LA SOCIEDAD DE LA DESINFORMACIÓN
En el transcurso de la segunda mitad del siglo XX se ha pasado de la sociedad industrial a la sociedad de la información gracias al impacto combinado de la informática, la televisión y los medios de telecomunicación. La información desbordante que ofrecen estos medios es tal que se ha convertido casi en una maraña que hace realmente difícil poder acceder a la realidad, ya que todo se convierte en sobreabundante información efímera que perece casi en el mismo instante de nacer.
Pasar de esta sociedad de la información a una sociedad del conocimiento, donde sepamos seleccionar lo prescindible de lo imprescindible, donde tengan los mecanismos suficientes para conectar y relacionar la información relevante es quizá hoy día el desafío más importante que está suponiendo la nueva sociedad de la información y la comunicación. Pues, de lo contrario, la información cumplirá el papel de desinformación permanente, de laberinto ocultador de la realidad.
Esta "sociedad de la información" se va a definir en relación a mecanismos como la producción, el tratamiento y la distribución de la información. Va a exigir desde un punto de vista técnico, la infraestructura necesaria para su utilización en todos los ámbitos de la economía y de la vida social. Haciendo que muchas de nuestras acciones se conformen en torno a ésta.
Hoy día, en la sociedad occidental en la cual estamos inmersos se nos "vende" la información como un elemento accesible, que se puede poseer, que da poder, que da conocimiento. La información se ha convertido en un culto, en un mito, algo que otorga autoridad, ventajas, superioridad, dominio...
Sin embargo, no se considera que la información tenga carácter informativo, por el simple hecho de ser poseída; o de poder ser asimilada por un sujeto. Se ha producido un cambio en el concepto de la información.
La información con las nuevas tecnologías, se independiza de los sujetos. Las personas son despojadas de la posesión, de ser la fuente y manantial de la información. En último término, no es la información para los sujetos y gracias a ellos, sino que los sujetos son para la información y, al final, serán los productos de la misma. Es decir,"el mundo físico ha dejado de ser el destinatario básico de la transformación. El destinatario ahora, es la totalidad de lo real, los seres humanos incluidos".
Al mismo tiempo, la información ha pasado a ser un bien de consumo. Pero no sólo este producto entra dentro de esta categoría sino que los modos de vida de las personas de los países más desarrollados se han transformado de una manera radical. Asistimos al nacimiento de una nueva sociedad donde la calidad, la gestión y la velocidad de la información se convierten en factor clave de la competitividad tanto para el conjunto de los oferentes como para los demandantes. Las tecnologías de la información y comunicación condicionan la economía en todas sus etapas. Por todo ello la información, es controlada por las condiciones del mercado. Éstas determinan por un lado, quienes tienen acceso a ella y por otro, qué o quiénes controlan su creación y su disposición.
La información se toma o se ha tomado a veces como equivalente a saber o conocimiento. Sin embargo, hay muchas diferencias entre información y conocimiento. ¿Es cierto que tener información sobre determinados temas equivale a poseer conocimiento a cerca del mismo? Nosotras coincidiendo con múltiples autores, opinamos que no es así. Esta teoría es un tanto reduccionista, y no tiene en cuenta otras muchas variables que confluyen. Ya que conocer y pensar no es simplemente almacenar, tratar y comunicar datos.
Serán procesos de generalización de distinto tipo y sus resultados, los que nos determinarán el saber cómo actuar sobre algo en una situación dada. El desarrollar procesos de pensamiento alternativos, creativos e idiosincrásicos. La información no es en sí conocimiento. El acceso a ella no garantiza en absoluto desarrollar procesos originales de pensamiento. A pesar de que el conocimiento se basa en la información, ésta por sí sola no genera conocimiento.
La promesa que, insistentemente se nos hace de acceso global y factible a grandes volúmenes de información desde las nuevas tecnologías no va a ser garantía de mayor conocimiento, ni de mayor educación. Para que esta información se convierta en conocimiento es necesario la puesta en marcha, desarrollo y mantenimiento de una serie de estrategias.
En primer lugar, tendremos que discriminar aquella información relevante para nuestro interés. Tras esto, debemos analizarla desde una postura reflexiva, intentando profundizar en cada uno de los elementos, de-construyendo el mensaje, para co-construirlo desde nuestra propia realidad. Es decir en el proceso de de-construcción vamos a desmontar, comprender, entender las variables, partes, objetivos, elementos, axiomas del mensaje. En el proceso de co-construcción realizamos el procedimiento inverso.
A partir de variables, axiomas, elementos, etc., volvemos a componer el mensaje, desde nuestra realidad personal, social, histórica, cultural y vital. Es decir, desde nuestra perspectiva global del conocimiento y la persona. Sólo y no perdiendo esta perspectiva podemos afrontar y enfrentarnos a la evolución y el progreso de las nuevas tecnologías de tal forma que nos lleve en un futuro a crear una sociedad más humana y justa donde lo tecnológico y lo humano se integren al igual que los distintos puntos de mira de las distintas culturas conformando el crisol de la realidad en la que estamos sumergidos.
Quiero acabar hablando de la obra “Crítica de la información”, de Scott Lash, donde se aborda el análisis de una “sociedad desinformada de la información“:
¿Qué hay en juego en la sociedad de la información Los tipos de información son dos. El primero está inscrito en una problemática de racionalidad e inteligencia. En una problemática de conocimiento: de producción con uso intensivo del conocimiento, máquinas cada vez más inteligentes y bienes y servicios ricos en información. Este primer tipo tiene que ver con la vigencia de una sociedad de uso intensivo del conocimiento y no del trabajo. [...] El fundamento del segundo tipo de información no es tanto científico-material como literario. [...] Si el primero tiene que ver con la sociedad global de la información, el segundo está relacionado con la cultura (global) de la información.
Una cultura en la que:
El valor de la información es efímero, inmediato. No tiene ni pasado ni futuro: ningún lugar para la reflexión y el argumento razonado.
¿Recomedarías el uso de wikipedia entonces?
ResponderEliminarExiste en muchas ocasiones más preocupación por ser el primero en publicar una noticia que por corroborar tal noticia.
ResponderEliminarWikipedia permite a cualquier persona editar o corregir artículos, lo que está atrayendo a miles de jóvenes como contribuidores o editores.
ResponderEliminarEl defecto más destacable de la Wikipedia es que los expertos son rechazados y atacados, puesto que cada uno se valora como cualificado igualmente para corregir y para contribuir vida.
Wikipedia es la última muestra de la tendencia en Internet, primero los usuarios se confomaban navegando por Internet, despues lo ha sustituido la investigación, cada uno es un erudito en la materia de inmediato. Si sabes utilizar un Motor de Búsqueda, eres una autoridad.
Recientemente, en una lista de una discusión dedicada a los libros, precisé un error en uno de los artículos de Wikipedia. Las respuestas que recibí me dejaron frío. Un miembro me dijo que él utilizaba Wikipedia para conseguir una idea aproximada sobre los asuntos que no pretendía sustituir el tiempo necesario para visitar la biblioteca.