SE DESAHUCIA PORVENIR. NOELIA ARAUJO SÁNCHEZ


SE DESAHUCIA PORVENIR
Mariano es todo un gentleman. Llega con las medicinas de su mujer y una barra de pan, impoluto y elegante con su pelo blanco y su bigote a juego. “¿Hay que repetir mi entrada?” pregunta. “No hay problema, faltaría más”. Antes de que suba las escaleras, su mujer Concepción nos abre la puerta de su casa de par en par, (acompaño como  productora a un equipo de televisión sueca). Redondita y simpática, nos abraza efusivamente, se prenda del cámara, le lanza piropos a la redactora, “qué bonito pelo tienes, hija”, y nos ofrece sentarnos en un salón atiborrado de fotos familiares, muñecos y manualidades varias. Me sorprende la facilidad con la que la familia Araujo abre su hogar a los desconocidos. El sol entra por la terraza de la casa. Después de 45 años viviendo allí puede que en unos meses tengan que abandonarla para siempre. Y no tendrán dónde ir.


El contacto de Mariano me lo ha facilitado la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid, una organización de conspiradores de los buenos, que lleva pataleando y haciendo ruido junto con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, mucho tiempo antes de que los representantes de los dos grupos políticos mayoritarios, presionados por la indignación de la sociedad española, hayan decidido “unirse” para lanzar el decreto ley que miles de familias esperaban con ansia y que finalmente ha decepcionado a todos. Hay mucha gente que comienza a despertar y movilizarse contra las despiadadas garras de entidades bancarias que están siendo rescatadas con dinero de todos los contribuyentes. Existe un pequeño y tortuoso camino hacia la luz, en parte gracias a gente luchadora como Feli, de la PAH, que acampa junto a otras personas al raso en la plaza de Celenque en la sede de Bankia. Ella se encarga de contar a  los medios de comunicación las historias de gente afectada, como el de una madre soltera con 3 hijos que fue desahuciada y que ahora vive en una casa de un pueblo de Toledo subvencionada por un equipo de televisión noruega al que se le congeló la sangre cuando conoció su historia.

Volviendo al caso de Mariano, como él explica amablemente y sin pestañear ni hacer más melodrama del que ya es, avalaron a uno de sus cinco hijos para la compra de una vivienda. “¿Si me lo pide un hijo, cómo no iba a hacerlo?” dice sencillamente. No fueron informados de la amenaza mortal que acababan de firmar: en caso de que su hijo no pudiera pagar deberían hacer frente a una rehipoteca de su hogar de 300.000 euros más intereses. Su hijo perdió el trabajo, perdió la casa y ahora la Unión de Créditos Inmobiliarios le reclama a Mariano, (que cobra una pensión que no llega a 800 euros al mes), su piso en prenda. Él hace malabares con ese dinero para mantener a su mujer y a su hija Noelia y sigue esperando un abogado de oficio para continuar el proceso de reposición por insostenibilidad de continuación del proceso de ejecución hipotecaria, debido a la ausencia de una figura procesal que ampare su demanda. Noelia tiene 25 años y está en paro desde hace más de un año, era cajera de un supermercado, fue diagnosticada de un cáncer y al reincorporarse de la baja fue echada sin contemplaciones. Rompe a llorar cuando habla con la redactora de la SVT: “Esta casa es de mis padres, mi madre vino aquí cuando se casó, y ahora vamos a acabar en la calle. No lo voy a permitir”. Concepción la besa ruidosamente ante su estallido de lágrimas: “Venga, venga, arriba, vamos, hija”. Mariano nos mira tranquilo, pero responde sin rodeos cuando le preguntan su opinión sobre los suicidios de gente desahuciada: “Lo entiendo perfectamente, yo igual lo haría también”.

Mucha gente quiere ayudarles, como la periodista Rosa Montero, quien ha abierto un grupo de Teaming para donaciones de un euro. Ella explica sus razones en este post. Noelia me facilita el número de cuenta de la familia, que también puede encontrarse en este post, a petición mía y del cámara y la periodista de la SVT.

Antes de marcharnos Concepción me llama desde la cocina, me explica que está preparando la comida, posa coqueta tras mostrarme todos los armarios, me cuenta el secreto de su carne picada y luego nos regala a las dos chicas dos neceseres que ha hecho con sus propias manos. Noelia le muestra al cámara las vistas desde la terraza y Mariano finalmente me enseña las cajas de madera que está haciendo para la colección de dedales de Concepción. “Que todo se paralice y nos dejen vivir, y un porvenir, especialmente para mi hija”. Ese es el último deseo de este matrimonio, que nos despide en la puerta sonriente y después de varios besos y abrazos emocionados. Que les dejen vivir y un porvenir.

PUBLICADO EN LOS CONSPIRADORES WORD PRESS

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