LA POLÍTICA DEL ALZHEIMER. TEODORO LEÓN GROS

DÍA MUNDIAL DEL ALZHEIMER
 
Hoy se celebra el Día Mundial del Alzheimer, que es mañana 21 de septiembre. Y la clase política se ha sumado, más que nunca, a esta fecha marcada amargamente en el calendario mostrando una sensibilidad admirable  por el mal del olvido. Sus gestos son realmente espectaculares.
 
Griñán ha olvidado que dijo “agotaré la legislatura”.
Francisco de la Torre ha olvidado su promesa de devolver el Campamento Benítez a Málaga sin pagar y sin condiciones.
 
Botín ha olvidado Bankia para fichar a Rato en el Santander con caché de estrella.

Susana Díaz ya ha olvidado su mensaje inaugural de “me dejaré la piel luchando contra la corrupción”. Ha dado orden de silenciar los Eres.
 
Mariano Rajoy ha olvidado otra promesa central: “si hay algo que no tocaré serán las pensiones”. Va a recortar treinta y tres mil millones en los próximos años; la pensión media se devaluará 1.500 euros en un lustro.
 
Valderas dijo, y ha olvidado, que no estaría en un Gobierno marcado por la corrupción. Y repite.
Así que, sí, la clase política está sensibilizada con el Alzheimer. En otros países hay dinero para investigación, para atención familiar y terapéutica, pero seguro que en ninguno disfrutan de esta abrumadora demostración pública del mal del olvido.
 
Ahí está Mas olvidándose del Estado de Derecho y la Historia.
 
Cospedal ha olvidado que Bárcenas trabajaba en la sede del partido, en nómina.
 
Heredia olvida la desastrosa gestión socialista y cada día saca pecho diciendo “cuando los socialistas gobernábamos…”. Se ve que se creyó a Zapatero cuando decía “nuestra economía juega en Champions League”.
 
Bendodo olvida con facilidad lo que piensa.  Sobre el matrimonio homosexual, sin más, votó sí y votó no.
 
En UGT han olvidado que gastaban dinero de formación chapuceramente en mariscadas.
 
Zoido ha olvidado lo ocurrido  en Madrid o Valencia denunciando que la presidencia de Andalucía es ilegítima hasta pasar por las urnas.
 
Rubalcaba, bueno, Rubalcaba olvidó casi todo.
 
Y De Guindos ha olvidado que la investigación sanitaria en España naufraga mientras él presume en el Congreso de su presupuesto de I+D, cercenado tras cinco años de recortes.
 
Claro que estaría bien que todos ellos se implicaran como dirigentes en el drama del Alzheimer. Urge una política de Estado sobre esta enfermedad, como recomienda la UE. Pero quizá eso sería mucho esperar. De momento aquí hay que conformarse con esta ‘política del alzheimer’: olvidarse de todo lo prometido. Eso sí, como terapia es efectiva: han logrado que nosotros no podamos olvidarnos de ellos.

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