POR
OTRA POLÍTICA EDUCATIVA
Un grupo de profesionales de la educación, la
mayoría profesores y profesoras de universidad, reunidos en Sevilla los días 26
y 27 de octubre de 2012, preocupados por la situación del sistema educativo y
alarmados por la evolución de la política educativa, con objeto de animar el
debate y de generar un compromiso con la mejora declaramos:
1.EDUCACIÓN. En contra del sesgo economicista del
anteproyecto de LOMCE, el objetivo de la educación comprende el desarrollo
humano y la cohesión social. Mujeres y hombres deben poder formarse como
personas completas, ciudadanos responsables y trabajadores cualificados. La
sociedad precisa de la escuela para asegurar niveles adecuados de bienestar,
libertad, justicia y equidad.
2.DEBATE. Necesitamos un auténtico debate nacional
que permita la reconstrucción, en su caso la refundación, del sistema educativo
sobre la base de un amplio acuerdo social y no, tras la negativa a un pacto de
Estado, una ley revanchista e ideológica, sin diálogo con la oposición ni con
el mundo de la educación, apenas maquillada con un nada fiable foro virtual.
3.ESCUELA PÚBLICA. La escuela es la columna
vertebral de la ciudadanía. Nuestra peculiar historia nos ha legado un sistema
dual, y el gobierno emite alarmantes señales de desdén por la escuela pública y
apoyo a la enseñanza privada y confesional. El deber de las administraciones es
articular un sistema público de educación igualitario y efectivo con una
gestión eficaz y eficiente del subsistema estatal y unas reglas claras y
cohesivas para el privado.
4.CALIDAD. No existe un consenso sobre la noción de
calidad educativa. Se está imponiendo una visión restringida a las
calificaciones obtenidas en exámenes y pruebas, internas y externas, de papel y
lápiz, basadas en una concepción factual y declarativa del conocimiento que
empobrece el sentido del aprendizaje y la educación. Los resultados escolares
entendidos así no son un indicador sostenible de la calidad educativa.
5.FRACASO. El fracaso no es anónimo; tiene nombre,
historia y cultura. No se produce súbitamente. Es el resultado de un proceso
que se puede identificar y prever. Tiene que ver con el tipo de contenido,
descontextualizado y sin sentido, que se enseña y evalúa y con un proceso de
enseñanza y aprendizaje que no facilita ni promueve que el alumnado establezca
conexiones y elabore sus propios significados y conocimientos.
6.SOLIDARIDAD. La respuesta al elevado fracaso
escolar, y el subsiguiente abandono, no debe ser naturalizarlo sino, por el
contrario, concentrar medios diferenciales y adicionales sobre grupos e
individuos en riesgo, es decir, perseguir los objetivos comunes con medios
cuantitativamente superiores y cualitativamente más adecuados. Por contra, la
ley acepta ese fracaso como inevitable y el gobierno elimina los programas de
educación compensatoria y atención a la diversidad, abandonando a su suerte a
los alumnos más vulnerables.
7.REPETICIÓN. Lejos de abordar el problema de la
repetición de curso, que España encabeza en Europa de forma exagerada, se ha
mostrado indiscutiblemente ineficaz, resulta económicamente costosa e
ineficiente y constituye una de las principales causas endógenas del fracaso
escolar, el gobierno parece querer ampliarla, sistematizarla y convertirla en
el determinante de la segregación temprana.
8.ITINERARIOS. Se adelanta la edad en la que se
crean itinerarios de hecho irreversibles. Se pretende segregar al alumnado
desde 3º de ESO, a los catorce años, reduciendo en dos el tronco común, y
convertir la primera orientación hacia la formación profesional en una vía
muerta, repitiendo así el error de la LOGSE, y se añaden mecanismos que
amenazan con adelantar la segregación al segundo curso. La mayoría de países
cuya comprensividad llega a los dieciséis obtienen mejores resultados que los
que segregan a edades más tempranas. La segregación del alumnado con peores
resultados se traduce en una enseñanza de calidad inferior por efecto de una
profecía autocumplida.
9.EVALUACIÓN. En la educación obligatoria la
evaluación debe tener un claro propósito formativo, de conocimiento y apoyo a
los procesos de aprendizaje y desarrollo personal. Una evaluación excluyente,
sancionadora y de control –como plantea el anteproyecto-, basada en pruebas
frecuentes y estandarizadas, es contraria a su sentido educativo y a la
diversidad humana, generando abandono y exclusión. La evaluación del sistema
requiere una revisión a fondo para garantizar que la sociedad y la comunidad
escolar dispongan de información relevante, a través de procesos transparentes
y democráticos.
10.RECURSOS. Sin entrar en sus causas, sabemos que
los efectos individuales y colectivos de la crisis se concentran en las
personas y países con menor nivel de formación. Sabemos que la economía que
resurja de ella y los nuevos empleos no serán los mismos, sino que requerirán
una fuerza de trabajo más cualificada. Por ello es esencial, precisamente en
tiempos de crisis, un esfuerzo cuantitativo y cualitativo en educación.
