SOBRE LA RENUNCIA EN EL AMOR
Todo el mundo entiende, entendemos, desde siempre, que el Amor es "renuncia". Pero lo cierto es que la renuncia por Amor nos convierte en mezquinos y rencorosos. Esperamos, de modo consciente o inconsciente, el pago, la devolución de esa renuncia.
Y somos infelices porque nunca nos parece que esa renuncia se cobre los frutos esperados, y porque nunca nos llega a proporcionar el placer o la felicidad de aquello a lo que renunciamos. Y esta infelicidad hace que le reprochemos al otro, al objeto de nuestro amor, nuestra frustración, y vamos entendiendo esa relación como la causa de nuestro descontento.
En cambio, si mantenemos TODO lo que nos da placer y nos gusta, el Amor, la relación amorosa, se convierte en un toque más de felicidad, y por tanto en algo querido y apreciado. Nosotros al ser más felices tenemos una actitud positiva hacia nuestra pareja, porque nos sentimos agradecidos por haber mejorado y enriquecido aún más nuestra vida. El otro, por su parte, está más cómodo, menos presionado y más satisfecho consigo mismo.
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