MI ALEGATO CONTRA
ESPAÑA
¿Los motivos? Muchos ¿el porqué? Rabia, impotencia, furia,
coraje, irritación, ira, cólera… contra lo que observo y escucho cada día. Un
poco de todo seguramente. La cuestión es, ¿cómo hemos llegado a la actual
situación? ¿Quién tiene la culpa? La respuesta la vemos cada día.
Hablo de un país donde nuestros políticos usan como máxima
retórica el “y tú más”; donde recurren a
los escándalos de corrupción de los otros para encubrir y justificar los suyos
propios.
Partidos que pagan en negro, reyes que matan elefantes,
fiscales que exculpan a la hija del rey, justicia de ricos y pobres… Todos nos
llevamos nuestra parte:
Políticos que no saben hablar, políticos que no cumplen lo
prometido, políticos que no dimiten… Y es que hablamos de un país donde el
presidente de gobierno da ruedas de
prensa sin preguntas, vía plasma o responde lo que le parece, ex presidentes de
gobierno que negaban la crisis y que ahora presentan libros. Donde los sueldos
no bajan, sino que suben moderadamente, donde hay que rezar a la virgen del
Rocío para que baje el paro. En el que hemos tenido ministras de igualdad sin
ningún mérito más que el de ser hijo/a de fulanito o donde otras ex ministras
de defensa camuflan su currículum. O donde se necesitan informes para verificar que
las famosas concertinas cortan y hacen pupa.
Donde presidentes que dicen ser de izquierdas hacen
políticas de derecha. Donde son los dogmáticos con el discurso bien aprendido
los que alcanzan las cuotas de poder e influencia y donde los mejores, los que
disienten, quedan por el camino. Política
guiada por la dedocracia, donde la alcaldesa de la capital no lo es por sus
propios valores y sí por el de sus parejas. País donde los escasos casos de
dimisión son alabados como modelos de honestidad y ejemplaridad, donde los sindicatos
desprestigian lo logrado tras muchos años de lucha, donde nuestros políticos
hacen el ridículo cuando salen fuera (aquí parece que ya estamos acostumbrados
y donde la coherencia en la política es inexistente,
Pero no sólo los políticos, y es que hablo de un país con medios
de comunicación que engañan y manipulan, donde tenemos canales hechos a medida
del votante de este o aquel partido y con tertulianos que saben de todo.
También en la justicia en el cual nadie
paga las consecuencias del hundimiento del Prestige, donde las sentencias no se
cumplen o donde los indultos están a la orden del día. El país donde construimos
aeropuertos que no usamos y donde nadie paga esa pésima gestión, el país donde
los gestores de las cajas de ahorros reciben pensiones millonarias y nadie hace
nada.
Donde los que tienen que defender los derechos de los
trabajadores se gastan el dinero de los impuestos en comilonas, ferias y cursos
inexistentes. El lugar donde Cándido Méndez exige no poner en tela de juicio a
UGT por el escándalo andaluz; digo yo que tampoco se puede poner en tela de
juicio al Partido Popular por los casos Bárcenas o Gúrtel, ¿o sí se puede
hacer?
Hablo de educación, de la externalización de servicios
educativos en Madrid pero también en Andalucía (salarios de intérpretes de
lengua de signos en Andalucía de 900 a 614 euros). Donde la respuesta del consejero
de educación andaluz a los resultados del informe PISA que sitúa a su comunidad
en la cola es decir que el modelo educativo
andaluz crece a pasos agigantados.
Informes PISA que no genera autocrítica alguna y sí que cada cual
lo interprete de la manera que mayor
rédito político le dé… Donde el debate
sobre la educación se centra en la Religión y en la asignatura de Educación
para la ciudadanía.
Donde olvidamos nuestra historia y dejamos a nuestros
muertos en las cunetas, donde hay que olvidar para avanzar, aunque esas heridas
no hayan sido curadas. Donde asesinos del franquismo van a ser juzgados en
Argentina. Hablo del país donde muchos ancianos quedan abandonados, donde cada
vez es mayor el número de ellos que vemos en la calle, en los centros de salud
arrastrando soledades. Donde tenemos pensiones de viudedad que dan vergüenza,
donde estamos pensando en que pase la crisis para, como decía Reverte, volver
a tener dos coches, dos casas, etc. Donde desaparecen misteriosamente los discos
duros de ordenadores del extesorero del PP o de la UGT Andalucía.
Donde el Estado que abandona a sus ciudadanos a merced de la
caridad de otros y que es aprovechado por programas de tv para subir su cuota
de pantalla. Donde aplaudimos a magos del balón a la salida de los juzgados
tras ir a declarar acusados de evadir impuestos, donde aplaudimos las palabras
de nuestro presidente de fútbol al dimitir tras ser sentenciado a siete años de
cárcel por corrupción
Primas de riesgo, fondos de inversión… para esconder que se
han dado 40.000 millones de euros a los bancos; país líder en facturas
falsas…Cohechos, malversación de fondos, prevaricación… que han acabado
convirtiéndose en vocablos habituales. Sistema que condena a salarios de
mierda, con salarios en b y horas extras que no se pagan, donde los jóvenes con
estudio están condenados a trabajos mileuristas o salir fuera del país, donde
el sistema educativo de unos y de otros no ha sido capaz de dar respuesta a aquellos
que no quieren estudiar, donde los sindicatos critican la reforma laboral pero
después recurren a ella para llevar a cabo ERES.
Donde los escraches y las
protestas ciudadanas son convertidas en delito mediante políticas
represivas que pretenden inocular el miedo. Listas de espera eternas, urgencias
colapsadas, donde algunos políticos se saltan listas de espera para operar a
sus esposas o usan hospitales públicos para operaciones privadas.
No se crean que la culpa sea sólo de nuestra clase política
o de otras instituciones. No podemos olvidar que a esos políticos –no les gusta
que le llamemos clase política- los
votamos los ciudadanos cada cuatro años. A ellos les damos con nuestros votos o
nuestra apatía las mayorías absolutas para hacer y deshacer lo que quieran.
Esos mismos ciudadanos que no hacen nada, que miran para otro lado, que engañan
o que votan corruptos… Ciudadanos que
engañan al estado para que sus hijos desperdicien la comida en los comedores
escolares, mientras otros no tienen nada, o piden becas que no necesitan y que
consiguen utilizando mil maneras. Y es que si en algo somos los mejores es en
el arte de la picaresca, en la trampa.
Donde los padres ponen a sus hijos a orinar en cualquier esquina de la
calle para después asustarnos del vandalismo juvenil, donde los adolescentes se
ríen de su ignorancia…
Contra todo esto, poco ¿el resto? Una mezcla de apatía,
desidia, frustración y ciudadanos que se dejan llevar.¿Qué nos queda? Cada cual
tiene la respuesta.
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