Hace ya mucho tiempo que desde los más estudiosos constitucionalistas hasta el ciudadano de a pie se cuestionan la existencia del Senado en España. Quizá muchos ignoren que Noruega, Suecia o Dinamarca, países que consideramos avanzados en muchos aspectos, no tienen Senado. Alemania, con todos sus estados federales, tiene nada más que 100 senadores, y EE.UU. tiene solo un senador por cada estado de la Unión (50). ¿Por qué tenemos que mantener en España a 260 senadores cuando no sabemos exactamente qué labor desarrollan?
El caso del senador -fiestero- Curbelo, además de su impresentable actitud, ha puesto de manifiesto la nula o escasa labor que desempeñan los senadores en España. Según fuentes del Senado, no ha presentado ninguna iniciativa, ni ha intervenido nunca en las dos últimas legislaturas, o sea, en 8 años. ¡Vamos que, si no se va de fiesta y agrede e insulta a la Policía, solo seguiría siendo conocido en su casa (La Gomera) y a la hora de comer! Asusta ver, en la página web del Senado, la nula actividad parlamentaria de la mayor parte de -los padres de la patria-. Con la sola supresión del Senado, aparte los traductores, dietas y pensiones vitalicias (que esa es otra), nos ahorraríamos muchos millones de euros al año. ¡No sé a qué esperamos!
De paso nos podemos ahorrar también el parlamento, no solo por que nos ahorramos un buen pico en euros, pues eso es lo de menos, lo importante es que nos ahorramos que legislen contra nosotros, es mejor un parlamente que no legisle, pues leyes, con las que hay, hay de sobra para llevar una sociedad, lo importante es llevarla a cabo con honestidad y luces, que un parlamento que legisle traicionando a su gente en beneficio de la élite. Eso ocurre así en las cosas cruciales y fundamentales de nuestro bienestar social, y lo mismo para esta escenificación de títeres que son nuestros gobiernos. En realidad con la tecnológica que disponemos no necesitamos que nadie decida por la sociedad, es más, es urgente que así sea si no queremos caer en esta trampa que nos están tendiendo para instaurar un nuevo orden mundial. Solo se necesitan buenos, honestos y competentes funcionarios, y por si acaso estrechamente vigilados, que sepan aplicar las leyes que hay y que sepan llevar a cabo las decisiones de la sociedad, pero nadie que decida por nosotros, y menos grandes manipuladores que nos hagan tragar con cosas que van claramente contra nosotros y nos perjudican seriamente. Ademas esos centros de lujo y ostentación que son nuestras centros de representación con es un colosal gasto y despilfarro, son altamente codiciado por los más descarados, ventajistas y vividores individuos de las naciones, que invariablemente son utilizados por la élite para robarnos y hundirnos en la pobreza, evitar así el normal y prospero desarrollo de la sociedad, que lo sería sin duda acorde a los avances científicos y tecnológicos actuales, y pronto para atacar nuestras libertades.
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