¿Y yo quiero estudiar periodismo?
Viernes, me despierto, me visto, enciendo el televisor y me encuentro a Hilario Pino contándome lo que está pasando en el mundo. Después me monto en el coche para ir al instituto y escucho a Carles Francino y posteriormente a José Ramón de la Morena en la radio.
Cuando llego de éste me encuentro sentado en otra silla diferente a la de por la mañana a Roberto Arce y veo más ampliadamente lo que me contaron por la mañana, y tras ello veo a Ángel Martín y a Patricia Conde haciendo humor a costa de otros periodistas – o de aquellos que se hacen llamar periodistas-, pero lo más triste de todo es cuando voy merendar y pongo la tele un rato pero, ¿qué me encuentro?... Respuesta fácil: Corazón, corazón y más corazón, pero es que esto no para aquí. Cenas, y a las 10 ya vuelves a tener más corazón por todas partes.
Al fin y al cabo, algunos de los que salen en esos programas del corazón tienen un título que verifica sus estudios, pero otros muchos viven del cuento, cuentos maravillosos tales como salir en un reality haciendo no sé qué (que sí sé qué) con no se quién, salir con un/a famoso/a y después ir soltando sapos y culebras sobre esas personas y su entorno...una labor con mucho mérito si se trata de personajes como Belén Esteban, y digo con mérito porque es de eso el poder llevar 10 años de su vida ,y los que quedan, hablando sobre lo mismo y sin saber hablar, pero lo que es peor aún, te conectas al Facebook y ves que alguien se ha hecho seguidor de “El hogar de Belén” o “Arriba la Esteban”.
Pero a veces, hay periodistas que realmente admiras porque te gusta como son, lo que hacen, el puesto que ocupan, periodistas que son importantes y de los que dices, “Ojalá un día pudiera conocerlo”, pero que después hacen cosas que no te gustan nada y manchan su imagen por estupideces, como Manolo Lama, que el otro día lo enviaron de reportero a Hamburgo para cubrir la noticia de que el Atlético de Madrid hubiera llegado a la final europea y después nos encontramos con vídeos como éste que hablan por sí solos.
http://www.youtube.com/watch?v=OCWf5nfjJl4
Y yo cada día tengo más cerca el elegir lo que quiero estudiar, pero todo apunta a que siga el camino de los periodistas que me gustan e intentar alejarme lo máximo posible del antiperiodismo que hacen los otros, pero realmente cuando los veo en la pantalla me digo: “¿Y si estudio para que éstos me quiten el trabajo?”, pero también me contesto: “El camino que yo tenga pensado seguir, lo intentaré llevar a la realidad”. Obviamente la actitud del periodista deportivo no te quita las ganas de estudiar dicha carrera -aunque sí te hacen dudar de su profesionalidad- , sino esos otros que son capaces de lo que sea por mantener calientes las sillas de sus programas.
Con este tipo de pensamientos me convenzo sobre lo que quiero ser y lo que no.
MANUEL FERNÁNDEZ
Manuel, tienes que creer en lo que quieres, y a lo mejor hace falta que llegue gente nueva para cambiar eso
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