“La Société du espectacle”
No quiero que mi comentario se convierta en un resumen de lo que supone para Guy Debord la “Sociedad del Espectáculo”, ni tampoco quiero redefinir con mis palabras lo que este autor expone. Más o menos todo aquel que va un poco más allá en sus reflexiones acerca de la televisión que ve diariamente o del consumo que se extiende a su alrededor en prácticamente todos los planos de su vida, alrededor, en su día a día, forma teorías y principios con los que bien pudiera hacer un manifiesto. La cuestión que me gustaría resaltar aquí es que, a pesar de que se encuentran lecturas y testimonios como los facilitados para esta actividad (“Cibercultura y Situacionismo”, “Archivo Situacionista hispano”) nada de esto parece despertarnos de ese letargo en el que todos estos testimonios señalan encontrarnos fatalmente sumidos.
El Situacionismo también se ve susceptible de caer pese a su fuerte argumentación en esa propia sociedad espectacular definida, delimitada y rechazada. Uno de los aspectos que más me ha hecho reflexionar de la Conferencia de Aparicio, es la inclusión del movimiento Punk que nacía como un fenómeno de “contracultura”, en ese propio sistema rechazado. El punk convertido en otro elemento más del espectáculo, asimilado y fagocitado, es capaz, de generar más espectáculo del mismo, de forma paradójica .
Por otro lado y estando convencida de los orígenes políticos de la Internacional Situacionista, descubro, de nuevo en el texto de Aparicio, que estos orígenes también se encuentran relacionados con el plano artístico. Se nombran diversos movimientos como el Dadá o el Surrealismo. Política y arte no son excluyentes sino todo lo contrario y el hecho de que a través de movimientos artísticos, literarios o filosóficos se lancen replanteamientos de la realidad en que nos toca vivir, no muestra más que el carácter de insatisfacción que siempre, a mi modo de ver, caracterizará al ser humano. Podremos tomar con mayor o menor preferencia los conceptos que se exponen sobre la realidad y los sistemas de dominación, pero, ¿no son acaso estas propuestas, nuevas fórmulas para desviar el poder de manejo de “la conciencia y el pensamiento colectivo” de un lado a otro similar?
El hecho de que se creen grupos que se cuestionen su entorno, quizá implica que esos grupos no están contentos con sentirse dominados y sujetos a un sistema, pero quizá quieran cambiar ese condicionamiento por otro diferente en cuanto a forma pero igual en el fondo. Me refiero a este aspecto porque al leer a Debord me siento a veces coaccionada y dirigida por unas ideas que no termino de rechazar pero que tampoco acepto totalmente.
También recuerdo ahora algo que leí al principio y es que el Situacionismo, según su etimología, no pretendía sino estudiar y exponer las cosas o los hechos y no cambiarlos . El no entender por qué no vamos más allá de la mera crítica también me hace reflexionar. Al fin y al cabo, estos “sistemas” en los que nos vemos envueltos o de los que decimos sentirnos presas, actúan como una anestesia que nos es suministrada por nuestro propio consentimiento.
En el Archivo Situacionista Hispano, se incluyen algunos textos que he consultado porque no se apenas nada sobre este tema tan ámplio que empiezo a descubrir y me he encontrado con escritos como el de T. J. Clarck y Donald Nicholson-Smith (“¿Por qué el arte no puede acabar con la Internacional Situacionista?”) o el de Ken Knabb (“La realización y la supresión de la religión”). Vuelvo al punto en el que reflexionaba sobre esa continua búsqueda que realizamos al estar disconformes con las respuestas que se “nos dan”o que nos dan quien no queremos que nos las den.
Me doy cuenta de que no puedo acabar por no acogerme a ninguna de esas propuestas de “rebelión” y “cuestionamiento” si realmente quiero profundizar y sino cambiar, al menos conocer esta cantidad de fenómenos surgidos de pensamientos insatisfechos.
De eso se trata al final, eso es lo que se expone, de eso habla Guy Debord y tantos otros que seguirán hablando. Nuestra capacidad de pensar y reflexionar, nuestro poder para abandonarnos a un sistema o provocar una crisis con tan solo empezar a cuestionarnos todo lo que nos rodea
En el propio vídeo de Debord que muchos como yo ya han visto , “La Société du espectacle” , fuimos partícipes de este dominio que se puede ejercer de la mente y del carácter ilimitado de poder que puede suponer el conocimiento de este hecho.
En los primeros capítulos de “La Sociedad del espectáculo”, de Guy Debord ya se hace referencia al “Sistema” como parte originaria de una nueva “cultura espectacular” que a su vez dará lugar a diferentes movimientos (como el Situacionista) y acciones de contracultura como las mencionadas en un texto de Alberto Aparicio (Punk, entre otras): “Forma y contenido del espectáculo son de modo idéntico la justificación total de las condiciones y de los fines del sistema existente”.