11.AJUSTES. Conscientes de que es más necesario que
nunca mejorar la eficacia y la eficiencia en el empleo de los recursos,
entendemos que hay margen para mejorar el trabajo de los educadores. Hoy es más
importante el esfuerzo de todos, incluida la colaboración entre las
administraciones y el profesorado, con más y mejor aportación presupuestaria y
profesional, así como una reorganización flexible de los centros. Pero no se
puede confundir una política de racionalización y modernización con una de
recortes indiscriminados.
12.SERVICIOS. Los gobiernos central y autonómicos
están recortando partidas que consideran no esenciales: comedores, rutas,
libros de texto, actividades extraescolares o la jornada escolar misma. Sin
embargo, en medio de esta crisis y sabiendo cómo afectan al desempeño escolar
las condiciones de vida, la opción debe ser la opuesta: asegurar la gratuidad
de transporte, comedor y material escolar, así como evitar la intensificación
de la jornada escolar y propiciar un horario de apertura más amplio.
13.CIUDADANÍA. La ciudadanía requiere acceder a conocimientos
y desarrollar actitudes acordes con el carácter liberal, democrático y social
de nuestro Estado de derecho. Es decir, que propicien el respeto a la ley y las
normas de convivencia, la aceptación de otras opciones y formas de vida
admitidas por la Constitución y las leyes, un compromiso participativo con la
democracia, y la cohesión y la solidaridad sociales. Esto exige un consenso
sobre ideas y valores compartidos y tolerancia activa hacia otros no
compartidos.
14.SEGREGACIÓN. La LOMCE avala la segregación por
sexos en centros concertados, hoy fundamentalmente centros promovidos por
organizaciones ultraconservadoras. La escolarización conjunta proporciona una
socialización positiva e irrenunciable en una sociedad todavía marcada por la
desigualdad de género.
15.CCAA. Leyes y políticas deben respetar el ámbito
competencial de las comunidades autónomas, en vez de utilizarse como
instrumentos de centralización, uniformización y control burocrático. Esto no
es óbice para reclamar transparencia, movilidad, coordinación y coherencia en
todo el ámbito del estado.
16.AUTONOMÍA. Es necesario responder a las
necesidades de la comunidad con autonomía curricular, organizativa y de
recursos. La autonomía no debe dirigirse a la rivalidad entre centros, sino al
aprovechamiento diferencial de los recursos. Requiere un proceso de
responsabilización social, lo opuesto a la merma de la participación que
supondría la conversión de los consejos escolares en meros órganos consultivos.
17.TRANSPARENCIA. El sistema resulta en muchos
aspectos opaco para los profesionales, la comunidad escolar y la sociedad. Se
precisa potenciar al máximo la transparencia, permitiendo el acceso a la
información sin otra restricción que el respeto a la propia imagen y la
intimidad. Hay que desarrollar indicadores fiables del desempeño docente, el
funcionamiento de los centros, la implementación de proyectos, los resultados
de programas y políticas y el estado general del sistema, pero sin distorsionar
con ellos los procesos de enseñanza y aprendizaje.
18.PARTICIPACIÓN. La participación es un derecho de
las personas y un principio constitucional. Debe reforzarse como forma de
pertenencia, motivación, concienciación, formación y corresponsabilidad social.
Resulta imprescindible potenciar la libertad de pensamiento y de expresión del
alumnado, así como su autoorganización y participación en la vida del centro.
La participación exige poder de decisión. lo opuesto al control autoritario.
Nos preocupan signos evidentes de empobrecerla y recortarla presentes en el
texto de la LOMCE.
19.DIRECCIÓN. Se ha de acentuar el carácter
pedagógico de la dirección (coordinación, innovación…) frente a la visión
gerencial del anteproyecto. La dirección ha de garantizar el ejercicio de
deberes y derechos de la comunidad y la elaboración, desarrollo y evaluación
del proyecto educativo de centro, y no debe ser un mero representante de la
Administración o del claustro docente. Un liderazgo compartido es más coherente
con el carácter de la escuela.
20.PROFESORADO. El sistema educativo se funda en la
confianza en el docente y su capacidad profesional. Por ello merece apoyo y
reconocimiento en el ejercicio de su función, más en momentos de cambio social
e incertidumbre. Debe tener un compromiso claro con sus alumnos, su centro y la
educación misma, y una actitud cooperativa con las familias y la comunidad. Las
actuales condiciones y propuestas legislativas derivan competencias a otros
agentes, expropiando aspectos centrales de su labor. Es fundamental mejorar
formación, selección, desarrollo profesional y evaluación.
Esperamos que esta declaración contribuya a impulsar
la reflexión y el diálogo así como un compromiso generador de esperanza y de
optimismo. Nada puede ser peor que lanzarse con la mayor eficacia en la dirección
equivocada.
Sevilla, a 27
de octubre de 2012
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