ADENDO:
SUMISOS ANGELITOS CRIOLLOS
El 5 de
febrero informó el vespertino radial La Luciérnaga -recogiendo una noticia
lamentable pero propia del consumismo neoliberal que está asolando la Tierra-
que 120 toneladas de peces han muerto en la represa de Betania, replicando la
tragedia del año pasado. Pero ahora la cifra puede llegar a las 300 toneladas,
según datos más confiables, mientras la gente del Mundo se muere de hambre y la
contaminación de las aguas sigue a alta velocidad, por todas partes.
Según las
ineptas y venales autoridades ambientales, la mortandad se debería a la enorme
cantidad de peces que les ha dado por cultivar a los productores de proteínas
animales. Estos empresarios honestos prefieren criar sus propios peces en vez
de destruir las poblaciones libres de las que suelen lucrarse los grandes
depredadores transnacionales.
En cambio,
los saqueadores extranjeros, que nada producen pero que tanto destruyen,
pretenden que las autoridades a su servicio nos hagan creer que la mortandad se
debió a la escasez de oxigeno causada por la superabundancia de peces y no por
la contaminación de las aguas en que se crían, que es la causa prácticamente
obvia para las mentes sensatas y ajenas a la ridícula codicia neoliberal
encubierta con mentiras desorbitadas, reiteradas y absurdas, propaladas por
“especialistas” que nadie se atreve a rebatir.
Desde luego,
los potentados productores de agro tóxicos -que cuentan con la complicidad de
tales “autoridades” y nos están dejando sin biosfera, empezando por el agua
potable que sustenta la Vida-, no reconocen ni reconocerán su crimen. A no ser
que les sea imposible negarlo, como le sucedió a la BP en 2010 en el Golfo de
México con su derrame deliberado de petróleo durante varios meses.
En este
caso, su aterrador y prolongado daño al mar, a sus especies y a los extensos
pantanos de Luisiana que albergan toda clase de seres en crecimiento, lo
justificó la petrolera inglesa aduciendo la rentabilidad del pozo colapsado, lo
cual considera el sucio capitalismo más importante que conservar la Vida.
En
consecuencia, las multinacionales que están destruyendo el Mundo saben que
nadie que no sea digno osa oponerse a la depredación, siempre y cuando se diga
que produce dinero, en particular rentabilidad para los inversores extranjeros.
Pero lo
cierto es que, inclusive dentro de sus ruines criterios, es evidente que los
daños colaterales causados por los modernos depredadores no los cubren con las
utilidades adquiridas; ni siquiera con sus capitales acumulados; entre otras
cosas porque el dinero en curso no vale nada...
Si los
politiqueros vendepatrias no les construyeran la infraestructura requerida para
los saqueos y les concediesen tantas gabelas fiscales; pero, sobre todo, si les
cobrasen los daños irreparables causados al ambiente, ni siquiera les
alcanzaría todo su capital acumulado para reparar los destrozos causados, como
quedó absolutamente claro con la BP.
Hay que
repetirlo porque está comprobado, pero se esmeran en que lo olvidemos a fin de
que no comprendamos el aterrador futuro que nos han trazado y que estamos
obligados a cambiar radicalmente, antes de que nos quede imposible hacerlo.
La amenaza
es inmediata; quizás no pase de este año la solución definitiva, de modo que
toca estar alertas y dispuestos para defendernos a fin de derrotar a los
enemigos comunes, evitando su Apocalipsis.
De igual
tenor es el ecocidio de la Drummond en el Caribe colombiano, alimentado con el
transporte de carbón que contamina el ambiente de forma permanente y creciente,
además de que destruye las tierras de los Wayu y pretende hasta privarlos de su
río Ranchería; y eso por no mencionar los daños colaterales a la sagrada Sierra
Nevada de Santa Marta o a las zonas turísticas de la región.
Ahora se
sabe que la transnacional que saquea el carbón del Cerrejón no tiene
inconveniente en depositar en el mar miles de toneladas del contaminante
combustible fósil cuando peligran las barcazas que lo llevan a los grandes
barcos que, a su vez, lo distribuyen por el Mundo causando, también, una
contaminación constante y creciente.
A fines de
enero tiró al mar cerca de 2.000 toneladas, en un claro delito ambiental que
las autoridades desconocían -o ante los que suelen hacerse las ciegas y
desentendidas- pero que anteriormente ha ocurrido varias veces y en cantidades
mayores, pues parte de la función oficiosa de los corruptos miserables que
deberían cuidar nuestros recursos, es alcahuetearles sus atropellos, de todo
orden, a las multinacionales.
Más bien les
ofrecen intolerables garantías para que inviertan en el país, incluyendo
exenciones tributarias y abusivas estabilidades jurídicas, cuando no financiación
con los recursos públicos, que conllevan la renuncia a la soberanía y el
despojo definitivo a los nacionales.
Esta
traición a la patria se manifiesta claramente ante la opinión cuando las
multinacionales deciden demandar al Estado que les ha cedido las riquezas
comunes, pues los tribunales nacionales suelen renunciar a su jurisdicción,
permitiendo que sean los internacionales, que favorecen a las multinacionales,
los que decidan en estos casos.
