Parece que la 'casta' ha entendido el mensaje. Con el aliento de
Podemos sobre el cogote en las encuestas, o ya por delante en la carrera
electoral, los grandes partidos han asumido que la política tiene que
cambiar. La lista del PSOE de Málaga ha sido pionera en recoger el
guante. El mensaje es que la nueva política se hará con 'transparencia,
meritocracia y pluralidad' o fracasará. Manos a la obra.
1. Transparencia.-La lista fue elaborada transparentemente en
secreto, eso es dominio público, y se votó el viernes por la tarde, un
horario de máxima actividad, convocando a la militancia sin apenas
tiempo por lo que casi nadie pudo votar. En algunos casos apenas se pasó
del 10%. Pero como sostiene Susana Díaz: «éste es un partido controlado
por la militancia». Al caer la tarde ya tenían la lista aprobada por
unos pocos fieles. No existía la opción de votar 'no'. Así es la
transparencia inteligente: si no se puede votar no, no hay noes. En su
información, el PSOE ocultó el dato de participación, también con toda
transparencia. Tiene razón Sánchez: nadie puede dar al PSOE lecciones de
democracia interna. Desde luego, son únicos practicando la 'democracia
interna' para controlar la unanimidad. Y con total transparencia: ¡el
objetivo era evitar el debate! Esto habría podido provocar que se
lanzaran calumnias absolutamente ciertas.
2. Meritocracia.-Esta vez han apostado con claridad por gente con una
trayectoria profesional intachable, con seguridad, ya que carecen de
trayectoria profesional. Brillante. Elegir gente sin curriculum es una
estrategia estupenda para evitar que haya objeciones a su curriculum.
Todo gente del aparato: tras María Gámez, de la ejecutiva regional, va
el secretario andaluz de Política Institucional, de n.º 2; la secretaria
de Formación de la Ejecutiva Federal, de n.º 3; el secretario general
de las Juventudes Socialistas, de n.º 6; secretarios y vicesecretarios
locales... Casi todos han hecho su carrera en cargos públicos: ¡y quién
mejor para ocupar un cargo público que alguien que lleva toda su vida en
cargos públicos! Esto es la meritocracia: elegir a los mejores.
3. Plural e integradora.-Tras fichar independientes que se empeñaban
en pensar con independencia, no va nadie ajeno al corralito. Bajo la
premisa de que 'los partidos no pueden encerrarse', han optado por el
núcleo duro para plantearse ese objetivo. Esa es la lógica admirable de
la estrategia. Para abrirse a la sociedad, enrocarse en lo que la
sociedad rechaza: carnet y fidelidad perruna. Está claro.
Hay muchos signos de que los grandes partidos han entendido el
mensaje de cambio -Rajoy ha llamado a Aznar; el líder del PSOE ha ido al
programa de Ana Rosa- pero pocos planteamientos de cambio tan claros
como esta lista. O los cambian, o difícilmente se comen un rosco.
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