VENCEDORES
Y VENCIDOS
Una semana de bombardeos. 177 palestinos muertos.
Seis israelíes muertos. Las operaciones militares han concluido mucho antes de
lo que se esperaba en Israel hasta el punto de que varios medios y análisis indican
allí que es imposible que el Gobierno de Netanyahu haya conseguido todos sus
objetivos. ¿Quiénes son los vencedores y perdedores del último capítulo de este
conflicto sin fin?
1. Israel: un final prematuro
En la noche del miércoles, justo después de que
entrara en vigor el alto el fuego, pequeños grupos de manifestantes se
congregaron en localidades del sur de Israel para protestar contra el fin de
hostilidades. Una mujer en Ashkelon dijo al periodista Gregg Carlstrom, de Al
Jazeera: "La operación debería haber continuado hasta que Gaza terminara
borrada".
No era la única persona que había quedado perpleja
por las noticias. Un sondeo telefónico del Canal 2 israelí reveló que el 70% de
la gente rechazaba el alto el fuego, frente al 24% que sí lo apoyaba.
Algunos titulares habituales en los medios israelíes
no han tardado en aparecer. "Hasta la próxima vez", escribe con poco
optimismo David Horovitz en The Times of Israel. Lo cierto es que lo mismo se
dijo en 2006 tras la última guerra con Hizbolá, y desde entonces esa frontera
ha estado relativamente tranquila.
El desequilibrio de fuerzas fue tan evidente como en
2009. La aviación israelí destruyó todos los objetivos evidentes, incluidas las
sedes principales del Gobierno de Gaza. Centenares de lanzadoras de cohetes y
talleres para su construcción se convirtieron en escombros. Pero los edificios
serán reconstruidos y los dirigentes eliminados, sustituidos.
El discurso oficial incidió en la idea lanzada por
el ministro de Defensa, Ehud Barak. Los objetivos de la misión habían sido
"cumplidos por completo". Pero por mucho que hablen de que la
"capacidad terrorista" de Hamás se ha visto seriamente dañada, no
pueden obviar el hecho de que el movimiento islamista sigue controlando el
destino político de Gaza. Cada ataque israelí refuerza su popularidad y
contribuye a ocultar sus errores de gobierno. Si golpeas como quieres a tu
enemigo y este no ve mermada su fortaleza, es probable que tu estrategia a
largo plazo sea como mínimo muy cuestionable.
Sin embargo, en los próximos meses es probable que
la frontera de Israel y Gaza recupere la tranquilidad, lo que será útil para
los intereses del primer ministro Netanyahu en las elecciones de enero.
2. Hamás resiste
Como cualquier movimiento insurgente, Hamás gana
cuando no pierde. Los bombardeos destruyen parte de la infraestructura civil y
dejan patente la inmensa superioridad militar de Israel, pero el control de
Gaza por el movimiento islamista no se ha resentido. Las relaciones con el
Gobierno egipcio –ahora en manos de los Hermanos Musulmanes– se han reforzado.
El primer ministro egipcio visitó Gaza como gesto de solidaridad en las
primeras horas del conflicto. Son cosas que no hubieran ocurrido en la época de
Mubarak.
Una sola semana de ataques no iba a poner en peligro
el predominio de Hamás en Gaza, y de hecho puede reforzarlo. Una cosa es que
sea muy difícil levantar el bloqueo de Gaza, y otra que no se pueda reducir su
impacto a través de otras vías. No hay que olvidar que Hamás cobra una tasa por
cada túnel que se construye entre Gaza y Egipto, y por los productos que
utilizan esa vía para entrar en el país.
3. Mahmud Abás, siempre tan solo
Una vez más, la irrelevancia de Mahmud Abás,
presidente de la Autoridad Palestina, queda en evidencia. Abás no se atrevió a
viajar a Gaza vía Egipto para mostrar su solidaridad. Tiene la sospecha de que
Israel inició la operación para hacer más difícil la solicitud de Palestina de
ingreso en Naciones Unidas como miembro de pleno derecho. Fatah permanece en el
peor de los mundos posibles. Apuesta por las negociaciones diplomáticas con
Israel, pero no obtiene réditos políticos ni compensaciones claras.