Cuando el
Estado lacayo es el afectado y sus autoridades se sienten tentadas a actuar
contra sus amos, acosadas por la población ofendida, las sanciones a las
corporaciones extranjeras son ridículas.
Al efecto, a
la Drummond y sus socias, que ni siquiera pagan los escasos impuestos que les
corresponden según la leonina legislación vigente, sería de $2.940.000.000
(algo así como US$ 1.634.000) la multa máxima que la Agencia Nacional de
Licencias Ambientales (ANLA) les podría aplicar a los ecocidas, luego de que el
escándalo fue sacado a la luz por Caracol. De no haberle dado difusión radial,
ninguna sanción recibirían, pues ningún funcionario se atrevería a imponerla, ni
siquiera a sugerirla.
No obstante,
dados sus constantes abusos, lo que corresponde y exige la ciudadanía decente y
soberana, es cancelarles su licencia criminal y las concesiones con que están
destruyendo el medio ambiente. Y no sólo a la Drummond y sus socias…
El fácil
recurso de contaminar el mar se debe a que el monopolio privado considera que
no puede darse el lujo de absorber pérdidas que le corresponde asumir al
territorio saqueado, según lo han acordado con las autoridades venales a cambio
de módicas comisioncitas que seducen a los vendepatrias amorales.
O sea que la
multinacional minera, que explota varios frentes de saqueo a lo largo del
territorio nacional, incluyendo la mina de Cerromatoso, en el departamento de
Córdoba, tan rica en hierro, níquel y otros minerales, no sólo asesina
sindicalistas, aliada con el régimen mafioso neoliberal. Fue algo patético
durante la dictadura de Uribe Vélez, pero es tolerado por todos los gobiernos
neoliberales, no sólo por el del gurú.
Afortunadamente,
si se compara con el aterrador que lo precedió, en la actualidad el gobierno
está presidido por el astuto, sereno, reflexivo y casi ecuánime converso, Juan
Manuel Santos Calderón.
Pero,
contando con el coro de sus funcionarios corruptos, auténticas hordas de
delincuentes, Álvaro Uribe Vélez reclama ser el padre legítimo de la
republiqueta mafioso-neoliberal que nos afecta desde el gobierno de Misael
Pastrana Borrero, y que cada vez avanza más.
El hijo del
asesinado mayordomo, rejoneador y testaferro, Alberto Uribe Sierra, reclama esa
paternidad por su papel en el fortalecimiento de las mafias narcotraficantes
paisas, mediante el cual consolidó nacionalmente el detestable régimen
criminal, durante el sonado escándalo 8.000.
Pero las
asociaciones criminales venían bastante fortalecidas desde que el domador de
caballos de Salgar ocupó la jefatura de la Aeronáutica Civil, durante el
gobierno de Julio César Turbay Ayala, lo cual los furibistas se esmeran en
olvidar y ocultar.
En cuanto al
sonado caso judicial (el 8.000) -que desacreditó tanto a su principal
protagonista, un oligarca de vieja data y antecedentes familiares de
libertadores criollos (como Santos Calderón, conviene recordarlo), ahora en
trance de reencaucharse frente a los pavorosos y exorbitantes delitos
continuados del furibismo-, se supo que Ernesto Samper Pizano había sido el
presidente elegido gracias a la financiación de su campaña por el cartel de
Cali. Pero no fue el primer presidente cuyos nexos con los narcotraficantes son
de público conocimiento.
Tal es la
situación con los casos de Belisario Betancur, hoy un nonagenario ex presidente
que fue financiado por Pablo Emilio Escobar Gaviria en su campaña de 1982; o el
del Pollo Alfonso López Michelsen, nacido hace 100 años y abiertamente
relacionado con mafiosos, incluyendo a su compadre Manuel Antonio Noriega, de
Panamá, quien le dio asilo a su primo banquero y ladrón, Jaime Michelsen
Uribe... Incidentalmente, así estableció un antecedente que ha replicado Ricardo
Martinelli, por petición del gurú mafioso, con el asilo concedido a su
funcionaria delincuente, María del Pilar Hurtado, ex jefe del macabro DAS.
De todos
modos, a Uribe puede reconocérsele, cuando fue gobernador de Antioquia entre
1995-97, su apoyo al denostado y decaído Samper, lo cual impidió su
destitución.
Como se
trataba de un hombre con valores, ese oportuno apoyo le fue retribuido al cartel
de Medellín, aliado en tales circunstancias al de Cali, con la creación de las
CONVIVIR, auténtica Mano Negra del régimen, como lo ha reconocido el mismo Juan
Manuel Santos.
Todos ellos
son casos delictivos auténticos e innegables, pero siguen impunes y la
oligarquía también prefiere olvidarlos. Es al pueblo al que le corresponde
exigir e impartir justicia.
¡Por
fortuna, nos asiste la Verdad que nos hará libres!
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