LA DIGNIDAD DE LOS QUE LUCHAN
La dignidad que rebosa estos días el local del
comité de empresa de Telefónica en Barcelona no cabe entre sus cuatro paredes.
La dignidad de los que luchan, de los que no se resignan, de los que creen en
el nosotros. Una dignidad, que despierta solidaridades múltiples, hecha de
compromiso, camaradería y apoyo mutuo. Una dignidad que no nos explican ni en
los libros de texto ni en los programas de televisión porque nos quieren ignorantes
y huérfanos de afecto.
Dignidad que nos enseñan estos días Marcos,
Laurentino, Josep, Carles, Alberto y Garea en huelga de hambre contra las
prácticas de una de las principales multinacionales españolas: Telefónica. Y
que nos enseñan todos aquellos que están a su lado. Porque su lucha es también
la nuestra.
Nueve días en huelga de hambre, y los que seguirán,
para exigir la readmisión del compañero Marcos, uno de los huelguistas,
despedido tras un período de baja médica justificada y a pesar de haber ganado
dos juicios que consideraban dicho despido nulo e improcedente. Una huelga de
hambre para que Telefónica escuche a sus trabajadores y respete sus derechos.
¿Por qué luchar? Se lucha por dignidad, libertad y
justicia. Se lucha por el de al lado sin esperar nada a cambio. Luchar por los
otros es luchar por nosotros mismos. Y, ¿qué pueden conseguir seis trabajadores
frente a un gigante como Telefónica? Apoyo, solidaridad, eco social,
movilización. Y así lo están demostrando, rompiendo parcialmente el cerco
mediático de la empresa, ocupando las redes sociales con hashtags como
#MovistarNosFunde, trending topic este sábado, y llenando actos de apoyo con
centenares de personas. “Compartida la vida es más” rezaba un anuncio de
Movistar… Nunca mejor dicho.
Ellos nos demuestran que “otro sindicalismo es
posible”. Un sindicalismo que sale a la calle, leal con los trabajadores, que
no claudica, ni busca concertaciones por arriba. Un sindicalismo que acampó en
pl. Catalunya con los indignados, que ya antes hace años se sumó al movimiento
antiglobalización y que siempre ha buscado alianzas más allá de la empresa. Ese
sindicalismo que tanto necesitamos. Y que ellos nos enseñan que existe. El día
14N, en la Huelga General, estaremos al lado de los huelguistas de Telefónica.
Con más sindicalistas como ellos no tendríamos una huelga general de 24 horas
sino muchas más.
La imagen pública es lo que más valoran las firmas
multinacionales. Les preocupa tener una fachada impecable para que no se vea lo
sucio que está su interior. Telefónica poseerá miles de millones, podrá comprar
a quién quiera y lo que quiera. Pero ni todos los anuncios del mundo podrán
esconder la realidad. Una empresa que en el 2010 acumuló ganancias récord de
más de diez mil millones de euros, la compañía española con mayores beneficios
anuales de la historia, y que un año después anunció que tenía que despedir al
20% de su plantilla en los siguientes tres años debido a la crisis. La historia
de Telefónica nos muestra a la perfección la gran estafa de la crisis y el robo
al que estamos sometidos.
Marcos, Laurentino, Josep, Carles, Alberto y Garea y
todo el equipo de apoyo a la huelga de hambre en Telefónica nos dan estos días
una lección de dignidad. Una dignidad que no se puede comprar, porque no tiene
precio. La dignidad de quienes saben que sólo luchando podremos ganar el
futuro.
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