuente
de que las huelgas no sirven para nada. Los que tachan de irresponsables a
quien convoca una huelga, un derecho constitucional, se escudan después en la baja
participación. Si la amplia mayoría de trabajadores hace un paro, sí hay
efecto. No hay duda. Un alto porcentaje de seguimiento en una huelga general es
un mensaje claro y contundente. Ese
mensaje se hace cada día más necesario. Sobre todo desde el funcionariado. Los
que podemos. ¿Alguien piensa que el currante que cobra 600 euros y su contrato
pende de un hilo tiene libertad para parar un día? Es de inocentes pensar así.
Los funcionarios sí podemos. Tenemos esa responsabilidad.
Y la secundo porque hay motivos, porque no quiero
pensar que este es el camino. Porque me repugna una reforma laboral que abarata
y facilita el despido y permite a las empresas obviar los convenios colectivos.
Porque la reforma constitucional de 2011 nos dejó desnudos ante la ambición de
los mercados. Porque me asquea que, con una intención evidente, se hayan
alargado los plazos de trámite para hacer efectivas las peticiones de
acogimiento a la Ley de Dependencia. Porque el aumento de las tasas en las
matrículas de la universidad puede acortar las ilusiones de muchos. Porque
expulsar de la atención primaria a los inmigrantes me parece denigrante,
peligroso y absurdo. Porque un gobierno que propone prohibir la difusión de las
imágenes de actuaciones policiales solo puede esconder una intención. Porque
considero injusto el castigo a la enfermedad que supone el rebajar el sueldo a
los funcionarios con incapacidad temporal. Porque la reforma educativa prevé
colocar directores a dedo y otorgarles mayor poder, incluso el de elegir plantilla,
obviando las listas por méritos. Porque me irrita la idea de que los
defraudadores tienen la oportunidad de blanquear sus cuentas por un porcentaje
de contribución menor que el de todos y encima exijan mejores condiciones.
Porque no soporto que se aplaudan en el Congreso medidas que endurecen la vida
de mucha gente. Porque me pesan el cinismo, la manipulación, la mentira, los
eufemismos, los miedos intencionados y los engaños. Hay motivos.
Hola tu eres maestro en arcos de la frontera?
ResponderEliminar