AUSTCHVITZ, RUANDA, SARAJEVO Y OTROS
Creo
recordar que fue en mi segundo o tercer año de carrera cuando un profesor de
Historia Antigua de la Universidad de Málaga nos dijo que la historia era “una calle regada de sangre”. Finalizar la
carrera, leer mucho y viajar me dan cada vez más certezas de la realidad de lo
que contenían estas palabras de aquel profesor de Historia.
Son muchos
los ejemplos de crueldad que hay en la historia, aunque quizás el culmen de esa
barbarie tenga uno de sus puntos máximos con el exterminio judío llevado a cabo
por el gobierno nazi de Adolf Hitler. Sobre todo porque este aniquilación fue
sistemáticamente preparada y razonada por las autoridades nazis. Coincide este reflexión con la reciente
visita que he realizado al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau al tiempo que leo el libro del doctor húngaro
Miklós Nyiszli “Fui asistente del doctor
Mengele” (imprescindible si se quiere entender el funcionamiento de un campo de
exterminio). El control sobre quiénes y cómo deben morir alcanza con el nazismo uno de sus puntos más
altos. Y todo ello bajo una densa capa de silencio de diferentes instituciones
y países de tradición democrática que veían como un mal menor el nazismo frente
a la revolución bolchevique.
El intento
de enmendar la situación hacia el pueblo judío por parte de la comunidad
internacional se convertiría después en un mal peor con la creación del estado
de Israel en territorio ocupado por población árabe. Todo lo que ha ocurrido en
territorios palestinos desde la proclamación por parte de ben Gurion del estado
de Israel vienen a mostrar lo erróneo de dicha decisión.
Pero a lo
que iba, Austvich- Birkenau…y me imagino que el resto de campos de
concentración como Trebinkla, Belzec, Majdanek… Pasear por Auschwitz es pasear
por el infierno, es dar fe de la capacidad de maldad, barbarie, salvajismo,
brutalidad y crueldad que encierra el
ser humano. El problema quizás es que la
historia humana está llena de ejemplos como éste. Y cuando hablamos de historia
no nos referimos a la de hace setenta o mil años. Ni tampoco a los continentes
olvidados como África donde la guerra
entre hutus y tutsis fue un ejemplo más de lo que sigue ocurriendo en otras
partes del continente, aunque no aparezcan en
los medios de comunicación tradicionales. No podemos olvidar que en el
viejo continente, dentro del llamado mundo desarrollado, en los años 90 la antigua Yugoslavia sufrió
una macabra guerra civil que condujo a prácticas selectivas de exterminio. Más recientemente tenemos la constante violación de los derechos humanos que se lleva a cabo continuamente en la base de Guantánamo donde el gobierno que presume de defensa de derechos y libertades imcumple constantemente éstos.
Auschwitz, Ruanda, Sarajevo… y otras tantas
son ejemplos de la brutalidad con la que es capaz de actuar el ser humano y que
hacen que mi confianza en el ser humana sea inexistente.
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