UNA OPORTUNIDAD. DAVID FERRER

OPORTUNIDAD
Hace unos cuantos años decidí estudiar la carrera de Periodismo, una licenciatura que me permitiría hacer bien una de las cosas que más me gustan: escribir. Pensaba, iluso de mí, que en esos años de estudios me mostrarían el camino a los secretos de la comunicación eficaz, a saber ‘conectar’ con el lector.

Durante los dos primeros cursos aún pensaba que todo eso llegaría en algún momento, que alguien me hablaría de cómo escribir algo bueno, con sentido, ordenado y que reflejase exactamente lo que yo quería expresar. Pero poco a poco, en el tercer curso, me di cuenta de que Periodismo no iba de eso, sino de otras muchas cosas basadas en saber llevar a cabo una rutina de la mejor manera posible en un medio de comunicación.

Tuve etapas en las que me sentí muy desilusionado, desengañado por haber dedicado tanto tiempo a algo que tal vez no me estaba llevando a ninguna parte, busqué la ilusión en mis compañeros, en los profesores, pero tanto unos como otros solo hablaban de lo mismo, de lo difícil que es trabajar como periodista, de los sacrificios de la profesión… Además, descubrí que en todo el tiempo que había pasado en la carrera había dejado de hacer lo que me había llevado a ella, que no era otra cosa que escribir, algo que he hecho desde pequeñito y que poco a poco he abandonado.

Cuando me titulé, hace unos años, no comencé a trabajar como periodista en ningún medio, sino que me marché al extranjero en busca de aprender un idioma y de aclarar mis ideas. Por suerte, tras un año y unos meses en los que aprendí más que en los cuatro años de carrera universitaria, me sentía preparado y con ganas de trabajar en mi propio futuro, en una profesión que no tenía porqué ser la de periodista. Abrí los ojos y comencé a ver que escribir no era cuestión de carrera universitaria, era algo que cualquiera podía hacer con esfuerzo y un poco de empeño. Algo que la experiencia y la práctica te enseñaban.

Hoy en día veo que en muchos periódicos o medios de comunicación audiovisuales los que firman las noticias repetitivas, esas que siempre siguen una misma estructura, son los periodistas, y que, en la gran mayoría de las ocasiones, aquellos que opinan, que determinan las ideas de muchas otras personas que los leen y que, al fin de todo, son la imagen de los medios de comunicación, no tienen nada que ver con el mundo del periodismo, sino que son personas procedentes de otras profesiones que han decidido expresar sus opiniones o conocimientos.

El Periodismo es una de las profesiones con más intrusismo laboral, y esto ocurre con cierta lógica, ya que para hablar de economía, de derecho, de arquitectura o de biología, por poner cuatro ejemplos, no se le pregunta a un periodista, sino a un licenciado en económicas, a un abogado, a un arquitecto o a un biólogo.

Y es que cualquiera de éstos sabe escribir de sus conocimientos mejor que cualquier periodista, aunque, eso sí, no siempre saben hacerlo entendible para la mayoría. Es ahí donde entra la función del periodista especializado, una figura creada a partir de periodistas que han tenido que centrar sus conocimientos en un solo tema, ya sea economía, derecho, arquitectura, biología o cualquier otra temática, o surgida a partir de profesionales de esas ramas que han decidido introducirse en el mundo de los medios de comunicación, algo más inteligente ya que te permite conocer mucho más de esa determinada rama del conocimiento.

Con todo esto no quiero decir que esté descontento con mi elección universitaria, simplemente intento comprender un poco mejor por qué por tener un título voy a saber hacer algo mejor que cualquier otro que no lo tiene. Y por más vueltas que le doy, no entiendo como se puede juzgar a alguien por su currículum y no darle siquiera una oportunidad de demostrar lo que sabe a través de los hechos.

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