En la mañana del jueves, el Ejército israelí ha
lanzado una redada en Cisjordania en la que ha detenido a 55 personas
sospechosas de estar implicadas en la violencia. El problema de Abás es que
Netanyahu y Barak siempre pueden liberar sus frustraciones en Cisjordania y él
no puede hacer nada al respecto.
4. Obama, un amigo con cuentas pendientes
Las acusaciones de los republicanos contra Barack
Obama en la campaña norteamericana por su supuesta frialdad en la defensa de
Israel son ya historia. Una de las historias de éxito para Israel de esta breve
guerra es el comportamiento del sistema de defensa antiaérea Iron Dome, que ha
podido interceptar un alto número de cohetes que se dirigían hacia núcleos de
población. La contribución de fondos por parte del Gobierno de Obama, como
también en la época de George Bush, fue decisiva en el rápido despliegue del
sistema.
Obama tenía una prioridad: impedir una ofensiva por
tierra del Ejército israelí que hubiera elevado el conflicto, al igual que
ocurrió en 2009, a una dimensión mucho mayor y más difícil de controlar. En ese
sentido, el presidente de EEUU puede darse por muy satisfecho.
Existe la sospecha de que la rápida finalización del
conflicto ha tenido que ver con las presiones de Washington. En público, el
apoyo a Israel ha sido claro y rotundo, como es lo habitual en la política
norteamericana. A fin de cuentas, los sondeos en EEUU revelan una simpatía
mucho mayor hacia los israelíes que hacia los palestinos. Pero después de una
campaña en la que parecía evidente que Netanyahu no ocultaba que prefería la
victoria del republicano Romney, no se descarta que Obama comience a pasar
facturas a Jerusalén.
5. Un respeto para Morsi
Cuando fue elegido, nadie esperaba que el presidente
egipcio se convirtiera en un protagonista decisivo de la política
internacional. No tenía ni carisma ni experiencia diplomática. Pero este
antiguo ingeniero de la NASA se ha colocado en el mejor de los mundos posibles.
No oculta su cercanía ideológica con los islamistas que gobiernan en Gaza y al
mismo tiempo mantiene la capacidad de negociar con Israel a través de sus
militares y servicios de inteligencia. Egipto continúa siendo importante para
EEUU, como lo demuestran las frecuentes llamadas de Obama a Morsi a causa de
este conflicto y el viaje de Hillary Clinton a El Cairo.
Por mucho que Israel denuncie la conexión iraní de Hamás,
la realidad empieza a apuntar en otra dirección que, en opinión de Washington,
no carece de ventajas. La sede en el exilio de Hamás ya no está en Damasco,
sino en Qatar. Y a largo plazo El Cairo puede ser para Hamás un hermano mayor
mucho más interesante que Teherán. A largo plazo, eso puede ser un avance muy
interesante para Israel, pero en ese país pocas veces se contempla cualquier
relación con Hamás que no pase por la confrontación violenta.
El coste en vidas
Palestinos muertos en los ataques israelíes: 177.
Israel alega que 120 de ellos estaban "implicados en actividades
terroristas".
Civiles palestinos muertos: 90 (incluidos 26 niños),
según OCHA (oficina de asuntos humanitarios de la ONU).
Palestinos heridos: unos 900.
Israelíes muertos por los ataques con cohetes: 6
(dos soldados y cuatro civiles).
Israelíes heridos (incluidos los tratados por
estrés): 240.
Número de salidas de la Fuerza Aérea israelí sobre
Gaza: 1.500
Número de cohetes disparados sobre Israel: 1.506
(según el Ejército). 875 (un 58%) cayeron en zonas no habitadas. 58 estallaron
en zonas urbanas. 152 fueron lanzamientos fallidos. El sistema de defensa Iron
Dome interceptó 421 cohetes. Su coste ha sido de entre 25 y 30 millones de
dólares.
This makes me sick... Children die for what? All because of stupid adults and their lack of respect another living being. These are children, they did nothing wrong, they never asked to be brought into this world. May their souls all rest in peace and hopefully be in a better place than this sick and cruel world we call home.
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