Punto a punto el texto de Debord se hace denso, llegando en algunos casos a ser difícil de descifrar en una sola lectura. Luego, al consultar la Conferencia impartida por Alberto Aparicio “Las nuevas formas de acción contra la política y el arte en la cibercultura” , descubres aspectos bastante interesantes y dignos de ser puestos en relación con lo leído y analizado anteriormente referente a los principios de Debord, viendo ya el análisis de Aparicio como una síntesis de los distintos aspectos sucedidos alrededor del Situacionismo, desde su misma aparición, al menos al comienzo de la Conferencia.
No quiero que mi comentario se convierta en un resumen de lo que supone para Guy Debord la “Sociedad del Espectáculo”, ni tampoco quiero redefinir con mis palabras lo que este autor expone. Más o menos todo aquel que va un poco más allá en sus reflexiones acerca de la televisión que ve diariamente o del consumo que se extiende a su alrededor en prácticamente todos los planos de su vida, alrededor, en su día a día, forma teorías y principios con los que bien pudiera hacer un manifiesto. La cuestión que me gustaría resaltar aquí es que, a pesar de que se encuentran lecturas y testimonios como los facilitados para esta actividad (“Cibercultura y Situacionismo”, “Archivo Situacionista hispano”) nada de esto parece despertarnos de ese letargo en el que todos estos testimonios señalan encontrarnos fatalmente sumidos.
El Situacionismo también se ve susceptible de caer pese a su fuerte argumentación en esa propia sociedad espectacular definida, delimitada y rechazada. Uno de los aspectos que más me ha hecho reflexionar de la Conferencia de Aparicio, es la inclusión del movimiento Punk que nacía como un fenómeno de “contracultura”, en ese propio sistema rechazado. El punk convertido en otro elemento más del espectáculo, asimilado y fagocitado, es capaz, de generar más espectáculo del mismo, de forma paradójica .
Por otro lado y estando convencida de los orígenes políticos de la Internacional Situacionista, descubro, de nuevo en el texto de Aparicio, que estos orígenes también se encuentran relacionados con el plano artístico. Se nombran diversos movimientos como el Dadá o el Surrealismo. Política y arte no son excluyentes sino todo lo contrario y el hecho de que a través de movimientos artísticos, literarios o filosóficos se lancen replanteamientos de la realidad en que nos toca vivir, no muestra más que el carácter de insatisfacción que siempre, a mi modo de ver, caracterizará al ser humano. Podremos tomar con mayor o menor preferencia los conceptos que se exponen sobre la realidad y los sistemas de dominación, pero, ¿no son acaso estas propuestas, nuevas fórmulas para desviar el poder de manejo de “la conciencia y el pensamiento colectivo” de un lado a otro similar?
El hecho de que se creen grupos que se cuestionen su entorno, quizá implica que esos grupos no están contentos con sentirse dominados y sujetos a un sistema, pero quizá quieran cambiar ese condicionamiento por otro diferente en cuanto a forma pero igual en el fondo. Me refiero a este aspecto porque al leer a Debord me siento a veces coaccionada y dirigida por unas ideas que no termino de rechazar pero que tampoco acepto totalmente.
Al comienzo de la Conferencia de Aparicio se menciona el hecho de que uno de los mayores poderes de la Internacional Situacionista recaía en su carácter inaccesible. Creo que puedo poner en relación esta idea con la que he ofrecido ante: El hecho de que el Situacionismo se convirtiera en accesible y “fácil”, susceptible de análisis fáciles, le haría perder valor, haría que muchos de los que lo leyéramos encontrásemos antes sus puntos flacos que sus virtudes.
También recuerdo ahora algo que leí al principio y es que el Situacionismo, según su etimología, no pretendía sino estudiar y exponer las cosas o los hechos y no cambiarlos . El no entender por qué no vamos más allá de la mera crítica también me hace reflexionar. Al fin y al cabo, estos “sistemas” en los que nos vemos envueltos o de los que decimos sentirnos presas, actúan como una anestesia que nos es suministrada por nuestro propio consentimiento.
En el Archivo Situacionista Hispano, se incluyen algunos textos que he consultado porque no se apenas nada sobre este tema tan ámplio que empiezo a descubrir y me he encontrado con escritos como el de T. J. Clarck y Donald Nicholson-Smith (“¿Por qué el arte no puede acabar con la Internacional Situacionista?”) o el de Ken Knabb (“La realización y la supresión de la religión”). Vuelvo al punto en el que reflexionaba sobre esa continua búsqueda que realizamos al estar disconformes con las respuestas que se “nos dan”o que nos dan quien no queremos que nos las den.
Me doy cuenta de que no puedo acabar por no acogerme a ninguna de esas propuestas de “rebelión” y “cuestionamiento” si realmente quiero profundizar y sino cambiar, al menos conocer esta cantidad de fenómenos surgidos de pensamientos insatisfechos.
De eso se trata al final, eso es lo que se expone, de eso habla Guy Debord y tantos otros que seguirán hablando. Nuestra capacidad de pensar y reflexionar, nuestro poder para abandonarnos a un sistema o provocar una crisis con tan solo empezar a cuestionarnos todo lo que nos rodea
En el propio vídeo de Debord que muchos como yo ya han visto , “La Société du espectacle” , fuimos partícipes de este dominio que se puede ejercer de la mente y del carácter ilimitado de poder que puede suponer el conocimiento de este hecho.
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