TEÓFILA, TWITTER Y ESPAÑA
Tanto Twitter y tanta opinión, oiga, que aquí lo que más
llamativo es para esta alcaldesa es que hay gente que viene a pedir ayudas al
ayuntamiento, social, para comer y resulta que tienen una cuenta en el Twitter.
Que sepa yo eso cuesta dinero, ¿no?", dijo la alcaldesa
¿Tener?, ¿estar?, tener acceso a internet, ¿eso es gratis?
¿eso es gratis? Porque vamos, esto sí que es llamativo, pero vamos, para mí
como alcaldesa el entierro de la caballa no tiene ningún problema".
Buena la que le ha caído a la alcaldesa de Cádiz, Teófila
Martínez, por sus declaraciones contra aquellos que usan twitter para atacarla.
La susodicha decía al respecto “Tanto Twitter y tanta opinión, oiga, que aquí
lo que más llamativo es para esta alcaldesa es que hay gente que viene a pedir
ayudas al ayuntamiento, social, para comer y resulta que tienen una cuenta en
el Twitter. Que sepa yo eso cuesta dinero, ¿no?". Esto es lo que salió al
día siguiente en prensa y la lluvia de críticas fue enorme. Lo que no apareció
en los medios fue la segunda parte de esta crítica en la que añadía “tener
acceso a internet, ¿eso es gratis?”.
Evidentemente la regidora gaditana se ha equivocado de cabo
a rabo en las formas y en el discurso. Y una cosa no puede olvidar la señora
Martínez, por fortuna, seguimos teniendo (cada vez más coartada) libertad de
expresión y las redes sociales lo permiten. Pero hay matices en sus
declaraciones sobre los que me gustaría hacer una pequeña reflexión.
La sociedad española se puede definir con muchos adjetivos.
Pero si hay algo que nos caracteriza a todos o a una buena mayoría es ser
“lazarillos de Tormes”. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que pedimos al Estado
de todo y después se hacen muchas trampas. Somos expertos en engañar y en
jactarnos de ello y después cuando la cosa va mal, somos los mejores en exigir
a las instituciones públicas un remedio contra nuestros males. La actual crisis
económica es fiel reflejo de a lo que me refiero.
Pero a lo que iba, a la alcaldesa hay que decirle que
internet por fortuna se puede utilizar de manera gratuita en lugares públicos
como las bibliotecas y que hoy día cualquier móvil te permite el uso de Twitter
y otras redes sociales. Pero lo que si es cierto es que muchos de los que
protestan, muchos de los que acuden a comedores sociales, parroquias… tienen
los móviles de última generación con precios evidentemente muy elevados.
Se me quejaba hace poco mi casera de que no podía bajarme el
precio del alquiler del piso porque en ese caso no podía pagar la hipoteca, al
tiempo que respondía un wasap en su Iphone 5, cuyo precio ronda los 600 euros.
Creo que la alcaldesa de Cádiz iba por ahí. Los ejemplos al respecto son
muchos. Familias que reciben becas cuando no cumplen los requisitos, pero al
cobrar en b no se puede demostrar. Me contaba una alumna que había recibido la
beca 6000 de la junta y que realmente en su familia no tenían problemas
económicos, pues su padre y su madre trabajaban y sus abuelos le pasaban
dinero. Esto es extrapolable a otros ámbitos. Me contaba un amigo que en
Asturias los mineros tienen un régimen de jubilación anticipada debido al tipo
de trabajo que realizan, algo totalmente lógico, pero que después había mucha
gente alrededor del trabajo en la mina (operarios varios que no bajaban a la
mina en ningún momento) que se aprovechaban de esta situación para
prejubilarse. Y hablamos de toda España, en el sur nos encontramos a parados que
no quieren trabajar porque prefieren el dinero que reciben de las subvenciones
del campo. O familias que ocupan casas
porque no tienen dinero y piden que el Estado les dé una casa, aunque después
no trabajen o lo hagan como dice Reverte con “polvillos blancos”. Estas mismas
familias que después llevan a sus hijos vestidos al instituto con el chándal
del Madrid o el Barcelona original que viene a costar unos 120 euros. O las
familias que han aprovechado la ley de dependencia para recibir un aporte
extra… Gibraltar es el mejor ejemplo de
este continuo “trapicheo”…
Y de esto nos aprovechamos todos y luego claro, pagan justos
por pecadores. Y nos encontramos un número muy elevado de gente que realmente
si lo necesita pero no reciben estas ayudas. Pero esto lamentablemente es
España y para cambiar este tipo de situaciones el primer paso es conseguir
formar una sociedad cívica y eso, me temo, no interesa ni a la propia sociedad
ni mucho menos a parte de la clase política de este país que ve en una sociedad
iletrada, analfabeta y aborregada la mejor manera de continuar en su poltrona.
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